Antes de comenzar, dar desde aquí las gracias a todos y a cada uno de mis amigos de Bichos de El Escorial que primero me llevaron al lugar y luego me ayudan con muchos de los nombres que vais a ver.
¿Empezamos?
¿Te sientes estresado? ¿Te sientes con angustia vital, estás bajo?
¿Empezamos?
¿Te sientes estresado? ¿Te sientes con angustia vital, estás bajo?
Olvídate de todo y acércate
conmigo a las praderas de la vida, donde vegetales y animales conviven en
armonía. Las praderas son la esencia de la vida, donde una infinidad inmensa de
herbáceas, arbustos, flores etc. conviven.
Campos y praderas en los albores de la sierra madrileña: Colmenar Viejo
Es un mundo maravilloso
que comienza a verse cuando los fríos del invierno dejan paso a los días más
largos y cálidos de la primavera y que suelen durar hasta que las sequedades y
calores convierten el prado en un erial a mediados del mes de julio.
Margaritas y amapolas comparten con otras plantas los suelos húmedos de primavera
Luego, dependiendo del
año más o menos lluvioso y fresco vuelven a aparecer a finales de verano los
verdes de algunas hierbas que han fabricado semillas para una segunda
generación. Si el tiempo es bueno y tras las tormentas de la Virgen de agosto
comienza un nuevo ciclo que durará en algún caso hasta el verano siguiente.
El mundo floral
discurre por una amalgama ingente de elementos multicolores: amapolas, rojas
como ninguna, margaritas de todos los colores y tamaños, herbáceas como las
viboreas o la Sangre de Cristo, arbustivas como los rosales silvestres e
incluso con insigne nombre de nobleza como las orquídeas que nacen en nuestros
campos.
Los hipéricos aportan sus maravillosas y cuantiosas flores dando belleza y frescor al ambiente
El mundo de los
animales es increíblemente largo también. Desde los mamíferos relativamente
grandes, como pueden ser zorros, conejos, comadrejas etc. al de los insectos
donde una extraña mezcolanza da una vida inusitada al prado.
Orchis coriophora, una orquídea que en esta época es típica de los terrenos húmedos
¿Queréis ver unas
cuantas maravillas de las praderas? Pequeños pero inmensamente reproductivos y
con labores muy específicas en la polinización de las plantas, los seis patas ocupan
una inmensa gama que va desde los extraños y arcaicos Archaeognatha a los maravillosos
duendes, neurópteros, pasando por una infinidad nada despreciable de coleópteros,
himenópteros, dípteros etc. etc.
La Cuerda Larga cierra el horizonte. Las praderas siguen dándonos sus encantos
Y como no, los
arácnidos no se quedan cortos y gracias a ellos las praderas regulan de alguna
manera la cantidad de insectos, como también lo hacen lagartijas y lagartos
ocelados que abundan en nuestros campos.
Un pequeño Archaeognatha de no mas de 5 mm de longitud sobre roca de granito
Las praderas tienen
otra función cuando andas por ellas y vas fijándote en sus habitantes: consiguen
sacarte de la cabeza todos aquellos problemas que te atosigan, son capaces de
hacerte olvidar a los políticos e incluso te desprendes durante unos instantes
de las personas a las que añoras; son un relajante natural, limpio, tranquilo,
sereno y barato. Lo único que se exige para sumergirte en ellas es respetarlas.
Una pequeña avispa Chrysis ignita de preciosos y vivos colores
Una Melitaea phoebe descansando de su vuelo y absorbiendo seguramente la humedad del suelo
Las praderas de la vida…
debíamos tener cada uno de nosotros un trocito de ellas adjudicado para
cuidarlo y paraqué nos cuidase de forma reciproca.
Sus terrenos están tan
bien aprovechados que no hay metro cuadrado que se desperdicie.
Un duende, un insecto maravillosos de nombre científico Nemoptera bipennis.
Una pequeña y preciosa araña Phylaeus defendiendo su territorio
Insectos y arácnidos compiten
por cada centímetro cuadrado de terreno y de flor. Libelulas en ramas de
encinas cerca del rio y arañas esperando en su flor a un insecto que se coloque
a tiro. Y las moscas libando el néctar de las flores, mientras las mariposas
comen desaforadas en su ultimo intento por terminar su ciclo vital colocando el
máximo numero de huevos.
Un saltamontes de las matas desplazándose por un bosque de gramíneas
Una pequeña ameles en su territorio de caza. Subirá a lo mas alto a alimentarse de cualquier insecto
Y todos, incluidos
nosotros mismos, formamos parte de esa cadena alimentaria, la cadena trófica,
en la que unos se come a otro y a su vez sirve de alimento al siguiente, como
si un continuo trasiego de vida pasase de unos a otros.
Oruga que sera avispa voladora de la familia Cimbex
Una mosca de la lluvia libando en la flor de un Tagarno, Thapsia villosa.
Al formar parte de
dicha cadena, y aunque asi no fuere, hay que respetarla. Se nota en aquellos
lugares donde se ha dejado de cultivar y las plantas, gramíneas y herbaceas,
nacen a su libre albedrio como aumenta el numero de insectos y de plantas sobre
el terreno. Ello se debe a la supresión de los insecticidas en los campos. Por
ello es importante que en las Reservas Naturales, los cultivos sean ecológicos,
asi como los alimentos que se les pueda dar al ganado que en ellos pastan.
Prionyx kirbii (Sphecidae) una avispa parasitaria que son una preciosidad
Una Tituboea sexmaculata (Chrysomelidae, Clytrinae), duerme tranquilamente agarrada a su espiga
Tanto antibiótico se
les da a las reses, para que no cojan enfermedades, que en sus boñigas no se ven
escarabajos ni gusanos en muchísimos prados de pasto.
En los pequeños charcos
de temporada que se forman en las hondonadas existe a la vez un sinfín de
anfibios y reptiles que viven en ellos y una flora muy especifica como las orquídeas.
Una hormiga pastoreando cochinillas que no pulgones en la caña de una gramínea
Una Lycosa hispánica observa a la puerta de su guarida. Son de las arañas mas grandes de la Península Ibérica
Vale la pena salir de
vez en cuando al campo con la mente abierta, y los ojos bien lavados, para observar
un mundo que se mueve a nuestro alrededor en infinitas combinaciones de tamaños,
color y movimientos. Cuando salgais a las praderas no temais a los bichos que
zumben cercade vuestros oídos. Por regla general no os atacará ninguno. Solo
hay que tener cuidado con los avisperos que pueda haber cogido a alguna hierba
consistente.
Alopecosa sp. (Lycosidae) transportando sobre su abdomen a la nueva generación
Y observar también a
los arácnidos. Los hay de todos los tipos, colores y formas posibles. No hay que temerles. Por regla general no son venenosos y solo alguna especie grande puede darnos un ligero picotazo que pasa rápidamente. Pero lo mejor es no tocarlos y solo observarlos.
Por hoy nada mas. Sed
felices.
Antonio
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