lunes, 17 de septiembre de 2012

Paseando al anochecer en la Plaza de Castilla. Madrid

La otra tarde tuve que acercarme por una avería en el apartamento de mi hija a la Plaza de Castilla en el norte de Madrid, al final del paseo de la Castellana.
Allí se costruyeron en su día las famosas torres KIO, inclinadas, tanto, que la primera vez que las ves parece que se te van a caer encima.
La tarde del domingo era una tarde tranquila; Madrid había pasado un sábado de manifestaciones y se esperaba un lunes caliente con la huelga de transportes, que luego se ha quedado en nada, y la gente quería estar a gusto.
El sol casi ocultado en el horizonte castellano y unas nubes borreguiles recorriendo el cielo y dejando que las producidas por algún avión se mezclasen con ellas.
Son fotos de diez minutos de pasear por la plaza, luego la luz se hizo tan insignificante que se encendieron las farolas de la plaza y los paseos adyacentes y aquella magia del atardecer desapareció para sumergirse en un mundo en movimiento de luces blancas y rojas...


LA PLAZA DE CASTILLA.-




Las torres Kio, Puerta Europa las llaman, enmarcan los nuevos rascacielos que se han realizado en la prolongación del paseo de la Castellana, en un lugar donde ya no se sabe si es paseo o carretera. Desde aquí se puede llegar sin dejar ya la carretera a Europa mas occidental.


Como se de una gigantesca silla se tratase, este edificio parece querer hacer sentarse al que en el se refleja; vidrios reflejados en vidrios y la silla esperando


Al final de Agustín de Foxa la plaza de Castilla se ofrece mostrando dos de sus símbolos: por un lado el obelisco diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava.
El otro símbolo es una de las torres Kio, magnifica edificación inclinada, diseñadas por los arquitectos Philip Johnson y su socio John Burgee, con las que se quisieron salir del edificio rectangular en altura.


En esta foto, algo deformada por el gran angular, podemos apreciar otro de los símbolos de la plaza de Castilla: el deposito de agua del Canal de Isabel II que esta allí desde tiempos inmemoriales. No se si en la actualidad tendrá uso, pero en sus alrededores esta la sala de exposiciones de Canal.


La noche esta llegando, los últimos rayos de sol están ya altos, muy altos, en las nubes algodoneras que pasaron ayer domingo por Madrid. Dentro de unos minutos comenzaran a encenderse las farolas con sus luces amarillas, los semáforos resaltaran y los coches indicaran con sus faros el camino a casa.




En la torre oeste se refleja la otra torre ya muy oscura. La techumbre de la terminal de autobuses asemeja un toldo que estuviera a sus pies y la entrada al metro con sus luces amarillas en rayas discontinuas asemejan un tren que este partiendo .




La torre este, refleja a su homóloga y al edificio que da pie a la calle Bravo Murillo que nos llevara hasta Cuatro Caminos. Parece que las nubes, con sus reflejos, se han colado en las oficinas. Hoy no se ven trabajadores en sus puertas contaminando un poco mas el aire de Madrid. ¡Con lo bien que huele un cigarrillito!


Las nubes que están mas al oeste, bañadas de rojos fogonazos que deja un sol que quiere recordar el verano que esta ya pasando. Los cristales, con sus distorsiones estructurales, juegan con las imágenes reflejadas como si quisieran hacer un cuadro naife de este barrio de Madrid






Con una luz suave, unas torres de cristal y de nubes, con un cielo tranquilo, placentero, os dejo.
Espero que os haya gustado este rinconcito de Madrid; mañana seguramente habrá otro y si no Dios dirá.


Hasta la próxima, mientras tanto sed felices.

Antonio

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