Las aves han sido siempre unos animales que me han hecho pensar; creo que les he envidiado toda mi vida por el hecho de poder volar.
Nosotros solo podemos elevarnos a base de pesados y ruidoso artilugios que asustan a todo lo que se pone en rededor.
Su capacidad de vuelo y de adaptación al medio son increíbles.
Incluso la mas fea de todas ellas presenta en sus movimientos aéreos una destreza increíble.
Verlas volar majestuosamente en las laderas a la espera de los insectos que las corrientes elevan hacia el cielo es una maravillosa sensación. Si alguna vez tenéis ocasión de ver a las grandes aves flotando en una ladera, contempladlas sin prisa. Sin mover un ápice sus alas, exclusivamente dirigiéndose y corrigiendo con las plumas de la cola, son capaces de remontar en las corrientes, majestuosas , elegantes, silenciosas...
También en el suelo algunas de ellas presenta una maravillosa estampa, como puede ser una garza al acecho de su presa o una grulla con su corona elevada. El flamenco, con sus andares de balet en los humedales o en las grandes charcas y lagos es digno de la mas refinada de las educaciones animales.
Me hubiese encantado disponer de tiempo y paciencia para poder acercarme a aquellos lugares donde anidan o se reúnen para fotografiarlas.
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