martes, 31 de marzo de 2020

Flores con poesía CCCXVIII.- Para una rosa que va a nacer


Buenas noches, mundo, donde quiera que estés.
Hacía tiempo que no cogía entre mis manos la Historia y Antología de la Poesía Española de Federico Carlos Sainz de Robles y publicado en 1955.
Este libro es el único regalo al que puedo acceder a mano que conservo de mi abuela Chon. 
Conviví con ella tres años en Gerona, (entre los 10 y los 14 años) y fue la que me inicio en la poesía española, de una manera muy sencilla. Una vez a la semana cogía un poema del libro, por lo general alegre, y me lo leía por las tardes después del rosario, a eso de las ocho.
Incluso la única vez que recite en público un poema, Soneto a Cristo Crucificado, en el salón del colegio de los Hermanos Maristas de Gerona, me lo eligió ella.
Y un año, ya mayor yo, quizá con veinte o veintiún años, llego de viaje a casa, a Madrid, y me regalo el libro. Sencillamente me dijo: “para que siempre que lo leas te acuerdes de aquella época en Gerona y de tu abuela”.
Han pasado cincuenta años y el libro, algo desvencijado pero entero, sigue a mi lado. Ha sufrido viajes, traslados, pero siempre está a mi lado.
Y claro, cada vez que lo cojo recuerdo a aquella mujer pequeña, sentada en un silloncito rojo, (que tengo en Guadarrama), haciendo su ganchillo con aquellas gafas que, apoyadas en la punta de la nariz, le permitían ver por encima de ellas.
Y dicho esto, he abierto el libro al azar por una página hacia el final,   y me ha aparecido un poema titulado: Para una rosa que va a nacer.
El autor es Joaquín Entrambasaguas y Peña, poeta nacido en Madrid en 1904.
Licenciado en Ciencias Históricas, Doctor en Letras, Catedrático de Lengua y Literatura, no se inició en la poética hasta 1946 y según el autor de la antología “tiene ya una indiscutible personalidad en su superrealismo  que busca mas la propia humanidad que la poesía objetiva”
No quiero añadir nada mas. Simplemente os dejo la poesía, compuesta por cuatro estrofas.
Espero que os guste. Yo la voy a leer mientras la copio. Nunca antes había caído en esa página.

PARA UNA ROSA QUE VA A NACER.

Erguida en su verdor, ciega y desnuda,
aún no es color ni aroma,
en su plegada imagen,
que presiente una blanda porcelana
y el temblor de la lluvia
sobre la carne nueva de sus pétalos.

Quizás allá, en lo hondo
de su sonrisa - aun rehenes de la espina -
se van labrando prodigiosas hojas
y se destila lenta su perfume,
del sol y de la tierra transfundido.

Quizá la luz aun duda
que color le dará,
cuando, pomposamente desbordada,
dé su forma al espacio…
Ahí está, íntegramente, y aun no existe.

El tiempo ha de negarle
el consuelo de ver que se reitera
el sol que ahora la alumbra,
pero la primavera-amor- le cumple
la promesa suprema de ser rosa.
--oo0oo--

Está claro que la abuela Chon sigue haciéndome abrir de vez en cuando el libro.
Hoy os dejo solo una foto, creo que no hace falta nada mas.


              

Desde enero del 2019 no había vuelto a editar una poesía. Hoy me alegro de haberme reencontrado con el libro.
Cuidaros
Sed felices
Antonio



viernes, 27 de marzo de 2020

Un cuento: Un sueño entre 10 dalias




Un silencio increíble rodea el Real Jardín Botánico de Madrid.

Acapulco

Parece que el mundo se haya acabado. Han desaparecido los grupos bulliciosos en el Paseo del Prado y los vehículos son raros, tan raros que no existen. Sentado en el banco, el banco de los sueños, observo las plantas que durante tantos años me han acompañado a lo largo de los días mientras paseaba con mi amigo Luis o solo.

Alain Mimoun

El parterre de las dalias está completamente florido. Los ojos se me escapan detrás de colores tan diversos y formas tan dispares para flores de la misma familia. El parterre es ahora para mí solo. Puedo elegir cada flor sin que nadie se coloque detrás de la misma o pase por delante en el momento de hacer la fotografía. Puedo elegir el momento, soy el dueño absoluto de la situación y nadie a mí alrededor existe.

Alster Grusz 

¿Nadie? De repente me doy cuenta de mi soledad. He perdido la compañía de los seres humanos que convivían  conmigo alrededor de las dalias. Me giro, giro como una hélice mi cuerpo en todas las direcciones posibles y fuerzo mis ojos por encontrar a alguien que comparta conmigo el parterre. ¡Nadie!

Ambicion

Estoy solo, terriblemente solo. Ni siquiera el amigo me acompaña en esta ocasión. Un sudor frío, tan frío como la nada, me va cubriendo poco a poco, y las flores se desvanecen en un torbellino de giros que mi cabeza azuza cuando empiezo a marearme. Los colores se mezclan;  blancos con rosados y violetas con amarillos; las flores se convierten de repente en una batidora de color, un molino  que no cesa de girar, como si un viento huracanado moviese sus alas.

Apache

Busco desesperado le  banco, que está justo detrás de mi, y me siento. Cierro unos instantes los ojos y no quiero creer lo que me sucede. Soy el único dentro del Botánico. ¿Me habré quedado dormido y no he oído el silbato del vigilante a la hora de cerrar? No, imposible, si acabo de entrar. Es cierto, en la taquilla no había nadie. Tampoco se veían colas en el Prado. ¿Qué pasa? ¿Hay una huelga general?
Ni siquiera sé cómo he llegado hasta aquí. Estoy acostumbrado a la soledad, pero tanta me parece un castigo. Me doy cuenta que he dejado las máquinas en el banco. Que en estos momentos no las necesito. Los colores han dejado de girar. Las plantas comienzas a hacerse inmensas y las hierbas crecen por doquier.

Apricot star

Tengo la sensación que la vegetación quiere envolverme y cogerme. Quiero salir corriendo y no puedo. La humedad penetra en mis pies y noto el olor de la tierra dentro de mi cuerpo. Una dalia me mira dulcemente, sonriente, y me susurra al oído: “¿te gusta ser planta como yo? No te preocupes, las flores saldrán poco a poco y no necesitas nada más que para ser feliz que la gente te mire”.

Arabian night 

Intento moverme del banco. Puedo levantarme, saldré corriendo,¡no quiero ser planta ni flor! pero mis pies parecen hendidos en la tierra. Grito, socorro, socorro, pero de nada me sirve, nadie viene en mi auxilio…. La dalia sigue mirándome sonriente y me dice: "¡Calla! no ves que es la hora del silencio y la meditación. Aprovecha para aprender a contemplar la belleza." 
Y no puedo callar. Grito, lloro, y una terrible angustia se apodera de mi..

Arizona 

Me estoy convirtiendo en un vegetal. ¿Qué pasará mañana cuando la gente venga a ver las dalias? Seguramente pensaran que soy una especie nueva, la dalia hombre… 
El sudor frío me empapa; mi cuerpo esta húmedo. Un temblor me despierta. Y angustiado miro a mi alrededor; ¡no me lo creo! Acabo de despertarme de un increíble sueño. El televisor esta encendido, pero mudo. La imagen está congelada. Noto que alguna lágrima se me ha escapado al despertar. La angustia del sueño y de la soledad han salido a relucir. ¿Será el triunfo del virus? Me niego a a aceptar tal cosa, estoy sentado en el sofá, no en el banco de piedra ¿no?

Arnhem

Miro por la ventana y veo que no hay nadie en la calle… ¿Realmente he despertado?
Me doy cuenta que el salón esta repleto de dalias que me observan, Noto algo raro en mi cara, no, no es pelo, son pétalos y el sofá es en realidad un banco...
¡Que susto! Creí por un momento que que me había vuelto hombre.
--o0o--

Tras trece días de clausura forzosa, he decidido escribir algo. Y ese algo lo hago desde la soledad del banco del Botánico, estoy solo.
--o0o--

Avignon 

Cuidaros, hablad con la gente, usar el teléfono y no dejéis que la esperanza se pierda entre las flores.
Sed felices
Antonio

domingo, 22 de marzo de 2020

12 fotos de una docena de camelias.


En estos días me es tan difícil escribir, que creo que lo mejor es dejaros en blancos mis palabras y que cada uno le pongáis a cada camelia la frase que queráis.
Debajo de cada foto el nombre de la camelia o camellia mostrada.
Solo pediros con todo el respeto y cariño del mundo que os cuidéis.
Todas las fotos que vais a ver están realizadas en el Real Jardín Botánico de Madrid a años diferentes.

12 FOTOS DE UNA DOCENA DE CAMELIAS

Camelia 

Camellia Dr Clifford 

Camellia japónica Alba plena 


Camellia japónica Mathotiana


Camellia japónica Mrs Chard


Camellia X Wiliams II MaryChristian 


Camellia japónica Mrs Tingley 


Camellia japónica Psalette 



Camellia japónica Sonambula


Camellia reticulada Mary Williams


Camellia X Williams II Debbie


Camellia Tom Knudsen 


Espero que os hayan gustado
Mucho ánimo.
Antonio

jueves, 19 de marzo de 2020

Los claustros y el Covid 19


Los claustros y el Coronavirus
(Esta entrada la puse ayer en Facebook y las fotos estaban al final)


Los claustros: oración, silencio y recogimiento. ¿Miedo? Quien ha dicho miedo…
Llevamos prácticamente una semana aislados, por lo menos yo, encerrados en casa cumpliendo las órdenes que nos llegan desde arriba para evitar ser productores de nuevos contagios y de contagiarnos a nosotros. Encerrados en nuestras casas y dejando mucho tiempo para poder pensar, razonar y observar.



Y te das cuenta que como va cambiando la curva de los que caen y de los que enferman. Y tienes la sensación que aquella persona que va a la compra y pasa por delante de tu casa puede ser tu peor enemigo: el contaminador.
Y piensas por que los gobiernos, el nuestro y el resto de los europeos, han tardado tanto tiempo en adaptar las medidas que al final han tenido que tomar. Los muertos crecen cada día y los contagios aumentan por momentos. Sabemos que una parte importante de la población se contaminará, enfermará. Esto recuerda las famosas epidemias de Peste negra que sacudieron Europa.
Pero también es cierto que de aquellas epidemias salió el mundo y nosotros estamos aquí porque ellos se salvaron. Habrá que pensar que la humanidad seguirá habitando este planeta, pero ¿habrá servido todo este inmenso desastre para que tomemos conciencia que somos frágiles? ¿Dejaremos de fabricar productos, llámalos como quieras, para provocar la guerra bacteriológica? O por el contrario nos daremos cuenta que lo que hay que hacer es pensar más en vivir.


Me imagino que cada uno de nosotros sufrirá estar enclaustrado a su manera. Libros, conversaciones por videoconferencia con familiares, ordenador y redes sociales, trabajo a distancia, tablas de gimnasia para no agarrotar el cuerpo, comida, bebida, siesta (ahora es el momento de aprovecharse de ella), mirar por la ventana, aplaudir a las 20,00…
Vosotros no lo sé, pero yo intento organizar mi tiempo.
Gimnasia a primera hora después del desayuno, 15 minutos. Ducha, Trabajar un rato hasta la hora de comer, comer y siesta. Lego estudiar fotografía y por último, después de cenar y escuchar el réquiem de las noticias de las 9, dedicarme un ratito a vosotros, que al fin y al cabo después de mi familia sois lo que me importa.


Sueño con poder volver a salir a la calle, agacharme en una mata y saludar a cualquier bichín que se encuentre en ella. Quiero estrenar mis objetivos nuevos y quiero pasear.
Pero también quiero vivir y para ello toca refugiarse en el claustro casero y con ayuda de mi familia, y paciencia, luchar. Y creo que podemos luchar y vencer, aunque por desgracia algunos caigamos por el camino. Lo cierto es que tarde o temprano habrá que hacerlo.


Como veréis os he incorporado unas fotos a este escrito; un bichín como el Coronavirus no puede hacer que cambie mis costumbres.
Seguro, como decía una amiga, mañana volverá a salir el sol y calentará nuestros rostros.
Yo os dejo un sol vegetal para que vaya calentados.


Sed felices, dentro de las horas angustiosas, intentar ser felices.
Antonio