Hoy no tenemos un poeta
conocido, pero tenemos un poema maravilloso.
Estamos en pleno
Renacimiento. Es el Siglo de Oro de las letras españolas y a punto de entrar en
un Barroco que está abriendo ya las puertas.
Es un momento donde
surgen grandes reformas en las comunidades religiosas a causa de la irrupción
con gran fuerza del protestantismo en el norte de Europa.
Y aparecen religiosos que acercan su misticismo, en prosa o poesía,
al pueblo. Así mismo laicos, arrastrados por los momentos de Fe que se esparcen
por todo el Imperio, escriben también bellas composiciones religiosas.
Hoy os he colocado uno
de los más bellos sonetos religiosos. Es el
soneto a Cristo Crucificado, anónimo. Una de las joyas del Renacimiento
atribuido por su semejanza a otros escritos a Santa Teresa de Jesús, Lope de
Vega, San Juan de la Cruz, a Fray Miguel de Guevara etc.
Para mí, opinión puramente
personal, es el mejor soneto religioso; quizá porque lo recite en el colegio
cuando tenía doce años.
No es la primera vez
que lo coloco, aunque este año con otras fotos, y para mi es el ideal para el
Viernes Santo.
SONETO A CRISTO
CRUCIFICADO
No
me mueve mi Dios para quererte
el
cielo que me tienes prometido;
ni
me mueve el infierno tan temido,
para
dejar por eso de ofenderte.
¡Tú
me mueves, Señor! ¡Muéveme el verte
clavado
en una cruz y escarnecido!
Muéveme
el ver tu cuerpo tan herido.
Muevenme
tus afrentas y tu muerte.
Mueve,
en fin tu amor en tal manera,
que,
aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y,
aunque no hubiera infierno, te temiera.
No
tienes que me dar porque te quiera,
porque,
aunque cuanto espero no esperara,
lo
mismo que te quiero te quisiera.
--o0o--
Sed felices, no creo
que haya nada mas importante
Antonio
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