Nuestro poeta de hoy nació en mil quinientos veinte, aunque se duda de la exactitud de la fecha, en Lisboa. Hijo de padre extremeño, vino a España con su padre que pertenecía a la comitiva que acompañaba a la emperatriz Isabel a España para casarse con de Carlos I.
Colocado a trabajar en la mansión de los duques de Feria, empezó allí a cultivar su afición a la poesía. La primera se le dio tan bien que en 1541, es decir con veintiún años, gano el puesto de organista de la catedral de Granada.
Gregorio Silvestre fue un hombre del Renacimiento.
Admirador de poetas castellanos como Jorge Manrique y Torres Naharro entre otros.
En su época compartió y departió con poetas como Diego Hurtado de Mendoza, Hernando de Acuña, Luis Barahona y otros más con lo que fundó la escuela granadina de poesía.
Su poesía trato muchas formas entre las que hay que destacar epístolas, sonetos, sátiras, coplas, canciones, villancicos, canciones, fábulas y otras.
Defensor en un principio de la poesía castellana termino siendo un gran escritor en métrica italiana ante la que sucumbió guiado por Diego Hurtado de Mendoza.
Entre sus obras destacamos estos títulos: Lamentaciones de amor, Elegía a la muerte de doña María, Fábula de Piramo y Tisbe, Glosas a las coplas de Jorge Manrique y un largo etc. de este poeta que supo poner la musicalidad en su poesía.
Os propongo hoy un soneto que empieza así: La vida se nos pasa….
Espero que os guste
SONETO
La vida se nos pasa, el tiempo vuela,
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