Ayer estuve en la
Rosaleda de Madrid durante un buen rato.
Este año va todo
atrasado. Muchos rosales aun estaban sin florecer y otros a medias.
Y voy a contar
sensaciones que seguramente a mas de uno no le importan. A mi sí.
Si no quieres leer
sentimientos y pensamientos personales, puedes tranquilamente darle a la tecla de escape y huir
de los sentimientos y pensamientos de uno que también pertenece a la raza
humana.
La rosaleda estaba
tranquila.
Algún grupo de dos a
cinco personas paseaba contemplando y oliendo las rosas.
En bancos, junto a
jaulas de rosales trepadores, enamorados charlaban y se arrullaban bajo un sol
que por momentos iba caldeando la tarde.
Un grupo de colegas de
la fotografía avanzaba cerca de mí fotografiando, como yo, las rosas.
Como casi siempre
estaba solo. Acompañado pero solo.
Las rosas y yo éramos cómplices
de mi silencio y mis sentimientos.
Las miraba. Las
fotografiaba intentando buscar en ellas lo que no encuentro en otros lugares.
De repente llegué al
pasillo de las rosas rojas, la rosa Imperator. (El nombre le viene de fabula,
es la reina desde mi punto de vista.)
Me senté un rato en el
banco mirándolas desde la distancia.
Me hubiese gustado tener
tu compañía.
Envidiaba a los que
sentados en los bancos entrelazaban sus manos y sus labios.
Miré para otro lado. Un
mundo infinito de colores navega a ras de tierra entre arbustos de rosales
modificados a lo largo del tiempo.
Pensaba en ti, e
intentaba quitarte de mi recuerdo. ¡Imposible!
Las rosas rojas me traían
pasión, pasión olvidada, y tu recuerdo.
Decidí fotografiarlas.
Estas rosas rojas, cada
vez que las veas, te recordaran mis sentimientos y por ello con ellas he
formado este ramo pensando en ti.
La tarde va cayendo. Cuando
vuelva la semana que viene seguirán estando las rosas rojas, No serán las misma
que coloco hoy, pero se parecerán y seguirán trasmitiendo los mismos sentimientos.
Quizá cada rosa roja
sea un reflejo de lo que me gustaría expresar de palabra.
La soledad. Sigo estando
solo en medio de la rosaleda. Aunque hay gente.
Como tú, en medio de un
mundo ficticio. ¿Y el mío no lo es?
Rosas rojas, rosas
rojas…
Sentimientos, amor,
sentimiento…
Doce rosas rojas para
ti. No hace falta escribir mas.
--o0o--
Sed felices, lo demás
importa poco
Antonio
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