miércoles, 19 de enero de 2022

Hojas secas en un atardecer de enero

 

Son mas o menos las seis de la tarde. Hace muchísimos días que no salgo a fotografiar la puesta de sol. Y hoy, un extraño impulso me ha llevado a hacerlo.



Hay un cielo extraño. Las nubes en bandas finas atraviesan el espacio con una lentitud increíble. Parecen no tener prisa.

Llego justo al árbol sin hojas y sin podar que hay justo donde acaba la explanada en donde en años normales se instala el circo. ¡El circo! Cada vez se ven menos y más pobres; más tristes.






Detrás del árbol, el terreno baja abruptamente hacia el arroyo y te encuentras en una especie de balcón que permite ver el horizonte en casi 270º a excepción de las naves del polígono industrial que en estas fechas es por donde el sol se va a dormir.

Y mientras el sol baja, y aprovechando sus últimos y cálidos rayos, me dedico a fotografiar a las hojas de las podas que se han realizado en mi ciudad y que ocupan ahora el lugar del circo. El circo no está y ellas no estarán en unos días, cuando se las lleven para convertir en virutas o abonos.




Me giro hacia el lado contrario al sol y una luna redonda, gruesa, perece estar rodando entre las chimeneas de unos chalets adosados mientras las urracas y los tordos aprovechan los últimos rayos del sol.



Han cumplido su misión y en vez de volar por las calles los días de aire, yacen junto a los restos de parte de sus árboles. Extraña reunión de hojas secas que deberían estar aun bailando al compás del aire.

Ya se ha puesto el sol. Las hojas se oscurecen y miro al horizonte.

Las estelas del vapor condensado de dos aviones aparecen y se extienden hasta más allá de donde alcanzan mis ojos. Si un avión vuela a 900 KM/h y llevo casi una hora por aquí, donde estará ese avión que aun veo la estela. Seguramente sobre el Atlántico.



Los montes que rodean a El Escorial, se sumen en la negrura y el cielo se tiñe de un extraño rojo ceniciento que hoy no llega a alcanzar el grado de majestuosidad de otras veces.



Emprendo el camino de regreso, hoy aquí no hay mucho que ver, pero he disfrutado un rato observando, pensando, recordando… He vivido de nuevo el contacto con lo que me gusta.

Hoy es 17 de enero de 2022

Sed felices. Cuidaros

Antonio

2 comentarios:

  1. Hay mucho que ver en tus fotografías y mucho que leer en tus letras. Magnífica entrada. Como siempre, me llena de sensaciones de bienestar y calma.

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