La tarde se ha quedado
revuelta. Parece que clarea y de repente un chubasco de finas gotas de agua te
cala. El viento sacude con fuerza los árboles y estos responden espolvoreando gotas
de agua como si de uno gigantescos hisopos se tratasen.
Las calles están desiertas,
tan desiertas que pienso que estoy solo en ellas; creo que por alguna razón que
desconozco la gente a huido de ellas; pero aparte del viento, la lluvia fugaz y
las nubes veloces, se respira paz.
El tiempo parece que se
ha detenido un rato mientras contemplo el campo.
Un buitre remonta el
vuelo aprovechando las corrientes de aire. Es increíble, no bate las alas y
asciende maravillosamente. Muchas veces pienso que el hombre no ha evolucionado
aun lo suficiente pues le faltan las alas, esas alas que les dan a las grandes
aves, y a las pequeñas, la libertad suficiente para alcanzar el cielo.
Comienza a acelerar el
reloj, como las nubes que raudas pasan sobre mi cabeza.
El viento es tan fuerte
que da miedo andar bajo los álamos y fresnos de los alrededores. Sus ramas se
curvan cual caña de pescar al lanzar la mosca en busca de la trucha. Pienso en
los pobres pajarillos que tienen en ellos sus nidos.
Y me acuerdo de ti y de
los escasos momentos que pasamos juntos.
Momentos que siempre
pasan tan rápidos que parecen instantes. Son curiosas las formas distintas de
medir el tiempo que tenemos en función de las sensaciones que vivimos. Por eso,
por muy exactos y precisos que sean los relojes no son capaces de medir esos
otros tiempos de los que dispone el hombre.
Son tiempos emocionales
que varían en función de las circunstancias emocionales del individuo. Cuando
falta alguien o se le espera parece que el segundero no quiere avanzar y
avanza. Cuando estas con ese alguien y disfrutas de su compañía la manecilla es
como un coche de carreras que se sabe triunfador y acelera hacia la meta.
Y a mí el tiempo por un
lado se me esta haciendo largo en la espera y por otro cortísimo en la vida.
Dos tiempos que juegan conmigo como si de un partido de tenis se tratase. Y lo
cierto es que ninguno de los dos por el momento gana la partida, aunque se positivamente
que el de la vida tiene mis días contados. Pero esos días solo los sabe él. A mí
me da igual no saberlo, se que ese tiempo se terminara alguna vez, es la parte
concreta de nuestra vida que es cierta desde el momento en que somos
concebidos.
Por eso siempre digo, y
perdonarme los creyentes, que Dios cometió dos fallos al hacernos: uno no ser
obedientes y el otro castigarnos con un tiempo limitado por haber comido de una
manzana. Castigo terrible que limito nuestro tiempo y que de alguna forma
contagio al resto de seres que nacieron unos días antes que nosotros y a todos
los que nacieron después.
Tiempo, me encantaría tener
todo el tiempo del mundo para conocer, conocer y conocer. Miro a mí alrededor y
me doy cuenta que muchas de las cosas que veo y que puedo nombrar genéricamente
tienen un nombre propio. Y lo desconozco, como desconozco tantas cosas que el
tiempo en el que he vivido me ha negado de su conocimiento. Y con la edad mi
mente se vuelve más dura, más difícil de percibir y retener todas esas cosas
que me rodean y sus nombres. Claro que para eso he sido un desastre toda mi
vida.
Parece que el aire se está
calmando. Ya no llueve. Por éntrelas hojas percibo cielos azules y cúmulos que
se levantan cerca de la montaña. Mañana
seguramente saldré al campo a seguir investigando, aunque no conozca el nombre,
con las maquinas de fotografiar a mis pequeños seres de seis y ocho patas y a las plantas donde se
alimentan. Pero eso será mañana.
Ahora, mientras escribo,
me pasa el tiempo muy rápido; y muy lento cuando pienso en ti.
Tiempo eres mi aliado y
mi enemigo y lo peor de todo es que no te puedo despedir, pues si lo hiciera, moriría.
Tengo que aprovechar mi
tiempo. Debo aprovechar mí tiempo, nuestro tiempo. El hombre ha entendido mal
el tiempo y cuando quiere comprenderlo ya no le hace falta. Regalarme tiempo en
mi próximo cumpleaños, el tiempo poco a poco se va acostando.
Sed felices, hay tiempo.
Antonio
P.D. Las fotos son de otros tiempos pasados...