Hay veces que uno va a ver algo y se encuentra inesperadamente con otra cosa que desvía su atención.
Subía tranquilamente hacia el castillo de Clavijo, con ese andar cansino que tenemos los gorditos, cuando encontré un maravilloso panal de papel de unas avispas que se adueñaron de una zona fresca y verde de la ladera.
Subia pensando en la realidad o no de la batalla de Clavijo. Lugar increible.
Visitamos el castillo y al bajar nos encontramos con otra de las batallas de Clavijo, en este caso entre una araña y una infeliz abeja que cayó en la trampa. Combate que resolvió a su favor la araña y en la que los dos combatientes fueron los únicos participantes en la misma; no había mas ejercito en ambos bandos.
La escena que vais a presenciar duró exactamente dos minutos y fue tan rápida que las fotos ( perdonar la calidad) las tuve que hacer con el 300mm a una hora que la luz ya era escasa.
Fotografié el cardo con la abeja pensando que ahí estaba pasando algo raro. Había demasiada quietud en el insecto. Me acerque al cardo y le di la vuelta.
Como si de un resorte se tratas, al verse descubierta, la araña con la abeja cogida se lanzo hacia el suelo colgando de un hilo de su tela hasta que se posó sobre los tallos de otras plantas.
Dos minutos más tarde, con su presa se hundió en las profundidades del suelo y la deje en paz para que comiese tranquila; ya no había más que hacer, sino molestar.
Si observáis la foto a la altura de la cabeza de la abeja se ve una de las patas de la araña
Entre estas dos ultimas fotos hay escasos segundos de diferencia, solo se ve el movimiento en las distintas posiciones de las patas de la araña.
Llegue a Clavijo pensando en una batalla y me marché pensando en otra.
Sed felices.
Antonio
Genial, amigo Antonio. Como siempre, con un grano haces un granero.
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