ADVERTENCIA: las fotos no son buenas, pero ahí están.
Hace poco, en un blog había leído que en el mundo de las libélulas, después de la fecundación, el macho ayudaba a la hembra a depositar los huevos en el agua a base de golpearla contra esta. Y que en caso de que el macho se soltase la hembra lo podía hacer sola pero posiblemente moriría.
El viernes pasado en la ensenada del arroyo de los Álamos, en Guadarrama, presencie por primera vez esta operación, con la mala pata que la pareja estaba muy lejos para fotografiarla bien con mi 300mm.
El macho ayuda a la hembra a depositar los huevos golpeándola cada vez contra el agua. Es un tándem curioso que a escasos centímetros de la superficie acuosa realiza verdaderas cabriolas.
Os dejo la secuencia. Siento que las fotos no sean de mejor calidad, pero ya sabéis que una imagen a veces vale por mil palabras, aunque la imagen sea mala.
La pareja vuela en formación buscando un lugar adecuado en la superficie del agua para depositar los huevos.
Ya están muy cerca del agua, la hembra a comenzado su descenso hacia ella .
Llego un instante tarde. La hembra ya ha depositado un huevo y cuelga del macho.
Momento crucial. La hembra está depositando el huevo después de que el macho la golpease fuerte contra el agua.
Por dos veces consecutivas han tocado el agua, se ven las dos series de ondas. Esparcir los huevos tiene la ventaja de que cada uno caerá en un lugar diferente y se aumentan las posibilidades.
Y esto es todo por hoy. Si algún día tengo un objetivo mejor, o están mas cerca intentaré repetir las fotografías de esta escena.
Y esta ha sido la secuencia; espero no haberos defraudado.
Sed felices.
Antonio
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