No puedo mirar al sol
de frente.
Aun está alto, pero lo
suficientemente bajo como para molestar.
Un campo de nubes
promete una buena puesta de sol.
Los árboles del paseo se
recortan contra el horizonte.
A los pies el molinillo,
espera al aire.
Los ladrillos absorben
los últimos rayos como si del horno que los coció se tratase.
Y una planta de bella
flor y nombre desconocido se presta a ser mirada.
El cielo se enciende
mucho mas.
De repente se apaga y
queda todo en silencio.
Todo, menos el ultimo
canto del tordo antes de acostarse.
He mirado a mi
alrededor y estas son algunas de las cosas que he visto.
Solo me falta mirarte a
ti, Soledad.
Sed felices
Antonio
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