El otro día, revisando
unas fotos comprendí, creo, el porqué de tantas maravillas grabadas en
capiteles, cornisas, fachadas etc. durante la época románica.
Mural existente en Santo Domingo de Silos. Las lineas rojas son un posible supuesto.
Pero para ello tenemos
que desprendernos de todos y cada uno de los inventos que a lo largo del último
milenio el hombre ha ido desarrollando y sobre todo de aquellos de los
trescientos últimos años.
Pongámonos en situación
en cualquier poblado de nuestra geografía, por encima del Sistema Central a
partir del año 900.
Santo Domingo de Silos en la actualidad. Quitar el asfalto y sustituirlo por tierra
He cogido como referencias
la aldea de Silos, creada a partir de la fundación del monasterio de Santo
Domingo, Alquezar, La Selva del Campo, Revilla de Santullán y Uncastillo. Como
capiteles he escogido uno doble de Silos, uno de Santa Maria la Real de Nieva y
un relieve casi desaparecido de la Iglesia de La Vera Cruz en Segovia, todos ellos muy relacionados con el Nacimiento, la Adoración y la Huida a Egipto.
La Selva del Camp. Arco en la muralla. Calles estrechas que yo pise de barro no hace mucho.
Santo Domingo de Silos
estaba rodeada de una muralla y la aldea pertenecía al convento; Alquezar
dormitaba y se protegía bajo su castillo; La Selva del Campo o del Camp, fue
una ciudad romana amurallada y luego un lugar de frente y Uncastillo un paso
adelante en la Reconquista aragonesa como demuestra la calidad y cantidad de
sus iglesias.
Uncastillo. Si no recuerdo mal acceso al barrio judio
Según se avanzaba hacia
el sur, las aldeas iban poco a poco tomando forma. Aquellos pequeños núcleos
que surgían, nacían bajo la defensa de una fe y por lo tanto había que cuidar
de ellos desde el punto de vista espiritual.
Por otro lado, la
mayoría de los habitantes de la época no sabía leer, y mucho menos escribir, y
por lo tanto la cultura era muy escasa, por no decir nula. Solo algunos grandes señores, junto
con las congregaciones religiosas,tenían acceso al conocimiento.
Revilla de Santullan, Palencia. ¿Esta parte puede parecerse al poblado primitivo?
Pero adentrémonos en
los pueblos. ¿Cómo eran? Recordemos que hablamos de villas y pueblos de los
siglos X, XI, XII y XIII.
Alquezar, ciudad oscense refugiada en su castillo y sus montañas
El labrador necesitaba
una casa donde refugiarse. Allí tenía que vivir en condiciones de mínimos. Las
casas solían ser de adobe o a lo sumo de piedra toscamente ejecutada, con
pequeñas ventanas y una puerta que servía para poder entrar con la mula y el
carro en caso de tenerlo.
Las viviendas solían
ser de una sola planta, dos a lo sumo y animales y personas convivían en el
mismo recinto.
Construcción seguramente de tiempos modernos (S.XVIII) donde se ha aprovechado piedras antiguas. Fijaros en la viga cargadero de la ventana y en la pilastra del mismo material a la izquierda. Dimensiones exageradas en relación a las medidas del hueco
Las calles eran de
tierra, de la misma tierra que los suelos iniciales de sus viviendas, que en
épocas frías se convertían en lodazales intransitables, lo que llevaba a unos
meses de calma en las zonas fronterizas, dejándose por lo general las guerras
para los meses de primavera y verano, pensando eso si, en terminarlas a tiempo
de recoger las cosechas, que eran el sustento.
Doble capitel de Silos.
En los cortos días de
invierno, las chimeneas tenían que estar encendidas constantemente tanto para
calentar las casas como para cocinar. No había otra distracción que reunirse
para hablar y comentar con vecinos y
trasmitirse historias que unas veces eran ciertas y otras salían de la transgresión de un acto inicial convertido en mito y leyenda a través de cientos
de conversaciones distintas, llegando al final a convertirse en superstición.
Anuncio del nacimiento de Jesús a los pastores en Belén.
Y las supersticiones
estaban a la orden del día. El miedo a todo aquello incomprensible era
sustancia de cultivo para crear nuevas. Había que buscar lugares
donde calmar los miedos, los terribles miedos a la negrura de lo desconocido y enfocar aquel
miedo en una dirección determinada.
El capitel doble de Silos por la otra cara
Los templos eran el
refugio y la escuela.
En ellos había que
cobijar a la gente en casos extremos y a la vez confortarlos espiritualmente y
enseñarles la religión y no hay nada como la imagen para qué por los ojos el ser humano aprenda, por
lo menos, historias de Dios y de los hombres.
María visita a Isabel
En los monasterios se daban dos
condiciones que el pueblo llano no tenía: una, por regla general los conventos y abadías nacían bajo el
auspicio de la Corona o de un noble adinerado; la otra que con la cesión del
terreno para edificar se concedían tierras en los alrededores, incluso a veces a mucha distancia, que iban aumentando con el paso de los años con donaciones de todo tipo.
El ángel le dice a José: "levantate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto..." Mateo 2,13
Estas dos condiciones
aportaban el dinero suficiente para la creación del monasterio con su iglesia,
claustro y zona de propia de monjes.
Y llamados por la nueva
construcción acudían a ellos distintos maestros constructores, que siguiendo
los dictados del abad o del prior, organizaban todo un “catecismo en piedra” con historias
del Nuevo y Antiguo Testamento, leyendas pavorosas apoyándose en el bestiario,
educativas como las faenas de la tierra y humanas
en las que solían aparecer escudos reales y nobiliarios, oficios, etc. etc.
Fijaros en las dimensiones de los sillares para formar la ventana. Sto. Domingo de Silos
En aquella época,
recordad que no existía nada de lo que hoy es habitual entre nosotros, era
fácil para el monje culto, que también los había muy incultos, enseñar tanto la
doctrina como atemorizar a la gente con historias de enormes monstruos que
guardaban los lugares sagrados y devoraban a las almas pecadoras. Y si no, ¿por que esas bestias? Grifos, arpías, anfisbena, leones, dragones etc. protegían las entradas a la casa de Dios, su interior y los claustros adosados.
Por ello la función del
maestro escultor era imprescindible.
¿Os imagináis las caras
de aquella gente el primer día que entrarán en un claustro o iglesia recién
terminada? Iban al lugar donde sus miedos y sus gozos recibían la bendición.
Sus supersticiones eran presa fácil para el monje. El infierno podía ser la
palabra mas terrible que escuchar… Pero también conocer y ver a través de las
esculturas. Debía ser muy fácil para un clérigo reunir alrededor de un capitel
cada fiesta al pueblo y explicarles su significado.
Me imagino al pueblo
llano escuchando al monje explicando el capitel doble de Silos que trata cuatro
temas del nuevo testamento: El ángel anunciando el nacimiento de Jesús a los pastores, el encuentro de María
con Isabel, el sueño de José en el que el ángel le dice que coja al niño y su madre y huya a Egipto y la propia huida.
Los relieves y
bajorrelieves, las esculturas y los capiteles eran el paso decisivo para
enseñar. Había que aprender y trasmitir una religión que era la base de la
Reconquista. Se luchaba por recuperar uno territorios pero también para
recuperar en aquellos una religión.
Adoración de los Magos, casi desaparecida, en la puerta sur de la Vera Cruz de Segovia.
El otro capitel
presente en esta entrada es la Huida a Egipto, del monasterio de Santa María la
Real de Nieva, un capitel románico tardío.
Y en relación con el
tema el relieve casi desaparecido de una adoración sobre la puerta sur de la
iglesia de la Vera Cruz segoviana.
Me imagino el retorno a
sus casas de esos hombres y mujeres después de haber
escuchado las explicaciones. Ya había de nuevo luz en los corazones.
Cuantas explicaciones
me hubiese gustado escuchar, de los monjes, de muchos de los capiteles
existentes en nuestros monasterios e iglesias y que suponemos lo que son, pero
que a ciencia cierta no podemos aseverar.
La Huida aEgipto. Santa María la Real de Nieva, Segovia
Esto que he escrito hoy
apoyándome en fotos de viajes, es una meditación, una especie de intento
personal de imaginar aquella época.
Y porque no trasmitiros
este pensamiento entre lo que debía ser un pueblo tosco, apegado a la tierra, y un lugar sagrado y relativamente rico como
eran las abadías, por otro lado lugar seguro donde refugiarse espiritual y
materialmente.
Santo Domingo de Silos. ¿Podemos retroceder en el tiempo limpiando la mente?
Como veréis no es una entrada científica, ni siquiera un conato de ello, es sencillamente un pensamiento mio comunicado.
Espero no haberos cansado con mis palabras.
Sed felices
Antonio
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