Nace nuestro poeta el año de mil ochocientos dieciocho en la ciudad de Barcelona.
Tuvo una infancia difícil y pudo estudiar compaginador trabajo y estudios en el colegio San Pablo de Barcelona, donde destaco en el estudio de Filosofía...
En su Universidad se licencio en Jurisprudencia al mismo tiempo que colaboraba con distintos periódicos y revistas de Barcelona, como Diario de Barcelona, el Vapor y otros.
Pablo Piferrer es uno de esos maravillosos poetas catalanes que formaron ese grupo de escritores a los que les unía a parte del romanticismo el amor a España y a Cataluña, entre los que destacan Joaquín Rubio y Ors, y Manuel Mila entre otros.
Pablo Piferrer es un poeta del romanticismo al cien por cien: costumbrista, cálido, con vagos amores, sencillo, falto quizás de un significado más profundo para el entorno, pero siempre genial.
Murió jovencísimo, a los treinta años de edad, también en Barcelona y sus obras fueron publicadas tras su muerte por sus amigos.
Os he colocado la Canción de la primavera que aunque repetitiva creo que os gustará.
CANCION DE LA PRIMAVERA
Ya vuelve la primavera:
suene la gaita,- ruede la danza,
tiende sobre la pradera
el verde manto,- de su esperanza.
Sopla caliente la brisa:
suene la gaita,- ruede la danza,
las nubes pasan aprisa,
y el azar muestran,- de la esperanza.
La flor ríe en su capullo:
suene la gaita,- ruede la danza.
Canta el agua en su murmullo
el poder santo de la esperanza.
La oís que en los aires trina:
suene la gaita,- ruede la danza:
-Abrid a la golondrina,
que vuelve en alas – de la esperanza.
Niña, la niña modesta;
suene la gaita,- ruede la danza:
el mayo trae su fiesta
que el logro trae – de tu esperanza.
Cubre la tierra al amor:
suene la gaita,- ruede la danza:
el perfume engendrador
al seno sube – de la esperanza.
Todo zumba y reverdece:
suene la gaita,- ruede la danza:
cuando el sol y el verdor crece,
tanto más crece- toda esperanza.
Sonido, aroma y color
suene la gaita,- ruede la danza:
incensé en himnos de amor,
que engendra el himno – de la esperanza.
Morirá la primavera:
suene la gaita,- ruede la danza:
más cada año en la pradera
tomará el manto – de la esperanza.
La inocencia de la vida
calle la gaita, - pare la danza,
no torna una vez perdida:
perdí la mía: - ¡ay mi esperanza!
--o0o--
Nada más por hoy. Sed felices.
Antonio
MARAVILLOSO!!! Un poema que enternece los sentidos. Qué ritmo tan sonoro tiene. La he leído dos veces de tanto como me ha gustado. Y las fotos, las flores, de un encanto sobrecogedor. Son hermosas hasta decir basta. Enhorabuena. Antonio, te has salido!!!!
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