El campo extremeño es
un gran desconocido.
El concepto de
Extremadura como tierra pobre y dura hay que retomarlo, olvidarlo. Esa denominación proviene de la época de la Reconquista, porque instalarse en esas tierras era duro por las rafias constantes de las tropas morunas. Aquellas
historias que colocaban a esta autonomía como un erial sin agua y sin riqueza no
son validas en la actualidad.
Extremadura es quizás
una de las regiones con más agua gracias al Guadiana y al Tajo que las riegan
durante muchísimos kilómetros, creando ambos maravillosos lagos artificiales,
los cuales aparte de aportar agua a sus tierras facilitan la vida de infinidad
de especies animales.
Hoy estoy recordando
unos días geniales pasados en Valencia de Alcántara en mayo de 2017, con gente
estupenda y recorriendo sus caminos y campos con mis cámaras al hombro.
Las praderas tenían un
color diferente cada una por las distintas floraciones que se daban en ellas y
las moles graníticas que emergen de vez en cuando en medio de ellos le dan un
misterioso aire que se refuerza con la gran cantidad de dólmenes que hay por la
zona.
Desde luego el hombre
prehistórico sabia donde asentarse.
Os he traído hoy una
serie de fotos de aquellos días; en ellas he colocado paisaje, prehistoria,
insectos y flores.
El hombre prehistórico,
como ya hemos dicho, estuvo viviendo por estas tierras y son muy numerosos los
dólmenes que existen por la zona.
Os he traído dos de
ellos.
Dolmen de la Tapada del Anta.
Uno muy bien conservado
es una verdadera joya con todos sus componentes: es el dolmen de Tapada del
Anta situado en una pequeña elevación y bastante
escondido de la vista de los caminos que por sus alrededores discurren.
Restos del dolmen Fragoso.
El otro, semi
restaurado y sin su cubrición es el dolmen llamado Fragoso, situado en lo alto
de una elevación y desde donde se divisa una gran extensión de terreno
Y hay muchos más por la
zona y algunos de una riqueza brutal en cuanto a sus condiciones como pueden
ser los dólmenes del Mellizo no muy lejos de la zona de Valencia de Alcántara.
Praderas donde se encuentra la Porra del Burro.
Existe una piedra, que
ya he colocado en otra entrada, denominada la Porra del Burro, que parece tener
relación con los hombres prehistóricos, pero ese es otro cantar que hay que
demostrar.
Entre la Porra del
Burro y los dólmenes recorrí varios caminos y pise las hierbas de las praderas.
¡Y que praderas! En un mes de mayo de un año seco, llenas de flores y hierbas.
Campos sin cultivar donde crecían todo tipo de plantas silvestres. Plantas que
dan vida y la reciben con multitud de insectos y arácnidos que viviendo con
ellas comparten los ciclos de la vida.
Cualquiera de los campos no cultivados donde viven los que vienen a continuación
Mariposas de todos los
tipos y colores, diurnas y nocturnas, himenópteros grandes y pequeños,
mantoideos que esperan como si una rama mas se tratasen de una planta para
cazar al infeliz que pase al alcance de sus poderosas patas delanteras.
E infinidad de coleópteros,
escarabajos, a veces negros como el carbón y en otras ocasiones vistosos con
colores maravillosos.
Os coloco a continuación las fotos de distintos insectos y plantas.
Verbascum sinuatum gordolobo
Así son los campos
extremeños. Hay que conocerlos.
Nemoptera bipennis, conocidos como los duendes de la pradera, los reyes de las praderas.
Empusa pennata, uno de los grandes depredadores en las matas.
Con su lengua fuera en toda su extensión, esta Lycaena phlaeas, se alimenta en una margarita.
Saltamontes de los matorrales; una ninfa.
Los insectos Palo son casi imposibles de ver como no se muevan
Un escarabajo que parece querer remar en el aire con sus patas. Philloperta horticola
Existen himenópteros de muchísimas clases distintas. Todos parientes de las abejas como esta pequeña.
Nustera distigma, un bonito coleóptero alimentándose en una flor.
Cambian cada semana de color en función de las
plantas que en cada momento les cubren. He viajado por trabajo mucho hacia
Badajoz y es impresionante como semana a semana van cambiando de color: azules,
verdes blancos, incluso rosas a veces por los campos de frutales.
Tres en raya. Amapolas en medio de herbazal, compitiendo con su altura la polinicización-
Un asilido, un diptero que se alimenta de otros insectos voladores. Es una mosca.
Otro campo sin cultivar, otro cuadro natural.
Las mariposas nocturnas son bellas, Esta se llama Mimas tiliacea y de mañana se encuentran en las paredes blancas de los edificios pues van a ellos atraídos por la luz.
Me gustan esas encinas
encerradas entre vallas de piedra que delimitan las distintas parcelas. Años y años
de trabajo realizando esas fantásticas mamposterías campestres.
Parcelas separadas por vallados de piedra colocada en seco, sin mortero.
Y la paz que trasmiten
esos campos. Silencios solo rotos por el
aire o en canto de alguna ave que va buscando a su pareja, o por una conversación
animada con alguien que te acompaña.
Campos de los
alrededores de Valencia de Alcántara siempre bellos.
Sed felices, lo demás
suele ser mucho menos importante.
Antonio
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