Todo comenzó hacia 1965 cuando con mis amigos de Gerona comenzamos a fotografiar arañas del tipo Agiope, que montaban sus telarañas en los campos de hinojo, donde abundaban en verano todo tipo de insectos voladores. ¡Cuan atrás quedan esos años!
Aquello fue el inicio de una fotografía que solo practicaba algunos días del verano para realizar pequeños documentales sobre las arañas. De aquellas fotos no queda ni rastro. De las películas no se si habrá algún recuerdo. Y ahí quedo la experiencia.
Pasaron muchos, muchísimos año, hasta que de nuevo me encontré en mis manos con una cámara digita de bolsillo, de las primeras, regalo de mis hijos, que tenía una función macro; con ella un día sin aire, al no poder volar mis aviones de aereomodelismo, hice una foto a un insecto, una mariquita en un cardo. Había vuelto a los inicios sin darme cuenta. La foto la que está aqui abajo.
La primera foto digital de un insecto: La mariquita en su casa.
A partir de ese momento sean sucedido las tomas de insectos y arácnidos, siempre que he podido. Comence a fotografiarlos de nuevo porque me fascinaba verles actuar. Nome hacia falta nada mas. De echo, ni siquiera me importaba en un principio sber nombres, ordenes, familias. ¿Para que? Si la belleza estaba en lo que veía.
El mundo de las comunicaciones, la Red, me fue abriendo el conocimiento básico de muchos de los bichos que fotografiaba, la posibilidad de conocer, gracias a un montón de gente extraordinaria, infinidad de familias, subfamilias, especies, géneros etc. etc. que me han abierto más aun si cabe mi interés por los pequeños.
Mi mala memoria para nombres, se ve compensada por la paciencia de personas como Adela, Fer, Jose, Enrique, Andres, Julio Cesar, Luis, etc. etc., que constantemente me ponen al día de todo aquello que voy fotografiando.
Desde aquel diez de octubre de 2003 han pasado exactamente doce años. Mis discos duros están a rebosar de muchas malas fotos de insectos y arañas y de algunas buenas.
Pero la foto de que aquella mariquita en su casa es un recuerdo imborrable, de un nuevo contacto con la naturaleza, a través de los pequeños animales que pueblan un mundo muy desconocido para la gente en general
Doce años, fantástico número el 12 rodeado de dos números primos, poniendo el ojo tras el ocular, tumbándome en la hierba, pasando calor, corriendo tras las mariposas...
Gozo al ver luego las fotos que han quedado decentes y grandes desilusiones muchas, mas de las que quisiera, ante malos resultados. Pero siempre con un "mañana saldrán mejor."
Hay una serie de “bichines” que me llaman poderosamente la atención.
Unos son las maravillosas mariposas. Las mariposas pertenecen al orden de los lepidópteros.
Carchadorus alceae. (Piquitos castaña)
Las mariposas, grandes o pequeñas, diurnas o nocturnas son siempre atrayentes. Las hay visibles, con colores maravillosos, vistosos y otras en cambio, aparecen apagadas, confundiéndose con el terreno en un maravillosos camuflaje.
Familia Pterophoridae. Mariposa nocturna
Hipparchia alcyone
Otros maravillosos insectos, aunque no os lo creáis son los dípteros. A estos pertenecen esos pequeños incordiantes que son las moscas. Pero su cuerpo cuando te acercas a ellas presentan una cierta belleza y complejidad, como podeís ver.
Colliphoridae sp. Fijaros en los tonos de la mascara.
Las moscas cumplen tareas de limpieza. Gracias a ellas, entre otros, desaparecen los restos orgánicos,sanean en resumidas cuentas, limpian ala tierra de la muerte.
Bombyliidae anastoechus sp. Preciosa forma suave de volar.
Las grandes organizadoras laborales con alas, como son las abejas, las avispas y las hormigas, que pertenecen al grupo de los himenópteros. Esos maravillosos ojos que tienen unas y otras, todo el día en las flores recolectando para la colmena o el hormiguero. He visto avispas venir a comer las sobras de mi plato y recortar pedazos de carne para llevar a la colmena y repetir la operación la misma avispa hasta que se quedo sin bocado que llevarse entre las patas.
Anthidiini sp. Estas abejas duermen los machos fuera de la colmena agarrándose con la boca a los tallos de las plantas.
Poliestes sp. Sp significa que no se sabe exactamente el nombre. Se pone la familia delante. Avispa.
Termita alada. No es una termita que ataca la construcciones. Esta hace sus nidos en las raices de los árboles.
Los coleópteros, entre ellos las mariquitas y sus parientes cercanos los escarabajos, son un mundo fantástico también. Animales a los que prácticamente no se conoce. Unos dañinos para las cosechas y otros totalmente beneficiosos.
¿Sabéis de qué se alimentan las mariquitas? Pues de los pulgones que invaden las plantas. Son tan devoradoras de ellos, que incluso en su fase de larva nada más nacer van a por ellos. Por eso a los jardineros no les importa verlas en sus rosales y otras plantas con flores.
Mariquita de siete puntos en busca de pulgones.
Pariente cercano de las mariquitas, este coleoptero se llama Chrysolina sanguinolata.
Heliotaurus ruficollis sobre flor de malva.
Un grupo que me llama poderosamente la atención es el de los chinches, orden de los heterópteros.
Los hay de todos los tamaños, formas y colores distintos. A unos les encanta meterse dentro de las formaciones de semillas del hinojo cuando aun esta verde y en las horas de calor se refugian dentro. Otros, por lo general muy tímidos, intentan parapetarse detrás de la ramita o tallo donde están para que no les veas.
Ranglius confusus.
Spilostethus pandurus (Ninfa)
Graphosoma lineatum. Los haypor todas partes, pero les encanta el hinojo.
Luego está el grupo de los grandes voladores cazadores que es el de los odonatos, las libélulas.
Ingenio sublime de la naturaleza que ha dotado a estos seres de la capacidad de volar y cazar en vuelo con una facilidad pasmosa para ejercitar cualquier tipo de maniobras.
Con una visión extraordinaria, les he visto cazar de todo, desde otras libélulas más pequeñas, a mantis, moscas, crisopas, efímeras, etc. etc. Son espectaculares sus vuelos en todos los sentidos y los estáticos. Estoy seguro que Juan de la Cierva debió meditar mucho al verlas volar y su vuelo le debió inspirar para la construcción del autogiro.
Enallagma cyathigerum (Caballito del diablo)
Sympetrum fonscolombii.
Sympetrum fonscolombii. Fijaros la cantidad de celdillas que tienen sus ojos.
Y llegamos al último grupo de mis preferidos, el de los mastoideos, y con él a mi pieza más preciada, que ni es la mantis religiosa, ni la ameles, no, es la Empusa pennata.
Las empusas son otra de las maravillas de ingeniería genética de la Naturaleza.
A diferencia de sus primas, las mantis y ameles que son anuales, esta vive tres años pasando por fases distintas, siendo la de ninfa la que más me gusta.
De adultos, como la que veis en la foto, imponen cierto respeto, pero son para nosotros inofensivas, si bien pueden clavarte alguno de los dientes de sierra que llevan en sus patas.
Empusa pennata adulta. Despues de una tormenta sobre adelfa.
Las ninfas, pequeñas y valientes, son cazadoras increibles. Todo lo que se mueva a su alrededor es factible de ser apresado por esas patas llenas de dientes, que sslen disparadas a una velocidad fantástica sin que el enemigo se percate de lo que esta pasando.
Ninfa de Empusa pennata sobre santolina.
Ninfa de Empusa pennata devorando una araña.
¿Qué me ha traído mi relación con los insectos? Muchísimas cosas y casi todas buenas.
Me ha enseñado que hay que observar, mirar a tu alrededor para ver. Mirando, buscando, de repente, cuando menos te lo esperas, allí, entre unas ramas, o sobre la hoja de una planta o en el propio suelo, aparece el animal buscado u otro que no esperabas encontrar.
Me han traído la paciencia, mucha paciencia. Este verano todos los días he salido a buscar ninfas de Empusa y no había forma. El domingo, con el grupo de San Lorenzo de El Escorial, aparecieron tres de repente.
Me han enseñado también a no intervenir en sus cacerías. ¿Quién soy yo para entrometerme en lo que la Naturaleza ha organizado? He visto a libélulas cazar y ser acto seguido cazadas. Arañas diminutas paralizar en un instante a una abeja que les triplica en tamaño…
Y quizás, lo más importante, la observación de estos pequeños seres, me ha enseñado a observar a las personas, a ver en ellas aquellos detañes que antes me pasaban desapercibidos.
Me han enseñado a tener paciencia,a ser mas tranquilo, mas humilde. Me han demostrado que los tamaños no importan, pero que si vale la constancia, el tesón y el trabajo. Y que, con sentimientos o sin ellos, tambien luchan por mantener a sus especies en este mundo.
Quizás esta sea la mejor de las enseñanzas.
Sed felices.
Antonio
Genial texto y galería fotográfica que lo acompaña. Gracias por tan atractivo resumen sobre los "bichines". Un abrazo, Antonio.
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