Nace nuestro poeta en
Utrera, provincia de Sevilla, en el año mil setecientos sesenta y ocho.
José Marchena y Ruiz de
Cueto nació en el seno de una familia adinerada sevillana
que en cuanto tuvo edad lo mando a estudiar a Madrid.
En esta ciudad estudio
en el colegio San Isidro y posteriormente se traslado a Salamanca donde profeso
la carrera de Leyes y Cánones, si bien, después de recibir las ordenes menores
se salió del seminario.
Con ideas volterianas
empezó a ser perseguido por la Inquisición y decidió marcharse a Francia cuando
esta vivía un momento histórico con su Revolución.
Fue condenado a morir
en la guillotina, pero Murat le salvo de ella y lo trajo posteriormente a
España donde sirvió a José Bonaparte...
José Marchena,
fue un afrancesado y cuando Napoleón perdió la guerra tuvo que huir de nuevo a
Francia.
Este curioso personaje,
fue un gran traductor, periodista, revolucionario, antirreligioso y lo
contrario,
Su poesía está entre el
Neoclasicismo y el romanticismo que demuestra su forma de vida en busca de la
revolución y la cultura.
Volvió a España en tras
el golpe del general Riego, muriendo poco después en Madrid en mil ochocientos
veintiuno abandonado por todos que lo seguían considerando revolucionario y
afrancesado.
Os he dejado hoy
copiadas las cuatro últimas estrofas de su poema A Cristo crucificado.
Espero que os gusten.
A
CRISTO CRUCIFICADO
(Ultimas
cuatro estrofas)
Del
Oriente al Ocaso,
en
alas de mil ángeles pasea
tu
vencedora cruz, Verbo divino;
ni
es de hoy más Israel único vaso
de
lección, que el altísimo destino
de
hijos de Dios nos elevo tu muerte;
con
tu sangre la fea
mancilla
de la culpa en nos lavaste,
y
cual los querubines nos tornaste.
¡Oh
gloria sin segundo
al
Redentor, al Salvador del mundo,
por
quien nos cabe tan felice suerte!
Ya
miro el venturoso
que
tu cruz santa al orbe hermana
con
vínculo de amor indisoluble;
placida
caridad, almo reposo
y
paz perpetua reinan; la voluble
fraude
trago el infierno en su honda sima;
la
libertad cristiana
para
siempre ahuyentó la tiranía,
y
los tiranos bajo quien gemía,
triste,
el linaje humano,
derrueca
el Cristo con potente mano,
que
no quiere que al hombre oprima .
Sí,
que nuestra ley santa
es
ley de libertad, y los tiranos
en
balde se coligan contra el Verbo;
él
los quebrantará con fuerza tanta,
cual
león que destroza el flaco ciervo,
cual
rompe el barro frágil metal duro;
iguales
los cristianos
y
libres vivirán, siempre sin sustos;
el
Cristo reinará sobre sus justos;
el
orbe renovado,
de
la Sion celeste fiel traslado
será,
Señor, bajo tu cetro puro.
¡Cual
mi inflamado pecho
ansia
ver tu gloria, y las venturas
del linaje
humanal que redimiste!
Ya de la edad
presente el coto estrecho
traspaso, y veo
volar la serie triste
de los males del
tiempo venidero,
y las culpas
futuras;
mas tu gracia,
Señor omnipotente,
desciende, en
fin, y tornase inocente
el mundo
iluminado
con tu ley, y en
tu amor santificado
y despojado del Adán
primero.
--o0o--
Este poema contradice el espíritu
revolucionario del poeta y su anticlerical forma de ser.
Por lo demás no hay un exceso de
palabras difíciles de interpretar , salvo “derrueca” que significa en este caso
derrota.
Nada mas por hoy.
Sed felices, lo demás es menos
importante.
Antonio
Impecable amigo letra historia e imágenes!
ResponderEliminarGracias, Waldo.
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