viernes, 17 de agosto de 2018

Mijas: una ciudad de luz y color


A mi madre





La última vez que hablé con ella me preguntaba y me pedía explicaciones de dónde íbamos a pasar los siete días que nos tomábamos para descansar un poco.
Le explique que en Andalucía y que entre otras cosas quería subir de nuevo a Mijas a fotografiar su luz.
“Me tienes que decir donde esta Mijas, explicármelo en el plano. Recuerdo sus burros, su color blanco, todo blanco, solo roto por el color de sus tiestos y sus plantas. ¿Habrá cambiado mucho? Cuando vuelvas me lo enseñas en el televisor”

Horas antes de que se fuera, estaba fotografiando aquellas cosas que quería enseñarle. Los pequeños detalles y los contrastes entre sus paredes blancas, sus cables blancos, y los tiestos con plantas, aquellas cosas que sabía que sería capaz de ver en la pantalla.
Mijas, es un pueblo blanco situado en las faldas de la sierra que lleva su mismo nombre en lo que se puede considerar el sistema montañoso Costero-Mediterráneo.
Hablar de Mijas es hablar de luz. Hablar de Mijas es buscar contrastes en los propios blancos; en los colores de sus tiestos y las plantas que estos contienen.
Mijas, como todos los pueblos blancos andaluces, está lleno de rincones que fotografiar. Solo hay que andar por sus calles sin prisa. Nunca se sale defraudado de este maravilloso pueblo.
No he querido mostrar en esta entrada todo aquello que de alguna forma representa una imagen falsa de este  municipio. Es cierto que el burro taxi, tiendas, tenderetes y restaurantes son una parte que no se puede desligar del municipio y le dan riqueza, y atracción turística.
Me he limitado a buscar pequeños detalles que muchas veces pasan desapercibidos. He colocado, como vais a ver, las cosas que no miramos, por ser comunes, normales. Aquellos detalles que sabía que mi madre sería capaz de ver en la pantalla del televisor.
Y estoy seguro que en algún rinconcito encontrará una ventana para ver estas fotografías.
Espero que os gusten.
Sed felices.
Antonio

 La cal, el hierro en la reja y tras los cristales una cortina que no deja ver hacia dentro, pero si hacia fuera.


 Mijas esta en una ladera. Sus calles suben y bajan, Y la luz con ellas juega en cada rincón, en cada esquina.



 No hacen falta carteles. La cal, los tiestos y cuatro plantas dan vida al muro de contención.
 Siguen las cortinas cerradas. Unas flores en el vierteaguas dan vida a la ferralla. El espiritu se nota en cada tiesto y en cada cortina.


 Hice esta foto, para resaltar la blancura de Mijas. Se olvido el pintor de encalar el agujero de la pletina cogida al muro y se nota demasiado.


 Cuanto te añoro. Quisiera recorrer contigo estas calles, Hoy silencio, 


 Uno de los negocios la alfarería. Lo que no entiendo es que estando en Mijas no estén sonriendo los soles.


 Mijas siempre ha estado volcada al mar. Íbera, fenicia, romana y árabe, mantiene en sus muros toda la solera de sus civilizaciones.


¿Se puede adornar de manera mas sencilla? Un tiesto, un poco de pintura y cal. Solo hacefalta una mirada.


 Por lucir en Mijas, lucen hasta las sombras.



 ¿Como puede una buganvilia vivir sin suelo? Pende su vida de un pequeño tiesto. El resto lo hace el sol y el aire que sube del Mediterráneo. Y seguro que una mujer que la cuida con cariño y esmero.


 Juegan las sombras en la decoración. Pinta el sol con el tiesto la cal del paramento y este se arruga de gusto.


La cal con las sombras reatan lo que el hombre quiso hacer con esos tubos de la luz. La luz esta fuera ¿para que los tubos? 


Adios, Mijas. Volveré a tus calles. Disfrutare en silencio recordando y admirando. Intentaré armonizar mi espíritu en tus rincones y saborearé con calma los recuerdos felices.
Quizá entonces otro tiesto, una reja o un peldaño me vuelvan a hacer sonreír.

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