Hace un día estupendo.
No parece que estemos ante la cercanía inmediata de una ola de frío que
anuncian salvaje. El cielo de Madrid está despejado pero hacia el oeste unas
nubes ligeras parece que bailan una suave y melodiosa melodía con un sol cada
vez más bajo.
No hacia frío, pero
tampoco calor. Los bancos al sol en la explanada del templo de Debod estaban
ocupados y fue difícil encontrar uno, en los paseos, para charlar un rato tranquilamente.
Los amigos hablan, comentan, escuchan. unas veces habla uno, mientras el otro escucha atentamente; y a veces pueden aconsejar, pero
eso cuando estén muy seguros de lo que van a decir o proponer.
El sol se acaba de poner. Seguro que mi amigo coloca las mismas fotos que yo. A mi no me importa: disfrutamos del mismo momento.
La amistad en una
acción de tiempo, de distintas situaciones que hacen que el lazo de unión se
vaya convirtiendo poco a poco en una férrea cadena de conocimientos mutuos, de
experiencias compartidas o comentadas, sin las cuales el amigo deja de serlo
para pasar a ser un conocido más o menos
simpático. Y ello no conlleva que los puntos de vista en todos los órdenes tengan
que ser iguales, ni muchísimo menos. Siempre habrá lazos de unión que compensen
las diferencias.
El ocaso esta en pleno apogeo, Un fuego gaseoso avanza por el cielo,
Mi amigo y yo estuvimos
charlando largo rato y escuchándonos largo rato; comentamos nuestros problemas,
pues la vida está llena de ellos, y a la vez nuestras alegrías y aficiones en común.
Y vimos como el cielo
cambiaba y la luz de un sol cada vez más bajo iluminaba la catedral de la
Almudena y el templo de Debod.
Con el teleobjetivo parece que el cielo me va a quemar.
Y luego paseamos por
los bordes de la explanada queriendo ver al sol acostarse y observar como el
cielo lo tapaba con una manta multicolor gaseosa.
Y poco a poco, casi sin
darnos cuenta la noche se fue haciendo, y charlando paseamos alrededor del
templo que iluminado reflejaba su silueta en las tranquilas aguas del estanque.
La luz solar ha dejado paso a la iluminacion humna. Hay una cierta diferencia, aunque guste.
Y Venus en lo alto del
cielo indicaba el camino hacia el hogar. Había que volver a casa, pero se había
cimentado un poco más la amistad.
Cada uno toma su camino y la cadena se va alargando poco a poco, sin romperse. Que mas da la distancia o el tiempo... amistad, siempre amistad.
El templo de Debod reflejado en las aguas del estanque que lo alberga.
Cada uno toma su camino y la cadena se va alargando poco a poco, sin romperse. Que mas da la distancia o el tiempo... amistad, siempre amistad.
Madrid 16 de enero de
2017
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