Nace nuestro poeta en
mil quinientos noventa y seis en Villacastín, provincia de Segovia, como queda
demostrado por el acta de nacimiento existente en la parroquia.
Miguel Moreno, debió
recibir una buena educación y hubo de estudiar Leyes, pues se le conoce como
notario y secretario del rey Felipe IV y del duque de Bejar.
Como poeta y escritor
alcanzó un alto grado de fama y fue estimado por otros grandes autores del
Siglo de Oro, como Lope de Vega, que le admiro muchísimo, llegando a escribir
de él esta silva en su Laurel de Apolo:
Aunque
este nombre por el sol le han dado,
no
siempre Apolo es rubio ni dorado,
como
lo prueba con su ingenio solo
Miguel
Moreno, que es Moreno Apolo,
porque
escribiendo, de conceptos lleno,
la
pluma es dorada y él Moreno.
Felipe IV debió
considerarle hombre de gran confianza y le mando a Roma con la embajada que
debía presentar el documento titulado Memorial de los Excesos, que se cree
redacto él, en el que se protestaba del trato dado a los españoles en la Ciudad
Eterna.
Miguel Moreno era
diplomático y ello pesaba sobre su forma de escribir, pues consideraba que
estando a las órdenes del rey de España sus textos debían guardar la compostura
debida a su oficio.
Quizá por ello sus
epigramas, que se editaron en Roma el mismo año de su muerte son escuetos,
relatando exclusivamente contrastes de ideas, hechos, dichos y costumbres.
Debió morir
repentinamente en Roma en mil seiscientos cincuenta y cinco.
Os he colocado cuatro epigramas
de los doscientos que formaban el libro editado en Roma con el titulo Flores de
España.
Espero que os gusten
los cuatro elegidos.
Un epigrama es una
breve composición poética que busca una sola expresión, una solución o
respuesta a algún sentimiento o hecho
EPIGRAMAS
I
Don
Juan buena cuenta daba
de
grandes y varias cosas,
y
hubo, entre envidias rabiosas,
quien
de indocto le notaba.
Pero
él con garbo decía
(contento
a más no poder)
que
no era poco aprender
II
Pides,
Claudio, que te diga
que
día me es muy sabroso,
y
preguntar tan curioso,
más
que desagrada, obliga.
Es
aquel en que me halle
(oye,
que es para observado)
libre
de pena y cuidado
III
Estando
Andrés muy dudoso
en
una resolución,
le
pregunto el caso a Antón,
como
amigo cuidadoso.
Con
dolorosa eficacia
dijo
(por aquí le indicia):
“No
hay mal como con justicia
IV
A
recibir persuadía
Juan
la joya que le daba
a
un ministro, y mucho instaba
en
que callarlo sabría.
Respondió:
“No me aprovecha
que
lo calles como amigo,
pues
quedas siempre testigo
de
que hice cosa mal hecha”
Nada mas por hoy.
Solo desearos
felicidad.
Antonio
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