El hombre, a través de los tiempos, de alguna forma ha querido dejar constancia de su paso por la tierra y ello, como no, se refleja en los monumentos mortuorios a lo largo de cada una de las distintas civilizaciones que se han ido sucediendo en el tiempo.
Gotico con reminiscencias románicas.
Después de la caída del Imperio romano, la tradición de esculpir los sarcófagos e incluso elevar monumentos mortuorios prácticamente desaparece, no hay trasmisión de tradición durante muchos años, y no volverá a aparecer de forma ya definitiva hasta ya bien entrado el románico y continuará con mas abundancia de detalles en el gótico y tendrá su mayor apogeo con el Renacimiento.
La cabeza del abad descansa sobre tres cojines.
Hay un sarcófago de procedencia romana, el sarcófago de Husillos, que sirve de muestra y de ejemplo para la realización de los distintos sarcófagos que a partir del 1100 se desarrollan en los reinos cristianos de la península, como por ejemplo el magnífico sepulcro de Dª Sancha expuesto en el Real Monasterio de Las Benedictinas de Jaca.
Es en la Baja Edad Media, hacia el siglo XII y con más fuerza a partir del siglo XIII, comenzaran a realizarse magníficos sarcófagos esculpidos donde se enterraran a reyes, obispos, abades y abadesas, generalizándose posteriormente para nobles y gente adinerada.
Tema central: representación de la Santísima Trinidad.
La gente quería ser enterrada en las iglesias y en los claustros de los conventos. Tal relevancia adquirió esto, que el rey Alfonso X el Sabio estableció el Corpus legal en Las Partidas, referente a este tema, en el que indicaba que dichos enterramientos estaban reservados “a reyes, obispo, abades y abadesas y toda aquella gente noble que hubiese realizado nuevas iglesias y conventos…”
San Pablo a la izquierda y a su lado San Pedro.
El sarcófago o sepulcro que hoy nos ocupa es el perteneciente al abad Aparicio, el cual está expuesto en el Museo Arqueológico Nacional en la sala de los reinos medievales cristianos.
Procede del convento de Santa María la Real de Aguilar de Campoo y esta realizado en piedra arenisca labrada con unas dimensiones totales de 207 cm x 77 cm x 104 cts.
Fue traído desde su ubicación original por la expedición arqueológica realizada por los Srs. Sala y Sala Doriga en el año 1871.
Por los restos de las cruces deben tratarse de S. Andrés y S. Felipe.
La tapa del sarcófago es la figura del abad, en posición yacente vestido con los atributos para oficiar la misa. Su cabeza apoya en tres sendos cojines.
Vestido con alba, casulla, estola y manipulo en función a su grado. Su cabeza esta coronada por un bonete del que sobresalen unos pelos cortados en redondo al estilo de los monjes. Remata sus atributos un libro sobre su pecho y se ha perdido el báculo propio de los abades.
No es una posición de oficiante, como ocurre en otros sepulcros, sino que el abad en este caso está representado muerto, seguramente en la posición de cuerpo presente, como demuestran los tres cojines sobre los que apoya su cabeza.
Bajo la tapa esta esculpido el frente que debía quedar a la vista, unica cara trabajada ya que el resto del enterramiento iría empotrado en alguna hornacina del claustro de Santa María la Real.
Entre cenefas floreadas y dragones, animales mitológicos en toda la edad media, está representada una escena de la Trinidad y acompañada a ambos lados por figuras de los apóstoles, decapitados en su mayoría, pero reconocibles algunos por los atributos personales de los mismos.
¿Escudo heráldico del abad o representación del sol?
Existen varios escudos heráldicos a lo largo de la cenefa, seguramente los atributos nobles del abad.
En el centro del frente, incrustada dentro de un círculo existe como eje central, una representación de la Santísima Trinidad, en la que Dios Padre recoge la figura del Hijo crucificado, mientras que el Espíritu Santo está representado en forma de paloma por debajo de la crucifixión.
En las cuatro esquinas del cuadrado que acoge la Trinidad están representados los cuatro tetramorfos de los evangelistas.
Explicacion del cuadro central. Lo mas dificil de ver la paloma que representa al Espiritu Santo.
A derecha e izquierda del elemento central se pueden observar las figuras decapitadas de los apóstoles si bien es reconocible San Pedro por la llave esculpida en su pecho, San Pablo por el rollo de pairo, San Andrés y San Felipe por los restos de las cruces etc.
Todo ello enmarcado en lo que parece representar un pueblo, según la más clásica representación románica, en la que se ven una serie de ventanucos con caras que observan la escena.
Referencias al abad Aparicio pocas también y los datos encontrados están ya expuestos en esta entrada.
El sepulcro esta dentro del arte gótico. Está claro. Los arcos que acogen las hornacinas de los apóstoles apuntan en este sentido, aunque si bien la cara de Dios Padre recuerda rasgos y elementos románicos; no así el cuerpo del Hijo crucificado que presenta cierto movimiento y complexión más refinada, formando una S con los pies clavados en el mismo clavo.
Dragón de la cenefa comiendose el ornamento floral.
La paloma que representa al Espíritu Santo se encuentra situada entre la barba del Padre y la cabeza del Hijo Crucificado.
Preciosa forma de representar la Trinidad.
Pocas referencias más he encontrado sobre este sarcófago. He buscado a través de la red en distintas páginas y son todas muy escuetas sobre el tema.
Para terminar he querido relacionar con este tema unos versos leídos esta tarde en la red, que ha colocado el profesor Justo Sotelo:
El cuerpo muere; la belleza del cuerpo vive.
Como mueren las tardes en su verde avanzar,
una ola, fluyendo interminable".
(Wallace Stevens. "Peter Quince at the Clavier")
Espero no haberos aburrido mucho con el tema.
Sed felices.
Sed felices.
Antonio.-
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Gracias al Museo Arqueológico Nacional por dejar fotografiar sus piezas, aunque sea sin flash.
Agradecimiento en especial a D. Antonio García Omedes, de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza, por la amabilidad a las consultas realizadas.
Bibliografía consultada.-
romanicoaragones.com
Boletín del MAN.
MAN: Inventario, clasificación genérica.
Vida y muerte en el monasterio. Fundación Santa María la Real de Aguilar de Campoo. Coordinador D. José Ángel García de Cortázar.
Guía del monasterio de Santa María la Real.
Esculturas tardorománicas en el monasterio de Santa María la Real.
Completo y documentado documento sobre el sepulcro del Abad. Gracias, Antonio.
ResponderEliminarEspectacular trabajo Antonio, precioso el sarcofago ¡como hablan las piedras¡ y que bien nos las acercas con tu camara y tus explicaciones. Mil gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias, muy útil
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