Ha
sido el último paseo del mes de noviembre por Madrid. Empecé tarde el paseo,
dicen que nunca es tarde, con las luces del sol ya muy caídas, con unos tonos
dorados impresionantes y un frio que crecía por momentos.
No
tenía absolutamente planeado el paseo y decidí primeramente pasar por la Puerta
del Sol. Allí, sonriente como buen madrileño, Carlos III mira a todo el que
pasa por la plaza.
Ya
están montando el árbol electrónico de Navidad. Un árbol metálico que se encenderá
dentro de unos días.
Nunca
he entendido como en mitad de la plaza no se hizo una gran jardinera donde
plantar un maravilloso abeto que diera algo de sombra a los transeúntes en
verano y encendiese la imaginación de los niños, y porque no de los mayores, en
estas fiestas que vienen.
He
subido desde aquí hacia la plaza mayor y en el cruce de la calle de Las Postas
con la de la Sal hay que levantar los ojos hacia el cielo para ver unas
pinturas del maestro Mingote, un relojero de hace dos siglos y la posada del
Peine.
Un
cruce de calles maravilloso con el arco de la calle de la Sal que irrumpe a
estas horas en un fuerte contraluz del sol que en Poniente esta yéndose a
dormir.
La
plaza Mayor esta engalanada con las casetas de los vendedores de artículos de
Navidad y de broma. También alguna gitana ofreciendo algún ramillete de alguna
planta aromática intentando vendértelo.
Siempre
que las miro me asombran las pinturas existentes en la casa de la Panadería.
Hoy las he juntado alguna de ellas para ofrecéroslas y que las podáis
contemplar, pero un día de estos me iré a la plaza con buena luz y trípode a
haceros un reportaje de ellas.
He
salido de la plaza Mayor por el arco de la calle Toledo y allí al final se
divisan las torres de la Iglesia de San Isidro, que fue la catedral de Madrid
durante mucho tiempo.
Giro
por la calle de los Latoneros y pasando la plaza de la Cruz, enfilo por la calle
San Justo donde se encuentra la nunciatura apostólica.
Un poco más adelante cruzo la calle de la Traviesa que une la calle
de Sacramento con la calle Mayor. Madrid también tiene calles estrechas y esta
es una de ellas.
Al
final de la calle Sacramento y en el enlace con la calle Mayor está situada la
iglesia castrense, la iglesia de los militares.
Aquí
decido dar la vuelta y subo por la calle Mayor. En la acera me encuentro a un
Pinocho de madera que acaba de contarle una mentira a algún turista que se ha
dejado engañar, pues tiene una enorme nariz.
Un
poco más arriba la plaza de la Villa y el antiguo ayuntamiento nos miran con la
tranquilidad del deber cumplido. Ahora las reuniones de los concejales se
celebran allá en el Palacio de Correos y Telecomunicaciones.
Una de las obras
de remodelación de los mercados aparece frente a mí.
Es el mercado de San
Miguel donde los cristales han cerrado las antiguas fachadas de los puestos de
frutas y verduras y han encerrado en su interior una multitud ingente de
puestos dedicados al buen comer. Se puede encontrar de todo, eso sí, todo
moderno.
Vuelvo
a entrar en la plaza mayor. Se me está haciendo de noche y aun me queda mucho
trecho por recorrer.
La luz cada vez mas exigua me hace cambiar la sensibilidad
de la maquina. Ya he tenido que borrar dos fotos y repetirlas por estar
movidas.
Miro
sus columnas u sus puestos navideños y saliendo por la calle Gerona, mi patria
chica, cojo la calle Atocha para bajar por ella a buscar el Paseo del Prado.
Paso
por delante de la parroquia de la Santa Cruz, portada modernista con aire gótico
y
sigo bajando hasta llegar al mercado de Antón Martín donde compro un par de
codornices para una comida que tenemos mañana y faltaban piezas volátiles.
Ya
estoy en el Paseo del Prado. Se me ha hecho completamente de noche. Solo puedo
fotografiar dos de las cuatro fuentes que existen delante del Real Jardín Botánico,
a pulso. No quedan mal del todo, os la pondré.
El Museo del Prado se ha quedado a mi derecha, pero ya hare un reportaje del Madrid nocturno.
Un
poco más adelante, en la plaza de la Lealtad, fotografió la iluminación navideña
del hotel Ritz.
Cruzo
por Neptuno, y aprovechando no se qué manifestación, creo que hoy es de médicos
otra vez, fotografío la fuente de noche que nunca lo había hecho.
Un
poco más arriba, justo donde comienza la valla de las obras del Congreso de los
Diputados, me giro y veo la iluminación del edificio de Plus Ultra y el hotel
Palace. Hago un par de fotos de prueba y decido que es hora de volver a casa y
calentarse un poco. Se ha despedido noviembre con frio. Estoy helado.
Este
ha sido el paseo de hoy, el ultimo paseo del mes de noviembre.
Animaros
a hacerlo si tenéis tiempo. Conoceréis el Madrid de los Austrias.
Hasta
la próxima.
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