Una mañana de noviembre, con un tiempo primaveral, Luis, Quique y yo estuvimos acompañados por Pablo Pichaco, biólogo, buen maestro y gran comunicador, en complejo lagunar de Alcázar de San Juan.
Este complejo está formado por tres lagunas, una de agua dulce proveniente de la depuradora de la villa y otras dos salinas, estacionales y con aportaciones pluviales de época.
En una de estas últimas, la laguna de las Yeguas, tuvimos un maravilloso encuentro con el insecto al que dedicamos hoy esta entrada:
EL ESCARABAJO TIGRE: El rey de las salinas.
Este escarabajo, Cicindela littoralis, subespecie littoralis, es un curioso habitante de los terrenos salinos, como son los terrenos que circundan la laguna citada.
De colores llamativos recibe el apodo de tigre por dos motivos:
Uno por la voracidad de estos insectos que, ya siendo larvas, se comen a todo bicho viviente que ose pasar por encima de su madriguera excavada en el suelo. La otra por la coloración y las franjas que recorren su cuerpo.
De un centímetro y medio, como mucho, posee unas largas patas que le permiten correr a gran velocidad sobre el terreno y a la vez separan al cuerpo de las altas temperaturas que pueden alcanzar los terrenos salinos en verano.
Gran corredor, alcanza los 10 km/h en el suelo, que a escala humana supondría 400 km/h. Es decir se mueve a 140 veces la longitud de su cuerpo por segundo. Es también un excelente volador y escaqueador de visitantes inoportunos.
Sus coloraciones son fantásticas como podéis apreciar en las fotos.
El cuerpo en general de un oscuro marrón con tonalidades rojizas que se ve perfectamente en los élitros; las patas presentan unos tonos verdosos que recuerdan el color de las esmeraldas y las franjas o dibujos que recubren sus élitros de tonos amarillos.
Este macho de las fotos recubre además sus patas con unas formidables vellosidades.
Temibles son sus mandíbulas, dentadas, y su voracidad no tiene límites.
Tuvimos la suerte de encontrar al ejemplar que os muestro, bastante despistado por las alturas del año en las que estamos, y pude fotografiarlo tumbado en el suelo mientras se calentaba con los tenues rayos de noviembre.
Espero que os haya gustado este amigo de las tierras salobres de las lagunas manchegas.
Espero volver a encontrarme con él, aunque para ello tenga que llevar gafas de sol y una botella de agua como recomienda Pablo Pichaco.
Perdonad si he cometido algún error científico, pero ya sabéis que lo mío son los ladrillos.
Mi deseo es transmitir algo de lo poco que sé a través de las imágenes y de los textos.
Mi deseo es transmitir algo de lo poco que sé a través de las imágenes y de los textos.
Sed felices.
Antonio
Estupenda entrada Antonio. Efectivamente los escarabajos tigres son los reyes de los saladares. Cualquier momento es bueno para visitar La Mancha, pero primavera y, sobre todo los inicios del verano, son estupendo para cazar al menos 5-6 especies distintas y únicas en el mundo. Un fuerte abrazo
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