El otro día, nuestro amigo El Peregrino, me mando una foto y durante la noche febril, con mis cuarenta de fiebre, que pase sentado en aquel butacón, solo, lo único que veía era esa foto. No se si mi mente era yo, o era una alucinación, pero de lo que si estoy seguro es que a la mañana siguiente me pareció tan real, tan mía que empecé a garabatear en un folio y salio esto, tal y como la vais a leer.
No he querido retocar, ni buscar rimas asonantes o consonantes; no, solo he querido llevar al papel lo que mi mente calurosa me dictaba.
Sed benévolos, que jamas había hecho una cosa así.Además me da bastante vergüenza publicar estas cosas, pero alguna vez habría que hacerlo y que mejor que estando malo para que seáis mas condescendientes.
Empecemos con la fotografía:
Foto de El Peregrino |
¡VAMOS A CASA MADRE!
Bajaba la vieja
por el empedrado
camino,
llorando, recordando,
rezando.
Aparece de repente
como anima bendita su
hijo
y le pregunta:
“¡ Madre! ¿Dónde
estaba?”
La vieja, le mira
con ojos resignados,
le observa,
y con el saber que
dan los años
la contesta:
“Estaba con tu padre
hijo,
haciéndole compañía,
que allí pasa muchas horas solo.
Le he arreglado la
cama mientras hablaba de tus cosas,
hemos compartido un
rato.
Te manda un beso”
“¡Vamos a casa, Madre
vamos a casa!
Mañana la acompañare
de nuevo al
cementerio”
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