Nuestro poeta nace en la ciudad de Caspe en el año
mil ochocientos once y está inmerso de lleno en el Romanticismo.
Miguel Agustín Príncipe estudió en Zaragoza, incluso
la carrera de Derecho Civil, y ejerció allí su profesión. Fue profesor de
Historia y Literatura en la Universidad de Zaragoza y en la de Madrid.
Escribió, prosa, teatro y poesía, pero su vocación
fue la de periodista. Conocido en los ambientes madrileños porque estaba
siempre al tanto de todas las noticias y no se le escapaba nada. Escribió en
multitud de periódicos firmando con su nombre y en otros con distintos
seudónimos.
Como poeta, que lo fue, escribió de todo, desde la poesía
satírica a la religiosa.
Entre sus obras poéticas destacar El poemario
titulado Poesías ligeras, festivas y satíricas que se organizo en dos
volúmenes.
Otras obras fueron Fabulas en verso, La coronación
de Quintana…
Murió en Madrid en mil ochocientos cincuenta y seis.
Os he dejado un poema titulado Cantico a la primera
desposada.
Y os lo he colocado por como choca el escrito con la
mentalidad actual.
Hay que leerlo desde esa perspectiva.
A
la primera desposada.
¿Quien
es esa que placida levanta
su
blanca y rubia sien, como la estrella
que
al inflamado día se adelanta,
y
es, cual su lumbre, candorosa y bella?
¿Quién
es, que al verla Adán se encanta,
y
es su delicia suspirar con ella?
¡Triunfa,
milagro del poder divino!
Rendir
y embelesar es tu destino.
¡El
prado apenas sus pisadas siente!
Solo
le falta el presuroso vuelo
para
que el cielo y tierra juntamente
ángel
le crean tutelar del suelo.
¿Mas
por qué se sonroja? El inocente
pudor,
¿por qué la cubre con su velo?
¡Triunfa,
milagro del poder divino!
Rendir
y embelesar es tu destino.
¿Quién
unió la dulzura a los enojos
en
su bello semblante? ¿Quién la lumbre
puso
del sol en sus celestes ojos,
velada
en inefable mansedumbre?
¿Quién
prestó el oro a sus cabellos rojos?
¿Quién
a su tez del alba la vislumbre?
¡Triunfa,
milagro del poder divino!
Rendir
y embelesar es tu destino.
La
rosa de sus mejillas colorea,
y
el beso ríe en su halagüeña boca:
su
dulce seno gratamente ondea
como
la mies que el aura apenas toca.
¡Triunfa,
oh prodigio de la excelsa idea!
¡Triunfa,
milagro del poder divino!
Rendir
y embelesar es tu destino.
--o0o--
Espero que aunque del romanticismo y fuera de los
cánones actuales os haya gustado.
Desde luego no creo que hoy alguien escribiese así
refiriéndose a la mujer.
Sed felices, ya sabéis que lo demás es menos
importante
Antonio
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