Hay veces que no sabes por qué disparas con la máquina de fotografiar a cosas que normalmente no harías. Y esta vez, le toco a la lámpara de casa de mi suegra. Había sacado la máquina para enseñar en el visor las fotos del rey Alfonso XII con la luna, (El rey que escapo, un cuento en el blog) y al tenerla en mis manos decidí probar con la lámpara. Luz, cristal, porcelana y color se juntan en un ambiente alrededor del eje de la lámpara, Todos juntos son una unidad. Tomados uno a uno sin sacarlos del contexto pueden darnos tonalidades y colores que el balance de blancos en automático se encargara de trasmitir. Posiblemente por si sola lámpara pasara desapercibida, pero en el ambiente familiar todos sabemos que está ahí, iluminando los ratos que en la estancia pasamos. En todo este tiempo, como con muchas cosas, la lámpara he sabido que estaba ahí, quizás incluso había visto sus colores, pero hasta el momento de realizar estas fotos no me he dado cuenta de su relación con todos nosotros, de su forma, de sus colores y de su misión. Cuantas cosas que hay a nuestro alrededor que pasan totalmente desapercibidas…
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