Hace seis meses que por
un motivo u otro no entro en mi blog a escribir sensaciones. Pensándolo bien
quizá sea un remanente de la muerte de mi madre y el encontrarme de repente a
mis setenta años totalmente huérfano.
Carretera del Alto del León a Pequerinos
Paseaba el sábado pasado
por el Alto del León en dirección hacia Peguerinos, por esa estrecha y mal
cuidada carretera, huyendo de los calores terribles de la meseta y buscando el
refugio de las sombras inmensas y cuasi eternas de los pinos serranos.
Uno de los picos de la Peñota desde la carretera de Peguerinos
Caminar a esa altura
entre pinares es siempre un gustazo y sabes que siempre encontraras algún
animal que fotografiar, ya sea grande o pequeño, y al mismo tiempo tienes la
certeza que el sonido del viento, suave, te ayudara a concentrarte en tus
pensamientos y llegaras en silencio mucho mejor a tu interior, al que a veces
hay que reconducir y, en otras ocasiones, conocer. Y ese pasear sin voces, sin
compañía, ayuda a ver el mundo que te rodea, a entenderlo un poco mas, a
observarlo con admiración.
Helechos junto a herbazales completamente secos
Volvamos al paseo; las
laderas están verdes de helechos pero las zonas de pastizales están secas. La
hierba es pura paja y las fuentes agotadas tras un año de sequía brutal, con escasa
nieve.
Junto al camino, veo
volar pequeñas mariposas y moscas que pasan zumbando.
Los saltamontes son unos
acompañantes saltarines que corren delante de ti, a su ritmo, llenando el aire
de infinitos colores, casi, casi instantáneos. De vez en cuando, una gran
mariposa pasa rauda, ligera. Y entre los pinos suenan los cantos de
herrerillos, carboneros y alguna otra ave de pequeñas dimensiones.
Pequeño saltamontes sobre un cardo al borde del camino
A veces, oyes el crujir
de una rama que ha pisoteado sin querer un venado, o un corzo, al que no
consigues ver, pero que sabes que está ahí.
Flor de la falsa Achicoria
Me acerco a un lugar un
poco mas soleado. Observo que a los lados del camino lucen fantásticas las
flores de la falsa Achicoria y sobre algunas de ellas contemplo distintos
insectos que comiendo su polen y absorbiendo sus néctares, ayudan a polinizar.
La planta de la Chondria juncea, Achicoria falsa o achicoria dulce, mostrando el lio de sus tallos
La falsa achicoria,
cuyo nombre científico es Chondrilla juncea, es una planta fea, una hierba que
dura dos o tres años y perteneciente a la familia de las Asteraceae. Sus hojas
crecen en su base como si de una corona se tratase y del centro de ella salen
unos tallos verdes, pálidos, de los que salen unas flores amarillas, bonitas,
pequeñas, mas o menos del diámetro entre un euro y una moneda de veinte céntimos.
Mosca comiendo sobre la flor
Esta planta, a la que
casi nadie mira y observa es una de las salvadoras de los insectos en épocas de
sequía, ya que florece aunque no llueva. Y las flores son la vida y la nueva
vida.
Junto a la falsa
Achicoria o Achicoria dulce, otras plantas duras, inmunes al estío, florecen en sus distintas
especies en estos momentos: son los cardos. De muchos tipos distintos, que
también ayudan en los momentos difíciles. Pero volveremos a ellos otro día.
Mariposa de pequeñas dimensiones libando en la flor: ¿Veis su espirotrompa?
Parece mentira, que
sobre la flor de la achicoria puedan cohabitar tantos insecto y tan diferentes.
El sábado fotografié al
chinche de campo trepando por los tallos, (tallos por cierto que crecen en un
desconcierto total de direcciones), y a las moscas alimentándose, y como no a
las mariposas y a los avispones…
Argynnis pandora libando el néctar de la Achicoria dulce.
Es por eso que he
querido escribir esta entrada, para trasmitir de alguna manera y mostraros, que
todo en la naturaleza tiene un valor que está muy por encima de lo que
pensamos. La falsa Achicoria es una de las plantas más humildes del campo, que
no le importa en absoluto compartir con nosotros los linderos del camino y las
zonas secas.
Una de las grandes mariposa de la península, la Papilio machaon sobre la pequeña achicoria
Pero si observáis sus pequeñas flores, os daréis
cuenta que son una verdadera maravilla.
Si les da el sol y detrás hay un fondo oscuro resalta de forma increíble.
Tres estados de la flor de Izda a Drcha: antes de abrir, abierta y ya convertida en semillas
En algunas ocasiones se
puede observar en un mismo tallo a unas flores por abrirse, otras abiertas y
otras, cumplida ya su misión, esperando que el viento esparza por el mundo sus
semillas.
Nada mas. Fijaros en
las achicorias, la amarilla y la azul, más poderosa esta última, cuando andéis
por esos caminos…
Sed felices
Antonio
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