domingo, 26 de agosto de 2018

INCONGRUENCIAS: Obligándome a escribir


Incongruencias


De hace un tiempo a esta parte tengo la sanación  que mi cerebro se ha vuelto perezoso; mi imaginación deja un rastro de vaguería total; la inapetencia marca cierta pautas de mi conducta que hasta ahora no habían surgido nunca.
Luchar contra ello es una imposición que yo mismo me he impuesto.
Luchar contra la inapetencia es cuestión de voluntad.
Contrala imaginación comienza a ser un poco más complicado y creo que lo más difícil es luchar contra la pereza de mi seso.
Pero vamos a ello con vuestro permiso y que mejor que ocho rosas para acompañarnos en un relato que puede estar lleno de incongruencias y contra sentidos.


Me gustan las flores. Y muchas rosas en especial. Me encanta verlas plantadas en jardines y rosaledas formando grandes islas de color en medio de un mundo de asfalto que las rodea.
Siento pena cuando comienzan a estropearse sus pétalos y poco a poco van muriendo encima de su tallo, dejando a otras roas ocupar su puesto. La vida corta de la rosa, una belleza efímera y a veces con unas tijeras afiladas la hacemos aun más corta.


Comparten sus rincones las jóvenes y las viejas. Eso me recuerda un viaje que hice en mi juventud a Dinamarca y allí los patios de los colegios compartían el uso con las casas para mayores; las residencias y colegios juntos. El principio y el fin dándose la mano. ¿Y aquí juntamos a ambos? 


A veces, las flores se juntan, formando preciosos ramos que no necesitan de grandes floreros de cristal para lucir su belleza. No necesitan nada para cumplir su trabajo. Forman una unión perfecta que ya quisiéramos muchos a nuestro alrededor. Composiciones poéticas sin tener que escribir el mas mínimo verso el poeta.


Una flor, puede traernos el recuerdo de una persona. Su visión puede achuchar los sentimientos escondidos que mantenemos en secreto en nuestro corazón y nuestra cabeza. Cuantas veces una rosa ha sido el complemento de un beso o de una solicitud de amor. También lo son del recuerdo y del deseo. Guarda su visión el cariño escondido en lo mas profundo de nuestro ser; el mejor secreto guardado.


Me encanta ver volar a los insectos por encima de las flores y posarse en ellas con una seguridad increíble. Unas flores tienen sus corazones abiertos a los insectos. Otras, por el contrario, lo cierran alrededor de infinidad de pétalos, como las rosas,  como si quisiesen limitar el acercamiento de estos y dejar su intimidad solo para algunos elegidos. ¡Qué forma tan distinta de crear vida entre los humanos y las flores!


Colores de oro mezclados con los de la tierra producen efectos maravillosos. La belleza y la rudeza de las tierras se compaginan a veces como en esta rosa, que a la sombra, no se atreve a mostrar otros tonos. Pero si muestra una belleza increíble. Seguramente muchos ni siquiera giraran sus ojos hacia ella… como muchos no quieren girarla vista a la vida desigual que a nuestro alrededor sucede. Y yo sigo mirando flores. 


Qué extraño. Parece querer la rosa abrigarse de los vientos serranos apoyándose contra el muro de ladrillo. Da la sensación de resguardarse con miedo. Posiblemente tema que su belleza anime al jardinero a usar sus tijeras y acabar en el triste vaso de cristal de una cocina o en el jarron opulento de un salón. Hay que preguntarse si somos y sabemos admirar la belleza que existe en nuestro mundo. Pienso que la creamos como aquel poeta que lanzaba poemas al publico solo para satisfacer su vanidad sin sentir su escrito, no como otros que dejan sus lagrimas, sus sentimientos en forma de pétalos maravillosos sobre el pergamino. 


Pienso si es incongruente desear, sabiendo que nunca serás correspondido. Como la rosa que se inclina sobre la otra solicitando sus caricias y sabiendo que es imposible que ni siquiera sus pétalos se rocen. ¿Cuántas veces ocurrirá a nuestro alrededor esta situación? Sentir y no sentirse en un mismo tiempo, solo añoranza y tristeza infinita equilibrada por el amor. Amor, correspondidos o no.
Espero que mis incongruencias no os lleven al desanimo, pues para mi, todos sin excepción, sois parte de mi existencia.
Sed felices
Antonio

viernes, 17 de agosto de 2018

Mijas: una ciudad de luz y color


A mi madre





La última vez que hablé con ella me preguntaba y me pedía explicaciones de dónde íbamos a pasar los siete días que nos tomábamos para descansar un poco.
Le explique que en Andalucía y que entre otras cosas quería subir de nuevo a Mijas a fotografiar su luz.
“Me tienes que decir donde esta Mijas, explicármelo en el plano. Recuerdo sus burros, su color blanco, todo blanco, solo roto por el color de sus tiestos y sus plantas. ¿Habrá cambiado mucho? Cuando vuelvas me lo enseñas en el televisor”

Horas antes de que se fuera, estaba fotografiando aquellas cosas que quería enseñarle. Los pequeños detalles y los contrastes entre sus paredes blancas, sus cables blancos, y los tiestos con plantas, aquellas cosas que sabía que sería capaz de ver en la pantalla.
Mijas, es un pueblo blanco situado en las faldas de la sierra que lleva su mismo nombre en lo que se puede considerar el sistema montañoso Costero-Mediterráneo.
Hablar de Mijas es hablar de luz. Hablar de Mijas es buscar contrastes en los propios blancos; en los colores de sus tiestos y las plantas que estos contienen.
Mijas, como todos los pueblos blancos andaluces, está lleno de rincones que fotografiar. Solo hay que andar por sus calles sin prisa. Nunca se sale defraudado de este maravilloso pueblo.
No he querido mostrar en esta entrada todo aquello que de alguna forma representa una imagen falsa de este  municipio. Es cierto que el burro taxi, tiendas, tenderetes y restaurantes son una parte que no se puede desligar del municipio y le dan riqueza, y atracción turística.
Me he limitado a buscar pequeños detalles que muchas veces pasan desapercibidos. He colocado, como vais a ver, las cosas que no miramos, por ser comunes, normales. Aquellos detalles que sabía que mi madre sería capaz de ver en la pantalla del televisor.
Y estoy seguro que en algún rinconcito encontrará una ventana para ver estas fotografías.
Espero que os gusten.
Sed felices.
Antonio

 La cal, el hierro en la reja y tras los cristales una cortina que no deja ver hacia dentro, pero si hacia fuera.


 Mijas esta en una ladera. Sus calles suben y bajan, Y la luz con ellas juega en cada rincón, en cada esquina.



 No hacen falta carteles. La cal, los tiestos y cuatro plantas dan vida al muro de contención.
 Siguen las cortinas cerradas. Unas flores en el vierteaguas dan vida a la ferralla. El espiritu se nota en cada tiesto y en cada cortina.


 Hice esta foto, para resaltar la blancura de Mijas. Se olvido el pintor de encalar el agujero de la pletina cogida al muro y se nota demasiado.


 Cuanto te añoro. Quisiera recorrer contigo estas calles, Hoy silencio, 


 Uno de los negocios la alfarería. Lo que no entiendo es que estando en Mijas no estén sonriendo los soles.


 Mijas siempre ha estado volcada al mar. Íbera, fenicia, romana y árabe, mantiene en sus muros toda la solera de sus civilizaciones.


¿Se puede adornar de manera mas sencilla? Un tiesto, un poco de pintura y cal. Solo hacefalta una mirada.


 Por lucir en Mijas, lucen hasta las sombras.



 ¿Como puede una buganvilia vivir sin suelo? Pende su vida de un pequeño tiesto. El resto lo hace el sol y el aire que sube del Mediterráneo. Y seguro que una mujer que la cuida con cariño y esmero.


 Juegan las sombras en la decoración. Pinta el sol con el tiesto la cal del paramento y este se arruga de gusto.


La cal con las sombras reatan lo que el hombre quiso hacer con esos tubos de la luz. La luz esta fuera ¿para que los tubos? 


Adios, Mijas. Volveré a tus calles. Disfrutare en silencio recordando y admirando. Intentaré armonizar mi espíritu en tus rincones y saborearé con calma los recuerdos felices.
Quizá entonces otro tiesto, una reja o un peldaño me vuelvan a hacer sonreír.

martes, 14 de agosto de 2018

El agua en las ciudades romanas: Baelo Claudia





Al realizar la visita a las ruinas romanas de Baelo Claudia, en Bolonia, provincia de Cádiz, España, me llamo poderosamente la atención el pequeño acueducto y su canal de transporte de agua que se puede observar nada mas salir del Centro de Interpretación. 

Situacion de Bolonia en el mapa. Las ruinas están pegadas a la población. Mapa de Google

Los romanos eran conscientes de la necesidad de abastecer sus ciudades de agua y ello podía realizarse de dos formas: una realizando pozos de donde sacarla y otra situando sus ciudades junto a ríos o lagos.

Vista de las ruinas desde el Centro de Interpretación.

Pero estas razones no eran suficientes ya que muchas veces había que pensar en las estrategias de situación ante posibles ataque de enemigos o bien en zonas costeras por la situación de puertos que, rodeados por la ingente masa de la mar, no tenían otra posibilidad que trasportar el agua desde las zonas donde manantiales o arroyos satisfacían sus necesidades con garantía.

La importancia de la ciudad se percibe, entre otras cosas, por su foro y los templos.

También construían embalses donde retener el agua y ganar altura para poderla transportar a las ciudades mediante canales y galerías subterráneas.
Es muy conocido el embalse romano de Proserpina muy cerca de la ciudad de Mérida en Extremadura. Desde allí se conducía mediante canales, conducciones subterráneas, túneles y acueductos el agua a la ciudad.

El acueducto. Su ultimo tramo está derruido a causa de un gran terremoto.

Y allí era distribuida mediante distintos sistemas a distintas partes de la ciudad.
Un ejemplo curioso de este sistema  y que demuestra la importancia que daban a esto los romanos es la conducción que transportaba el agua a la ciudad de Baelo Claudia, situada en la costa gaditana junto a la población que hoy conocemos como Bolonia.

Los grandes arcos para dejar pasar las aguas de tormenta .

Baelo Claudia debió ser una ciudad romana de gran importancia comercial. Estaba situada a la salida del estrecho de Gibraltar en el océano Atlántico.
Diseñada como las ciudades romanas giraba en torno a un foro y a los templos que junto a él había y cruzada por sus dos avenidas principales, el ducumanus maximus, de este a oeste, y el cardus maximus de norte a sur.
A su vez la ciudad estaba protegida por gruesas murallas con sus correspondientes puertas.
Pegando a la costa se encontraba la zona industrial con una fábrica de salazones y el puerto.

Piezas existentes en el museo del Centro de Interpretación de Baelo Claudia.

Así mismo era importante su teatro situado en la parte alta de la ciudad.
En la parte alta a las afueras de la ciudad encontramos un pequeño acueducto que aún conserva su canal y parte de este ultimo en mal estado pero que indica la dirección del agua hacia la ciudad.
De pequeñas dimensiones los canales se realizaban con piedras de la zona que se unían entre sí mediante morteros realizados con cales hidráulicas. Incluso muchas veces estos canales se tapaban con lajas de piedra para evitar la entrada en ellos de elementos que ensuciasen las aguas.
El acueducto de Baelo Claudia es una pequeña muestra de los grandes acueductos repartidos por la geografía española como son Tarragona, Segovia, Mérida, Cinco Villas etc., pero que demuestra el grado de perfección al que habían llegado en este aspecto el pueblo romano.
Las aguas provenían de  Punta Paloma, pequeño cabo y monte que cierra la bahía de Bolonia y la separa de las playas de Tarifa.


Desde Punta Paloma el agua llegaba a través de un canal que tenía que atravesar distintos desniveles que salvaba mediante cuatro acueductos, de los cuales nos quedan el que se encuentra en las inmediaciones de la ciudad y que podéis apreciar en las imágenes de esta entrada.

Se aprecia perfectamente el canal que transportaba el agua.

Realizado con lajas pizarrosas de la zona, se componía de cinco arcos soporte de los cuales tres eran grandes para en paso de agua de tormentas y dos mas pequeños para romper os vanos.
Estas estructuras estaban realizadas con pequeños rejuntes de morteros hidráulicos o sin ellos.
Era de  suma importancia abastecer a los núcleos de población con aguas limpias que llegaban a un aljibe y desde allí a través de acequias o tuberías de plomo se distribuían a fuentes públicas, baños y otras dependencias. Algunos palacios y viviendas disponían de dicha agua.

Arcos rudimentarios de lajas pizarrosas que cumplen perfectamente su misión: soportan y permiten el paso de agua.

Quizá el acueducto de Baelo Claudia pase bastante desapercibido para el visitante, pues la visión del foro con sus columnas llaman poderosamente la atención desde la distancia.
El acueducto de Baelo Claudia es pequeño y es fácil imaginar la forma como fue construido.
Pero al mirarlo me puse a penar como los grandes acueductos, como el de Segovia, los realizaban los romanos. Debían ser impresionantes, tanto los andamiajes necesarios para qué el personal trabajara,  como los sistemas de elevación de aquellas moles de piedra.

Uno de los pequeños arcos que ayudaban a completar el acueducto.

En Baelo Claudia, unos simples encofrados curvos debieron bastar para la realización de los arcos.
La existencia de canales de conducción de agua y acueductos, aunque sean pequeños, demuestran la importancia comercial y de comunicación que tenia esta ciudad romana.
Os aconsejo su visita, merece la pena.
Sed felices
Antonio

domingo, 12 de agosto de 2018

Flores con poesia CCCXXIII: La carcoma


Nació nuestro poeta allá por el año de mil ochocientos setenta y ocho en la población de Alcantarilla, provincia de Murcia. España.
Pedro Jara Carrillo vivió toda su juventud en su ciudad natal y a los quince años ingreso en la Escuela de Magisterio donde termino sus estudios primarios a los 19 años, trasladándose a Madrid a realizar el grado superior.
Empieza a escribir poesía en el diario de Murcia y a los 18 años publica sus primeras obras.



Al terminar en Madrid sus estudios regresa a Murcia donde trabaja como docente compaginando a la vez su vocación periodística.
Llego a ser director de varios periódicos pero su carrera principal de desarrolla en el Liberal de Murcia del que fue director hasta su muerte acaecida en mil novecientos veintisiete en Murcia.
Como poeta escribió gran cantidad de poesías, muchas de las cuales las publicó en revistas y periódicos, llegando a editar siete libros de poesía, todos ellos relacionados con temas amorosos, patrióticos, sobre la muerte y populares.


Entre sus libros Relámpagos, El libro de las canciones y Paseos del sol.
Pedro Jara Carrillo es un modernista, “apasionado, lleno de humanidad y maestro de las formas modernistas. Ensalzo como nadie a su región en sus poemas”
Os dejo de él el siguiente soneto.

LA CARCOMA

Todas las noches oigo ese ruido
monótono y tenaz de la maldita:
es la carcoma que en el borde habita
de un fiel retrato de mi amor perdido.


De la madera el polvo desprendido,
el aire en torno a la estancia agita,
y la imagen, borrosa ya, gravita
entre aquel esqueleto carcomido.


Dentro del pecho, con igual faena
devora la carcoma de una pena
mi pobre corazón, sin paz ni calma.


Como el marco, caerá también el deshecho;
pero aunque en polvo me convierta el pecho,
no borrará la imagen de mi alma.
--o0o--


Este soneto esta escrito en relación a un amor que tuvo en su juventud y que le dejo plantado. Nunca volvió a enmorarse.
Espero que os haya gustado.
Sed felices
Antonio

Nota: La negrilla esta sacada de la Antología de Sáinz de Robles.

jueves, 9 de agosto de 2018

La patera (Filosofía de albañil)


Hace un día estupendo. Tierra adentro el calor es insoportable, pero a la orilla del mar la brisa de Levante refresca el cuerpo.
Hemos comido fenomenalmente bien a la salida de Barbate. Una esplendida comida a base de un maravilloso atún pescado seguramente en la almadraba de Zahara de los Atunes.

Playas de Barbate y Zahara de los Atunes

Un buen vino ha acompañado el pescado y de postre un maravilloso helado de vainilla.
Un café sensacional.
Nos hemos gastado sesenta euros. Estamos de vacaciones y nos lo podemos permitir.
En la lontananza se divisa la bruma que cubre las costas de África.
En línea recta desde aquí habrá unas treinta millas como mucho. En el estrecho son solo unos doce kilómetros, pero desde allí la costa española gira hacia el noroeste y la africana hacia el suroeste.
Con tranquilidad introduzco mis pies en el agua.


El mar está tranquilo, muy tranquilo. El agua prácticamente no se mueve. Mis pies se ven a través de ella.
En las playas de Tarifa las cometas son un espectáculo.


La gente juega y vuela con ellas por el agua. El mar es una diversión, una distracción.


Las olas un divertimento y cuanto más aire mejor.
Sigo paseando por la playa.
La costa de África cada vez más cerca.
Una zona de pequeñas dunas con hierbas esta a mi izquierda.
A mi derecha el mar océano, el Atlántico.
En la inmensidad de la playa una sola persona está sentada cerca del agua. El resto de la playa esta vacía. ¿Vacía? No, allí, en medio de la arena de la playa un bulto negro.

Patera destrozada en medio de luna playa cercana a Barbate.

¡Una patera! Goma reventada y rota. Pedazos de madera de lo que fue un banco y la bancada del motor.
La goma de la que está hecha no aguantará el más mínimo roce con una piedra. Así está.
¿Cuánto  llegarían en ella? ¿20 o quizá más? Quién sabe.


La patera es la antítesis delo visto durante el día.
Los de esta han tenido suerte. Está encima de la arena de la playa.
Han navegado en ella por el mar con miedo, con pánico, pero con esperanza.
Contrasta el uso del mar con la cometas de Tarifa. Contrasta mi paseo por l orilla con lo que habrán sido sus carreras para internarse campo a través en Europa.
¿Habrán comido? ¿Cuánto han quedado en esa lengua de mar que une dos continentes?
Tarifa y las costas que corren a cada lado del estrecho son puertos de atraque de estas naves que no debían existir.
Lo tratantes de personas al otro lado las cobran caras.

Visión del estrecho de Gibraltar desde el puerto del Bujeo entre Tarifa y Algeciras.

Pero más caras son la ingente cantidad de vidas que se han sumergido en esa travesía.
¿Qué hace Europa? ¿Que hacemos nosotros? ¿Por qué no paramos esto en los orígenes?
Si creásemos riqueza en esos países ¿las cosas cambiarían? Riqueza y educación.
Días después, sigo viendo la patera al cerrar los ojos.


Yo juego con el mar. Ellos luchan y mueren atreves de un mar con embarcaciones que se sumergen o se averían.
¿Y que consiguen al llegar aquí? Nada.
Buenas noches.
Sed felices
Antonio