Repasando fotos perdidas en los discos que tengo por casa, hoy, me he llevado la grata sorpresa de encontrarme con treinta y tantas fotos de una visita al Real Jardín Botánico de Madrid el día tres de diciembre de dos mil seis, es decir hace seis años y medio.
He dividido las fotos que tenia en dos secuencias distintas. Hoy os presento una de ellas, otro día que llueva pondré la otra.
La verdad es que no recuerdo aquel paseo, pero está claro que era un día con un cielo gris, húmedo y seguramente algo lluvioso pues en algunas fotos he encontrado gotas de agua en los frutos y en las hojas.
Los colores del botánico en ese final de otoño son preciosos. Los intercambios de color entre los distintos lugares son increíbles, como increíble es la belleza que se desprende de todo el conjunto.
También alguna flor del invernadero pone color al reportaje.
Árboles, arbustos y pequeñas plantas forman en esas épocas una pantalla multicromatica que llena. Los colores y la armonía se unen para despedir un año y esperar a que llegue el siguiente, dejándonos en la retina el recuerdo de lo que ha sido y de lo que será.
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