Hace un día estupendo.
Tierra adentro el calor es insoportable, pero a la orilla del mar la brisa de
Levante refresca el cuerpo.
Hemos comido fenomenalmente
bien a la salida de Barbate. Una esplendida comida a base de un maravilloso atún
pescado seguramente en la almadraba de Zahara de los Atunes.
Playas de Barbate y Zahara de los Atunes
Un buen vino ha
acompañado el pescado y de postre un maravilloso helado de vainilla.
Un café sensacional.
Nos hemos gastado sesenta
euros. Estamos de vacaciones y nos lo podemos permitir.
En la lontananza se
divisa la bruma que cubre las costas de África.
En línea recta desde
aquí habrá unas treinta millas como mucho. En el estrecho son solo unos doce
kilómetros, pero desde allí la costa española gira hacia el noroeste y la africana
hacia el suroeste.
Con tranquilidad
introduzco mis pies en el agua.
El mar está tranquilo,
muy tranquilo. El agua prácticamente no se mueve. Mis pies se ven a través de
ella.
En las playas de Tarifa
las cometas son un espectáculo.
La gente juega y vuela
con ellas por el agua. El mar es una diversión, una distracción.
Las olas un
divertimento y cuanto más aire mejor.
Sigo paseando por la
playa.
La costa de África cada
vez más cerca.
Una zona de pequeñas
dunas con hierbas esta a mi izquierda.
A mi derecha el mar océano,
el Atlántico.
En la inmensidad de la
playa una sola persona está sentada cerca del agua. El resto de la playa esta vacía.
¿Vacía? No, allí, en medio de la arena de la playa un bulto negro.
Patera destrozada en medio de luna playa cercana a Barbate.
¡Una patera! Goma
reventada y rota. Pedazos de madera de lo que fue un banco y la bancada del
motor.
La goma de la que está
hecha no aguantará el más mínimo roce con una piedra. Así está.
¿Cuánto llegarían en ella? ¿20 o quizá más? Quién
sabe.
La patera es la antítesis
delo visto durante el día.
Los de esta han tenido
suerte. Está encima de la arena de la playa.
Han navegado en ella
por el mar con miedo, con pánico, pero con esperanza.
Contrasta el uso del
mar con la cometas de Tarifa. Contrasta mi paseo por l orilla con lo que habrán
sido sus carreras para internarse campo a través en Europa.
¿Habrán comido? ¿Cuánto
han quedado en esa lengua de mar que une dos continentes?
Tarifa y las costas que
corren a cada lado del estrecho son puertos de atraque de estas naves que no debían
existir.
Lo tratantes de
personas al otro lado las cobran caras.
Visión del estrecho de Gibraltar desde el puerto del Bujeo entre Tarifa y Algeciras.
Pero más caras son la
ingente cantidad de vidas que se han sumergido en esa travesía.
¿Qué hace Europa? ¿Que
hacemos nosotros? ¿Por qué no paramos esto en los orígenes?
Si creásemos riqueza en
esos países ¿las cosas cambiarían? Riqueza y educación.
Días después, sigo
viendo la patera al cerrar los ojos.
Yo juego con el mar.
Ellos luchan y mueren atreves de un mar con embarcaciones que se sumergen o se averían.
¿Y que consiguen al
llegar aquí? Nada.
Buenas noches.
Sed felices
Antonio
Antonio, me encanta tu blog! ; )
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