miércoles, 3 de octubre de 2012

FLORES CON POESIA XIII.-LA FE (Soneto)

Hola a todos de nuevo.
Hoy os traigo un autor romántico poco conocido actualmente, pero que en su momento consiguió bastante éxito. Se trata de Bernardo López García jaenero, que vino al mundo e mil ochocientos treinta y ocho.
Se sabe que hacia 1860 vivia en Madrid y que aquí, en un periódico llamado La Discusión, editorial republicana, publico su primer verso importante titulado Al Asia.
Su verdadero éxito llega en mil ochocientos sesenta y seis cuando el periódico El Eco del País publica su oda Dos de Mayo. 
Fue periodista que trabajo para distintos medios de prensa.



Fue también revolucionario, antimonarquico que participo en las revueltas de Loja, por lo que se le aparto de actos literarios en la visita de Isabel II a Jaén.
El mismo promueve la impresión y venta de un libro de sus poemas que no se vende; vivirá practicamente arruinado hasta su muerte.
Cuando triunfa la revolución de mil ochocientos sesenta y ocho se dedica a predicar por toda Andalucía los bienes de la Democraciaa.
Casado, tuvo una hija del matrimonio y su mujer murió tres años después.
Vuelve a Madrid donde fallece el año de mil ochocientos ochenta
He decidido poneros una estrofa de su elegía heroica al Dos de Mayo.
Este jiennense hombre romántico y revolucionario escribió el soneto a la Fe. Debía ser religioso.
Nada mas, os dejo con la elegía y posteriormente con el soneto. Espero que ambos os gusten




PRIMERA ESTROFA DE LA ELEGÍA AL DOS DE MAYO

Oigo, Patria, tu aflicción,
y escucho el triste concierto
que forman tocando a muerto,
la campana y el cañón.
Sobre tu invicto pendón
miro flotantes crespones,
y oigo alzarse a otras regiones,
en estrofas funerarias,
de la Iglesia, las plegarias,
y del arte, las canciones.
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SONETO A LA FE

Yo soy amor y del amor camino;
soy blanca nave del sagrado puerto;
por mi, postrado en el peñón desierto,
canta el asceta su triunfal destino.








Soy consuelo de triste peregrino
que cruza el mundo, de pesares yerto;
soy árbol santo del eterno huerto
rosa bendita del rosal divino.








Sin mí, la pena se desgarra y llora;
Sin mí, el dolor sus amarguras vierte;
Sin mí, el sepulcro con furor devora.









Aspirando mi luz, el alma es fuerte;
La pena se hace amor; la noche aurora;
La tumba, claridad; faro, la muerte.







Espero que os hayan gustado tanto el poema como la primera estrofa de Al Dos de Mayo.
Buenas tardes
Antonio

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