jueves, 24 de noviembre de 2016

Buscando la luz y el color.




Me hubiese gustado saber pintar y plasmar, como hacen los pintores, sobre la tela los colores y la luz que existe en cada momento. Me hubiese gustado ser poeta y poder escribir bellas palabras para expresar, en una melodiosa recitación, la belleza del mundo que nos rodea y la luz que hay en él. Y me hubiese gustado haber tenido una educación mas humanista que no técnica, zanjada por montones de cambios de colegios, de ciudades...


Pero una cosa es lo que me hubiese gustado y otra cosa es lo que me gusta ahora: no se pintar, pero me gusta intentar encontrar la luz en mis fotografías, sin querer ser un maravilloso artista, pues ni tengo unos equipos súper geniales, ni se usar prácticamente ninguno de los programas de ordenador para corregir fotografías.


Busco la belleza e intento que el poema se una cascada de imágenes una detrás de otra para comunicar los sentimientos que en ese momento me gustaría escribir con cualquiera de los estilos poéticos que ha dado la lengua castellana, desde los primitivos hasta el postmodernismo.
Buscando la belleza, en el fondo, lo que busco es el amor, la amistad, el encuentro y la compañía.


Estas imágenes que estáis viendo son de principios de noviembre de 2016 en una visita al Real Jardín Botánico de Madrid, en una mañana en la que un aire enturbiado algo por una ligera neblina permitía buscar los rincones del jardín que trasmitiesen algo y para mi ese algo era la luz, el color y el contraste.


La búsqueda de la luz la tenemos cada uno a nuestra manera y la expresamos como cada cual puede y sabe. Llevo mucho tiempo buscando la luz, tanto la luz natural del medio que vivo como la interior que me conduzca al destino final con la tranquilidad de haberla hallado.


Y la luz no la puedes inventar. Es la que es y está donde menos te la esperas. Y el color la acompaña unas veces y otras se esconde como si tuviese vergüenza.


Comparar el paisaje con aquellos seres a los que quieres. Comparar la luz y el color con la persona que amáis y entonces podréis comprender lo que intento trasmitir. Intento ser poeta sin poder serlo, pero dejando que fluya mi poesía con mis colores, con la luz de mis fotos. Sé que unas veces lo consigo, y que muchas, los versos que intento plasmar estas desfasados, no riman, no tienen una cadencia musical y sobre todo no dicen nada.


Voy buscando la luz  e intento a la vez trasmitirla sin intentar convencer a nadie de mi creencia, de mi poesía o de mi percepción de la belleza. Pero intento compartirla porque si no ¿de que me vale alcanzarla si no soy capaz luego de trasmitirla?


He intentado que la luz y el color fuesen en crescendo en esta presentación. No sé si lo he conseguido, ni si he sido capaz de haceros participe de mi ilusión y mi deseo. Quiero luz para mí y por supuesto para cada uno de vosotros. ¿Qué haría yo con luz y todos los demás a oscuras?


La oscuridad al fin y a la postre es el reino del sueño, de la inconsciencia.
La oscuridad es lo opuesto a la luz, es la falta de ella o lo algunos llaman la luz negra, donde trasmitir belleza es difícil por no decir casi imposible. Y cuando luchas contra muros cegados por las tinieblas echas en falta aquel rincón maravilloso donde un color, en un instante fantástico, te trasmitió la felicidad.


Felicidad, palabra que lleva implícita luz y color. Felicidad es lo que intento encontrar en los encuadres sin tener que recurrir a grandes peripecias fotográficas, en esos colores que de repente levantan el ánimo. Felicidad es poder disfrutar de estos elementos, sentir su influencia en tu mente y en tu corazón aunque sea solo con dos hojas, como estas de color rojo.


Sed felices, que la luz os acompañe.

Antonio.

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