Ayer fue un día especial. Primera sesión fotográfica con el nieto en el campo. Yo fotografiando tumbado en el suelo y el encima de mis espaldas pasándoselo en grande. Pero me vino genial para presentaros esta entrada que quiero titular “A ras de suelo”
Y es que tumbado en un mar de manzanilla, mezclado con las plantas del té verde y una infinidad increíble de pequeñas flores, la perspectiva cambia radicalmente.
Un maravilloso bosque se extiende hasta los limites finitos que se obtienen al apoyar la cabeza en el suelo y observar un mundo de color increíble, (y eso que la tarde no estaba muy buena), donde pequeños saltamontes comparten su espacio con coleópteros y abejorros que vienen a libar aquí.
Y cuando te levantas llevas impregnado en toda tu ropa una maravillosa fragancia compuesta de todas las plantas sobre las que has estado tumbado. Me sabe mal no poderos trasmitir esos olores, os tendréis que conformar con lo que vio mi máquina a ras de suelo.
Todo lo que habéis visto en un espacio de un metro a mi alrededor.
Los vaqueros me siguen oliendo a manzanilla.
Sed felices.
Antonio
Los vaqueros me siguen oliendo a manzanilla.
Sed felices.
Afortunado Antonio que puedes fotografiar en esas posiciones. Breve y sencillo este reportaje, que pronto empezaran a ser didácticos y encauzadores de amor a la Naturaleza para tu próxima generación. Un abrazo. Luis
ResponderEliminarPrivilegios de la paciencia, serenidad y el 'saber ver'.
ResponderEliminarGracias Antonio !