Otoño, época mágica donde las tormentas y aguaceros comparten su tiempo con soles y nieblas; época en la que los colores del sueño compiten en belleza con los de la primavera.
Los árboles intercambias belleza y pasión en un intento vano de despertar a sus hojas que, abatidas por el cansancio del verano, comienzan a dormirse. Muchas de ellas, como si de una loca carrera se tratase, parecen querer llegar las primeras al suelo, para junto a sus congéneres cubrir con una deliciosa manta al suelo y preservarlo de la lluvia y del frío que viene.
Los paisajes, hasta ahora verdes, comienzan también a trasformarse. Algunos arboles, los mas tempraneros en irse a dormir, desnudan sus ramas y donde antes había hojas ahora comienza a verse el cielo.
Y todo ello ocurre en todas partes con unos días de diferencia en esta Península. Al norte y en las montañas los arboles cambian sus colores. En el sur, con un clima mas cálido llegara un poco mas tarde, pero llegará.
Quien tenga alrededor de su casa arboles de distintas especies puede comprobar sus tonalidades, sus tiempos de desnudez, de si empiezan a caer las hojas por arriba o por abajo del árbol; si cada especie puede ser distinta en su preparación a la desnudez. Unos comienzan por las partes mas altas y otros, al contrario, lo hacen por abajo como si quisieran que el ultimo rayo de sol lo cogiese la hoja mas alta.
Os dejo con las fotos del jardín que he realizado este domingo. Son solo hojas; unas dormidas, otras, las más, aun despiertas comienzan a bostezar.....
Las hojas del jardín.-
Aun queda mucho otoño y se pueden mirar los ultimos colores de los árboles antes que se vayan a dormir. Hacerlo e intentar conservar en vuestro recuerdo esos maravillosos colores, aunque sea de ese triste arbol abandonado junto a un aparcamiento. Seguro que tiene algo que enseñarnos.
Sed felices.
Antonio
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