Hace un radiante día de
muy principio de marzo. Diríase que el calor es excesivo para la época.
Típica visión de las Tablas de Daimiel con las lagunas entre cañizos.
Ante mi, aparecen un
sinfín de zonas de cañizos, masiegas, eneas y otros tipos de plantas lacustres
o de tierras inundadas que tapan al 100% el agua de las lagunas que forman el
maravilloso paraje de Las Tablas de Daimiel.
Las Tablas de Daimiel,
son un enorme humedal en mitad de La Mancha, provincia de Ciudad Real, que se
forma debido a los aportes de agua de los ríos Guadiana y Cigüela que inundan
cerca de 1800 hectáreas de las 1925 que componen el parque nacional.
La vegetación variada, pero como veremos mas adelante predominan ciertas plantas.
Alrededor de Las
Tablas, se asentaron en sus riberas pueblos íberos hace más de 3500 años.
Se encuentran alrededor
del parque distintas formaciones prehistóricas denominadas “Motillas” en las
que generalmente existía un pozo para la extracción de agua.
La importancia de las
Tablas de Daimiel como humedal y lugar a conservar se determina ya hacia 1325
cuando el Infante Juan Manuel las describe en su libro de caza.
El arbusto y árbol dominante: el taray.
Conquistados estos
terrenos y extendida la reconquista hacia el sur, la orden de Calatrava se hace
cargo de los mismos y años mas tarde, en época de Felipe II, se ordena su protección.
Las Tablas de Daimiel son declaradas Parque Nacional en 1973 y Reserva de la Biosfera en 1981.
Las Tablas de Daimiel son declaradas Parque Nacional en 1973 y Reserva de la Biosfera en 1981.
Estos humedales acogen
gran cantidad de aves acuáticas como ánades, cigüeñas, garzas, somormujos,
cormoranes etc. así como tras depredadoras como el aguilucho lagunero y todo
tipo de pequeñas aves.
Azulón en su baño de limpieza. Foto totalmente a contraluz.
Un par de ánsares comiendo la vegetación del fondo de la laguna.
Mamíferos como el jabalí
hociquean junto a los caminos por los que se recorre el parque conviviendo con
zorros, conejos, liebres y otros mamíferos. Y lógicamente en zonas de agua
tenemos a reptiles, peces y cangrejos de río.
Pero todos estos
animales viven en el por dos factores: uno el agua y el otro la vegetación que
se forma en sus lagunas y en sus islas.
En el cuadro adjunto,
fotografiado en uno de los paseos por el Parque Nacional, se indican las
especies de plantas mas numerosas.
Cartel del Parque Nacional, en el que se ven perfectamente los distintos tipos de vegetación predominante.
Y si os fijáis en el
dibujo, veréis que entre todas ellas destaca un árbol: el taray.
Desde esta foto hasta el final tarayes del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel,
El taray es el árbol por
excelencia de Las Tablas de Daimiel, al que le gusta o es capaz de vivir en
aguas algo salobres, como las que aporta el río Cigüela y que forman bosques en
casi todos los límites de cada una de las islas que forman el conjunto del
parque.
Da la sensacion de ser un cuerpo totalmente tumbado.
Elviento y el suelo han hecho que este nazca inclinado.
El taray o los tarayes
pertenecen al grupo de las plantas fanerógamas con unas sesenta o setenta
especies distintas y todas ellas pertenecen a la familia Tamaricaceae.
Estaban sacando las nuevas hojas y creo que algo de floración.
El taray es un árbol de
formas grotescas, muchas veces como arbusto y otras como árbol propiamente
dicho. Sus troncos presentas rugosidades y nudos en sus cortezas y sus raíces suelen
ser bastante superficiales, incluso aéreas para retornar al suelo poco después.
Sus hojas, delgadas y
alargadas, son caducas y su floración, curioso esto, se da en primavera y
otoño; podría decirse que son floraciones equinocciales.
La forma de colonizar
los terrenos es curiosa. Estas plantas absorben sales de las aguas y su savia
las distribuye por todo el árbol, incluso a las hojas. Cuando estas hojas caen
al suelo, el aporte de sal es importante y ello hace que otras plantas tengan
grandes dificultades para convivir con los tarayes.
Bello ejemplar, perfecto de formas, en mitad del paseo.
Es un arbusto o árbol que
puede reproducirse de distintas maneras; una es por la prolongación de sus raíces
que al volver a salir a la superficie forman otro individuo o por las simientes
que se generan en sus flores.
Os aconsejo que cuando andéis
entre las marañas de tarayes os fijéis en sus formas, observéis el colorido
distinto de sus hojas y que entre sus ramas se mueven y saltan pájaros como el
petirrojo, el mosquitero común etc.
Si vais a Las Tablas de
Daimiel, fijaros en ellos y disfrutar con sus maravillosas y extrañas formas,
incluso con el porte, cuando forman árboles de buen tamaño.
La tarde está cayendo. Las sombras de los tarayes parecen querer contarnos cuentos.
Sed felices
Antonio
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