viernes, 7 de diciembre de 2012

FLORES CON POESIA XXV.-Las ventas de la Pernía




Nuestro poeta de hoy, nació en Palencia en mil ochocientos noventa, hijo de un ingeniero italiano y madre palentina. Terminado su bachillerato a los dieciséis años viaja a Madrid a estudiar la carrera de ingeniero industrial, la cual tardara dieciséis años en acabarla pues se dedica más a la vida bohemia y a la literatura.
Hombre de gran simpatía supo cultivar grandes amistades. En la tertulia de la Cripta del  Pombo, que dirigía Valle Inclán, hizo amistad con Ramón Gómez de la Serna y otros poetas de la época. Valle Inclán lo tomo bajo su auspicio. 





Fue poeta modernista incluido en la corriente ultraísta que intenta simplificar la poesía despojándola de todo adorno superfluo, incluso de la rima, pero se puede decir que Francisco Vighi es un poeta “con aire colorista y desenfadado, un tanto burlón y definitivamente gracioso. Su modernismo es personalísimo e inimitable.” Palabras estas de un crítico literario y él mismo se definió así: ”Ingeniero me dicen los poetas, poeta me dicen los ingenieros.”


 

Trabajo en unas minas en la provincia de Palencia y es posiblemente ahí donde se inspiro para escribir estos dos poemas que os presento sobre las Ventas de la Pernía, con un marcado carácter simpático al estilo de las serranillas del marqués de Santillana.
Murió en Madrid en mil novecientos sesenta y dos a causa de una arteriosclerosis.

VENTAS DE LA PERNÍA
 
VENTA DE SANTA LUCIA.-


Esta es la venta de Santa Lucia.
Para los caminantes, un Edén.
Es lo mejor del valle de Pernía.
Hay una buena moza, sirven bien.






Siempre hay aquí rumor de panderetas
y llega hasta el camino algún cantar;
mientras pasan chirriando las carretas
de Potes, de Cervera, de Aguilar.






Moza, naipes, canción, vino, cecina:
¡Hay de todo! Esta noche en la cocina
Arde alegre la leña en el hogar;





El gato hace ron-ron bajo el candil;
La moza dando vueltas al mandil
Me promete una fiesta en el pajar.







VENTA DE HORQUERO.-



Venta del Horquero, arriba, en el puerto
que de octubre a mayo la nieve blanquea.
Jergón duro; vino de sabor incierto;
Áspero es el amo; la moza muy fea.






Tejado en goteras, donde un gato tuerto
Del alero al filo solemne pasea.
El huésped que pasa la noche despierto
Vera salir brujas por la chimenea.






Creyentes pastores, blasfemos tratantes
Cuentan junto al trébede mil espeluznantes
Historias de duendes; crímenes y robos.




 
Doy las buenas noches, requiero el velón.
Oigo allá a lo lejos aullar a los lobos.
Pensando en el gato rezo una oración.
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Espero que os hayan gustado estas dos obras de Vighi.
Nada más. Sed felices.
Antonio

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