viernes, 23 de agosto de 2019

Los insectos y la achicoria dulce (Chondrilla juncea)



Hace seis meses que por un motivo u otro no entro en mi blog a escribir sensaciones. Pensándolo bien quizá sea un remanente de la muerte de mi madre y el encontrarme de repente a mis setenta años totalmente huérfano.


Carretera del Alto del León a Pequerinos

Paseaba el sábado pasado por el Alto del León en dirección hacia Peguerinos, por esa estrecha y mal cuidada carretera, huyendo de los calores terribles de la meseta y buscando el refugio de las sombras inmensas y cuasi eternas de los pinos serranos.


Uno de los picos de la Peñota desde la carretera de Peguerinos

Caminar a esa altura entre pinares es siempre un gustazo y sabes que siempre encontraras algún animal que fotografiar, ya sea grande o pequeño, y al mismo tiempo tienes la certeza que el sonido del viento, suave, te ayudara a concentrarte en tus pensamientos y llegaras en silencio mucho mejor a tu interior, al que a veces hay que reconducir y, en otras ocasiones, conocer. Y ese pasear sin voces, sin compañía, ayuda a ver el mundo que te rodea, a entenderlo un poco mas, a observarlo con admiración.


Helechos junto a herbazales completamente secos

Volvamos al paseo; las laderas están verdes de helechos pero las zonas de pastizales están secas. La hierba es pura paja y las fuentes agotadas tras un año de sequía brutal, con escasa nieve.
Junto al camino, veo volar pequeñas mariposas y moscas que pasan zumbando. 

Pequeño saltamontes sobre un cardo al borde del camino

Los saltamontes son unos acompañantes saltarines que corren delante de ti, a su ritmo, llenando el aire de infinitos colores, casi, casi instantáneos. De vez en cuando, una gran mariposa pasa rauda, ligera. Y entre los pinos suenan los cantos de herrerillos, carboneros y alguna otra ave de pequeñas dimensiones.
A veces, oyes el crujir de una rama que ha pisoteado sin querer un venado, o un corzo, al que no consigues ver, pero que sabes que está ahí.


Flor de la falsa Achicoria 

Me acerco a un lugar un poco mas soleado. Observo que a los lados del camino lucen fantásticas las flores de la falsa Achicoria y sobre algunas de ellas contemplo distintos insectos que comiendo su polen y absorbiendo sus néctares, ayudan a polinizar.


La planta de la Chondria juncea, Achicoria falsa o achicoria dulce, mostrando el lio de sus tallos

La falsa achicoria, cuyo nombre científico es Chondrilla juncea, es una planta fea, una hierba que dura dos o tres años y perteneciente a la familia de las Asteraceae. Sus hojas crecen en su base como si de una corona se tratase y del centro de ella salen unos tallos verdes, pálidos, de los que salen unas flores amarillas, bonitas, pequeñas, mas o menos del diámetro entre un euro y una moneda de veinte céntimos.


Mosca comiendo sobre la flor

Esta planta, a la que casi nadie mira y observa es una de las salvadoras de los insectos en épocas de sequía, ya que florece aunque no llueva. Y las flores son la vida y la nueva vida.



Junto a la falsa Achicoria o Achicoria dulce, otras plantas duras, inmunes al estío, florecen en sus distintas especies en estos momentos: son los cardos. De muchos tipos distintos, que también ayudan en los momentos difíciles. Pero volveremos a ellos otro día.


Mariposa de pequeñas dimensiones libando en la flor: ¿Veis su espirotrompa?

Parece mentira, que sobre la flor de la achicoria puedan cohabitar tantos insecto y tan diferentes.
El sábado fotografié al chinche de campo trepando por los tallos, (tallos por cierto que crecen en un desconcierto total de direcciones), y a las moscas alimentándose, y como no a las mariposas y a los avispones…


Argynnis pandora libando el néctar de la Achicoria dulce.

Es por eso que he querido escribir esta entrada, para trasmitir de alguna manera y mostraros, que todo en la naturaleza tiene un valor que está muy por encima de lo que pensamos. La falsa Achicoria es una de las plantas más humildes del campo, que no le importa en absoluto compartir con nosotros los linderos del camino y las zonas secas.


Una de las grandes mariposa de la península, la Papilio machaon sobre la pequeña achicoria

Pero si  observáis sus pequeñas flores, os daréis cuenta que  son una verdadera maravilla. Si les da el sol y detrás hay un fondo oscuro resalta de forma increíble.



Tres estados de la flor de Izda a Drcha: antes de abrir, abierta y ya convertida en semillas 

En algunas ocasiones se puede observar en un mismo tallo a unas flores por abrirse, otras abiertas y otras, cumplida ya su misión, esperando que el viento esparza por el mundo sus semillas.
Nada mas. Fijaros en las achicorias, la amarilla y la azul, más poderosa esta última, cuando andéis por esos caminos…
Sed felices
Antonio

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