La idea de esta entrada
es mostraros en una docena de fotos
otras tantas plantas y a la vez comentar pensamientos que como persona y
fotógrafo aficionado discurren por mi cabeza.
Como muy bien sabéis,
mi ignorancia en el mundo botánico es muy manifiesta, pero mi admiración por
las plantas, sus flores y frutos es inversamente proporcional a ella.
Gaura lindheimeri
Creo, que el ser humano
debe ser un emisor-receptor de conocimientos y la fotografía, como la palabra y
la escritura, ayuda a este fin.
Es nuestro deber
enseñar sin la obligación de que los demás se aprendan la lección, pero al menos
que perciban que hay algo más a nuestro alrededor que nosotros, y a la
vez tenemos cada uno, en función
de sus circunstancias, también la necesidad-obligación de aprender.
Por ello, creo que las fotografías que realizo en el Real Jardín Botánico de Madrid, a jardines y en las
excursiones al campo fotografiando plantas, animales y paisajes, no deben quedar
almacenadas en mi ordenador para mi única y exclusiva contemplación, sino para
mostrarlas a todos aquellos que quieran distraerse viéndolas. (Que conste, y no es falsa modestia, que considero que mis
fotos son normales)
Galium mollugo
Muchas veces entro en páginas
que no son de las preferidas buscando distracción o aprendizaje. Siempre se aprende de lo que tienes a tu alrededor más de lo que creemos;
nuestro cerebro se encarga de guardarlo en un rinconcito para sacarlo en el
momento oportuno.
Hoy nos tocan doce fotografías
de otras tantas plantas cuyo nombre empieza por G, unas veces e latín y otras
en castellano. (Es la ventaja de no ser botánico y poder elegir el nombre de la
planta según me convenga.)
Fotografiar es, en
definitiva, observar y captar un instante en el que tu vista y la cámara se han
puesto de acuerdo. Unas veces la experiencia es una maravillosa foto. Otras en
cambio es una frustrante desilusión al observar los resultados; pero en ambos
casos hay un objetivo final: plasmar algo de lo que a nuestro alrededor sucede y nos llama la atención.
Al mismo tiempo, cada
foto puede llevar detrás una cantidad enormes de sentimientos que suceden en el
interior de uno, por motivos distintos al de la fotografía, pero que realmente
influyen en el resultado final.
Y no cabe duda que uno
de ellos es la soledad.
Geum coccineum Cooky
La soledad acompaña muchísimas
veces al fotógrafo porque son muy pocas las personas que comparten esa afición y
les cuesta mucho seguir la forma de mirar, de descubrir...
Y por supuesto
el fotógrafo también decide muchas veces ir solo para poder dedicarse a su
inquisitoria mirada sin distracciones ajenas a lo que ve y quiere fotografiar..
Soy de la opinión, y así
he hecho grandes amigos, que también tiene que tener la capacidad suficiente
para saber escuchar a aquellas personas que te indican algo que a ellas le
parece bello; preguntar cómo hacer una foto o mostrar los resultados de la cámara.
En fin, la fotografía, desde mi punto de vista, es una especie de academia que
enseña a conocer a la gente, al mundo que nos rodea y a nosotros mismos.
Grelos de Santiago
Y después de todo este
rollo que os he soltado, la soledad esta ahora por aquí, llega el momento de
mostraros el resto de las fotografías que rematan este trabajo.
Perdonarme los botánicos
si solo pongo el nombre debajo de cada una, espero no equivocarme, pero como he
dicho al principio amo las plantas pero soy el más ignorante respecto a ellas.
Gaillardia aristata
Gypsophila paniculata
Garrya fremontii
Gillenia trifoliata
Geron karvinskianus
Gazania rigens
Geranium renardii
Girasoles extremeños.
Espero que os hayan gustado. Hemos dado sin darnos cuentas, unos y otros, un paseo tranquilamente sentados en casa.
Sed felices
Antonio
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