La entrada que vais a ver es un episodio mas de la Naturaleza. Bella, siempre, pero cruel muchas veces. La ley de la supervivencia, la del control de los individuos, es un constante enfrentamiento entre unos y otros.
Las fotos están tomadas en Mijas Costa, en los jardines de la urbanización, el día 12 de agosto de 2017
Os dejo con mi historia:
Estaba tumbado tomando el sol en la piscina de la
urbanización. El ruido que hacían las cigarras me atraía. Me levanté y decidir a
ver donde se encontraban.
En un tronco de un cocotero había dos, pero estaban
lo suficientemente altas para no poder verlas bien.
En un árbol de tamaño pequeño sonaba el canto de
otra. Me acerque a él y allí había otras chicharras que enmudecieron por mi
presencia.
Mis ojos, acostumbrados ya a los pequeños
movimientos, se dieron cuenta de que había algo que no cuadraba: una cigarra en
el aire quieta. ¡Y tan quieta! detrás de ella había una mantis pegándose el gran
banquete.
Esa misma mañana, mientras tomaba el solen la piscina
y las escuchaba me preguntaba quiénes serían sus depredadores, pues habiendo tantas tenían
que tener uno seguro. Y mira por donde la casualidad quiso que encontrase a uno
de ellos.
Me puse la camiseta y las chanclas y subí, todo lo
deprisa que mi EPOC me dejo, los 58 escalones de traviesas de tren hasta el
apartamento a buscar las cámaras.
La mantis seguía afanada en su festín. Lógicamente la
cigarra estaba ya en otro mundo.
Al principio la mantis no me hizo caso.
Luego me miro fijamente y comenzó a subir por el árbol.
La fotografié desde distintos puntos y al final encontró
una posición tan fenomenal que no conseguía verla bien.
Es increíble el camuflaje de la mantis. Era
imposible verla contra las hojas del árbol.
La cigarra por el contrario destacaba enormemente,
no era una encina donde les gusta estar.
Volví al día siguiente a ver si veía a la mantis y no
fui capaz.
Me bañe y después del baño volví a observar el árbol para ver si conseguía
encontrarla de nuevo. Seguro que ella si me vio a mí y debió sonreís ante mi
estupidez y mi falta de visión.
Había cigarras en el árbol. No estaría muy lejos.
Nada mas por hoy.
Sed felices
Antonio
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