miércoles, 28 de agosto de 2019

En busca de la Viuda negra mediterránea, Latrodectus tredecimguttatus, y otros amigos


A un compañero de quedadas que se nos fue, a un gran hombre, a una gran persona: José Curt



Viuda negra mediterránea: Latrodectus tredecinguttatus

Lo bueno que tiene pertenecer a un grupo, en el que todo el mundo disfruta de aficiones semejantes y muy paralelas, es la capacidad de conocer, aprender e irte educado en muchas cosas de las que solo jamás encontrarías, pero fundamentalmente es la unión que se genera, la amistad y el contacto entre unos y otros, cada cual con su manera de pensar, pero todos respetándose los unos a los otros.
Se hace amistad solo con el contacto y la observación de la Naturaleza.
El domingo pasado nos dimos una vuelta por las tierras altas de las laderas de Peguerinos buscando fundamentalmente una araña, la conocida como Viuda negra mediterranea, cuyo nombre científico es Latrodectus tredecimguttatus, y la encontramos.
Pero hasta que llegamos a las tierras altas anduvimos por distintos lugares en los que vas descubriendo infinidad de animales y cosas que no verías desde el coche o cualquier otro medio de transporte.
Andar entre matojos y plantas de monte bajo no es fácil. Tropezones, arañazos y de vez en cuando alguna caída, pero al final se consigue la meta y después de siete horas andando por esos montes de Dios se vuelve cansado pero satisfecho.
Amigos íbamos en esta ocasión Adela, Julio, José Luis, Carmen, Sonia, Fernando y Paloma con su hija, Juan y yo.
Nada mas bajarnos de los coches y en unas matas de santolinas apareció una de las arañas más grandes que tenemos en la península y que hagan tela de araña: la Argiope lobata. 


 Argiope lobataen su tela. Fijaros a la derecha su firma.

Detalle curioso de este encuentro es que en la misma tela estaba un pequeño macho, quizá diez o quince veces menor, esperando poder realizar la copula. Empezábamos bien el día.
Poco mas adelante, al comienzo de un pinar, encontramos es las acículas de un pino las orugas de la avispa del pino, un himenóptero, cuyo nombre científico es Diprión pini, Es una pequeña avispa que hace la puesta en el pino para que sus larvas se alimenten de sus hojas.


Diprion pino. La oruga de la avispa de los pinos reptando en busca de una acícula

Andar por la montaña observando te va enseñando muchas cosas que crees que son imposibles. Una de esas cosas son las  maravillosas mariposas de los pinares que se confunden posándose en sus troncos y en el suelo y puedes estar al lado de ellas y no verlas hasta que salen volando: son las de la familia de las Hipparquias. 


Cuando vas caminando por un pinar, las Hipparquias salen volando de tus pies.

Aunque en la foto la distingáis tuve que estar un rato buscando donde se había posado.


Era inmensa la sequedad del monte. Pocos cardos llegamos a ver floridos.

Era tan grande la sequía de la zona, el pantano estaba diez o quince metros por debajo de su nivel, que no encontramos flores en el monte y solo de vez en cuando un triste cardo ya pasado o una jacobea alimentando chinches porque no tenían otra cosa.
No me digáis a quien pertenece la vivienda con inquilino dentro. Desde luego parece el capullo de la oruga de alguna mariposa mientras está comenzando a hacerlo. 


Capullo de una oruga de mariposa, ¿De quien? Ni idea.

Si os fijáis en la foto en la parte inferior del capullo se ve a la oruga. La foto está tomada a contraluz y estaba en el barrote de una puerta de un acceso a zona restringida.
Era impresionante la sequedad del monte. Pisabas sobre el terreno y te daba la sensación que estabas sobre polvo y hierbas. 


Las tierras altas, desoladas y secas...

Hace falta la lluvia mas que nada, pero sobre todo una lluvia fina, que cale el terreno pero no lo arrastre.
Como no, si vas buscando arañas te puedes encontrar cualquier cosa debajo de una piedra y lo lógico es que aparezca la madriguera de una arácnido maravilloso como es el escorpión.
Hay que tener mucho cuidado cuando se mueven piedras en el monte, Aconsejo que si lo hacéis vayáis con alguien que sepa, pues aparte de arañas pueden haber debajo de ellas cualquier tipo de serpientes y culebras.


A pocos centímetros de su madriguera, diciendo: ¿quien se atreve?

La picadura del escorpión, cuyo nombre científico es Buthus occitanus, es dolorosa y en algún caso puede ser grave.
Después de encontrar alguna que otra araña, que no os pongo por la mala calidad de las fotos, apareció poco antes de la hora de comer la Viuda negra mediterránea.


La Viuda negra descendiendo por su tela, seguramente reparándola.

Pertenece a la misma familia que la americana, familia de los Terididos, y aunque no es tan peligrosa como aquella un cantidad grande de su veneno puede llegar a ser mortal.


Algunas de estas arañas forman en las piedras distintos diseños distribuyendo piedras.

Conocida científicamente como Latrodectus tredecimguttatus, esta araña suele vivir en zonas de matorral bajo donde fabrica una tela muy espesa para capturar a sus víctimas, o bajo ciertas piedras donde depositará sus ootecas con los huevos dentro.
Os dejo las fotos con sus explicaciones debajo. Os aseguro que para una persona como yo al que las arañas le dan cierto respeto me cuesta ponerme cerca de ellas para fotografiarlas.


Enesta imagen podeis observar a la araña abajo y a su ooteca un poco mas arriba, Y entre ambas un surtido de su despensa.

Ya de vuelta hacia los coches, ya entrada la tarde y con el espíritu contento por haber visto a la Viuda negra, íbamos mirando haber que mas podíamos encontrar y entre otras cosas pudimos ver lo siguiente:
Encima de unas santolinas ya completamente secas, un saltamontes parece estar tomando tranquilamente el sol. 


Saltamontes sin identificar, tomando tranquilamente el sol.

Fijaros como con la pata trasera consigue el equilibrio. Se dejo fotografiar, cosa rara, pues no quiso hacer honor a su nombre.
Un poco mas abajo, encontré las lagrimas de un pino; quizá lloraba por el estado del monte, todo seco, sin flora y sin fauna.


Resina resbalando por la herida de un pino. 

Una Ameles spallanzania, completamente blanca en un mundo marrón de las santolinas secas. Me choco ese color tan blanco en un mundo en el que el camuflaje es parte esencial de la supervivencia. 


Es uno de mis bichines favoritos. Las ameles son los mantoideos mas pequeños.

Estos diminutos seres son una maravilla, con sus dos centímetros de longitud, son increíblemente poderosos y unos magníficos cazadores de otros insectos y de arácnidos..
Unos metros mas abajo, en otro grupo de las mismas plantas, una araña Uloboru, esta merendando. Pero curiosamente su red no esta tan perfecta como otras vistas. Fijaros que sus líneas se corresponden mas a una configuración de polígono que circular.


Una Uloburo, dándose un atracón al caer la tarde.

Casi llegando a los coches, donde nos esperaban el resto del grupo que había andado mucho más deprisa que nosotros, un gorgojo estaba pasando de una flor a otra. 


Normalmente cuando encuentro un gorgojo esta con la cabeza hundida en el interior de la flor

Sus grandes ojos hacen juego con esa hermosa nariz al estilo de Cirano, pero su cara es mas de payaso que de enamorado.
Por último, ya con poca luz, y despiste por mi parte en los parametros de mi máquina, un saltamontes me mira sorprendido mientras le fotografío. A estos saltamontes, para mi sin nombre, les suelo bautizar con el nombre de Paco. ¿Por qué? No tengo ni idea como se me ocurrió tal cosa.


Sencillamente Paco

Os he narrado una pequeña travesía fotográfica. Un día de compañerismo con un objetivo conseguido. Disfrutamos y yo os trasmito ese disfrute con mis fotos y mis pobres palabras. Pero que mejor para aprender que ver las cosas, aprender con la vista.
Sed felices
Antonio

viernes, 23 de agosto de 2019

Los insectos y la achicoria dulce (Chondrilla juncea)



Hace seis meses que por un motivo u otro no entro en mi blog a escribir sensaciones. Pensándolo bien quizá sea un remanente de la muerte de mi madre y el encontrarme de repente a mis setenta años totalmente huérfano.


Carretera del Alto del León a Pequerinos

Paseaba el sábado pasado por el Alto del León en dirección hacia Peguerinos, por esa estrecha y mal cuidada carretera, huyendo de los calores terribles de la meseta y buscando el refugio de las sombras inmensas y cuasi eternas de los pinos serranos.


Uno de los picos de la Peñota desde la carretera de Peguerinos

Caminar a esa altura entre pinares es siempre un gustazo y sabes que siempre encontraras algún animal que fotografiar, ya sea grande o pequeño, y al mismo tiempo tienes la certeza que el sonido del viento, suave, te ayudara a concentrarte en tus pensamientos y llegaras en silencio mucho mejor a tu interior, al que a veces hay que reconducir y, en otras ocasiones, conocer. Y ese pasear sin voces, sin compañía, ayuda a ver el mundo que te rodea, a entenderlo un poco mas, a observarlo con admiración.


Helechos junto a herbazales completamente secos

Volvamos al paseo; las laderas están verdes de helechos pero las zonas de pastizales están secas. La hierba es pura paja y las fuentes agotadas tras un año de sequía brutal, con escasa nieve.
Junto al camino, veo volar pequeñas mariposas y moscas que pasan zumbando. 

Pequeño saltamontes sobre un cardo al borde del camino

Los saltamontes son unos acompañantes saltarines que corren delante de ti, a su ritmo, llenando el aire de infinitos colores, casi, casi instantáneos. De vez en cuando, una gran mariposa pasa rauda, ligera. Y entre los pinos suenan los cantos de herrerillos, carboneros y alguna otra ave de pequeñas dimensiones.
A veces, oyes el crujir de una rama que ha pisoteado sin querer un venado, o un corzo, al que no consigues ver, pero que sabes que está ahí.


Flor de la falsa Achicoria 

Me acerco a un lugar un poco mas soleado. Observo que a los lados del camino lucen fantásticas las flores de la falsa Achicoria y sobre algunas de ellas contemplo distintos insectos que comiendo su polen y absorbiendo sus néctares, ayudan a polinizar.


La planta de la Chondria juncea, Achicoria falsa o achicoria dulce, mostrando el lio de sus tallos

La falsa achicoria, cuyo nombre científico es Chondrilla juncea, es una planta fea, una hierba que dura dos o tres años y perteneciente a la familia de las Asteraceae. Sus hojas crecen en su base como si de una corona se tratase y del centro de ella salen unos tallos verdes, pálidos, de los que salen unas flores amarillas, bonitas, pequeñas, mas o menos del diámetro entre un euro y una moneda de veinte céntimos.


Mosca comiendo sobre la flor

Esta planta, a la que casi nadie mira y observa es una de las salvadoras de los insectos en épocas de sequía, ya que florece aunque no llueva. Y las flores son la vida y la nueva vida.



Junto a la falsa Achicoria o Achicoria dulce, otras plantas duras, inmunes al estío, florecen en sus distintas especies en estos momentos: son los cardos. De muchos tipos distintos, que también ayudan en los momentos difíciles. Pero volveremos a ellos otro día.


Mariposa de pequeñas dimensiones libando en la flor: ¿Veis su espirotrompa?

Parece mentira, que sobre la flor de la achicoria puedan cohabitar tantos insecto y tan diferentes.
El sábado fotografié al chinche de campo trepando por los tallos, (tallos por cierto que crecen en un desconcierto total de direcciones), y a las moscas alimentándose, y como no a las mariposas y a los avispones…


Argynnis pandora libando el néctar de la Achicoria dulce.

Es por eso que he querido escribir esta entrada, para trasmitir de alguna manera y mostraros, que todo en la naturaleza tiene un valor que está muy por encima de lo que pensamos. La falsa Achicoria es una de las plantas más humildes del campo, que no le importa en absoluto compartir con nosotros los linderos del camino y las zonas secas.


Una de las grandes mariposa de la península, la Papilio machaon sobre la pequeña achicoria

Pero si  observáis sus pequeñas flores, os daréis cuenta que  son una verdadera maravilla. Si les da el sol y detrás hay un fondo oscuro resalta de forma increíble.



Tres estados de la flor de Izda a Drcha: antes de abrir, abierta y ya convertida en semillas 

En algunas ocasiones se puede observar en un mismo tallo a unas flores por abrirse, otras abiertas y otras, cumplida ya su misión, esperando que el viento esparza por el mundo sus semillas.
Nada mas. Fijaros en las achicorias, la amarilla y la azul, más poderosa esta última, cuando andéis por esos caminos…
Sed felices
Antonio