Nace el poeta que
traemos hoy en Madrid en mil ochocientos noventa y cuatro.
En esta ciudad estudio
bachillerato y posteriormente ingresó en su Universidad a estudiar Medicina,
carrera que no llego a terminar.
Ingresa en el ejército
como soldado y es destinado a África.
Allí tendrá tiempo de
observar un mundo nuevo que influirá de algún modo en el pensamiento de Antonio
Espina García.
De regreso a la
península se olvida de la medicina y pasa a ocuparse de la literatura en muchas
de sus ramas y a la política, adhiriéndose al partido de Manuel Azaña, llegando
a ser gobernador de Avila y cuando estalla la Guerra Civil lo era de Mallorca,
donde fue detenido.
Consigue exiliarse
después de haber sido condenado a muerte y vivirá en Méjico hasta mil
novecientos cincuenta y tres.
Antonio Espina, toco
todos los temas literarios, novela, ensayo, poesía, periodismo, habiendo
colaborado tanto en periódicos y revistas de la época de Primo de Rivera y la
República como tras su vuelta a España después de la guerra.
Como poeta, que es lo
que nos interesa, Antonio Espina, consigue trasmitir a través de una gran
imaginación con ese humor típico de la capital de España.
Sus poemas, a veces
trágicos, están escritos sin musicalidad, pero consigue trasmitir con gracia.
Se compara su poesía con la de Ramón Gómez de la Serna.
El no quiso nunca que
lo encasillaran en la generación del 27 y se considero un poeta libre de
ataduras.
Murió en Madrid en mil
novecientos setenta y dos.
Os dejo un poema que
tiene gracia y a la vez critica.
TINIEBLA
Ronda
el diablo la placida estancia,
el
diablo de la cola encarnada...
La
hora se extiende en abismos,
en
sensuales lengüetas de llamas.
Que
no pase el rojo Poniente encendido.
¡Cerrad
las ventanas!
Que
la nieve resbale en el vidrio,
que
la vida sonría en la escarcha
o
en las formas sin forma del viento,
o
en el drama sin fondo del alma.
La
lucha por fuera, descanso por dentro.
¡Cerrad
las ventanas!
¡Cerrad
las ventanas!
que
no entren amores ni glorias,
irónicos
gestos de la mueca humana;
solo
quiero en mi estancia
silencios
y sombras.
¡Cerrad
la ventana!
--o0o--
Espero que os haya
gustado
Sed felices.
Antonio
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