Una cosa muy buena que
tiene el bosque, cuando se está acercando a la primavera y los arboles aun están
desnudos, a punto de brotar, y el día es caluroso, es que los pequeños
pajarillos se dejan ver.
Sus trinos inundan la
ladera y tus ojos corren de un lugar a otro intentando descubrir donde se
encuentran.
Carbonero en pleno canto amoroso.
A lo largo de la mañana
puedes ver unos cuantos. Otra cosa es que se dejen fotografiar.
Están revoltosos. La
primavera esta cerca. La temperatura es alta. Hay insecto para alimentarse y
las flores de los endrinos dan una nota increíble de color. Hay que preparar
los territorios y conseguir una pareja a base de amorosas charlas de
trinos ardorosos.
Ayer pudimos fotografiar
distinto pajarillos: herrerillos, carboneros, petirrojos y al final de la tarde
un tordo que contemplaba igual que yo la puesta de sol.
De los cuatro,
carboneros, herrerillos y petirrojos, estos son increíblemente sociables. Son
capaces de acercarse a poca distancia y en épocas de frío y hambre, no dudan en
acercarse a pedirte alguna miga de pan.
Y al mismo tiempo que
disfrutas de su visión tienes también la suerte de poder ir contemplando un
paisaje maravilloso que te rodea. En este caso los alrededores de El Escorial.
Las dos ultimas fotos son en Villanueva del Pardillo en la puesta de sol.
Las dos ultimas fotos son en Villanueva del Pardillo en la puesta de sol.
Con las fotos os dejo.
Las vistas que existen desde el monte de la Herrería son increíbles.
Endrino florido y una mariposa Inachis Io libando en sus flores
Ya estoy deseando
volver de nuevo por allí.
Sed felices
Antonio
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