Estamos en la época de
los grandes romances históricos, el Cuatrocientos. El Cid, Los infantes de
Lara, El rey don Rodrigo, etc. son algunos de ellos; no están escritos en ese
momento, pero empujados por las nuevas corrientes que van desvelando el
Renacimiento, se recopilan en pliegos y que serán definitivamente impresos en
el S.XVI.
Todos ellos provienen
de antiguas gestas, muchos de siglos atrás, que los juglares narraban por
castillos y plazas de las distintas regiones de la España incipiente del
momento.
A excepción de algunos,
normalmente están incompletos, les faltas estrofas e incluso capítulos enteros.
Pero son una nueva forma de narrar, apegada a lo antiguo pero con un pie ya en
lo futuro.
Los romances,
históricos castellanos o de otro estilo, son sin lugar a dudas, como indica
Menéndez Pidal, son uno de los pilares básicos de la literatura española,
porque como ya hemos indicado abren el camino hacia el Renacimiento.
Hoy nos toca leer unas
estrofas de romance de Los Infantes de Lara, justo cuando la venganza está a
punto de caer sobre don Rodrigo de Lara por medio del hermanastro de estos, Mudarra.
He respetado el castellano de la época.
Espero que os guste.
LOS
INFANTES DE LARA
(Venganza
de Mudarra)
A
cazar va don Rodrigo,
y
aun don Rodrigo de Lara:
con
la gran siesta que hace
arrimándose
ha a una haya,
maldiciendo
a Mudarrillo,
hijo
de la renegada,
que
si a las manos le hubiese,
que
le sacaría el alma.
El
señor estando en esto,
Mudarrillo
que asomaba:
“Dios
te salve caballero,
debajo
de la verde haya.”
“Así
haga a ti escudero,
buena
sea tu llegada.”
“Disgasme
tu, el caballero,
¿Cómo
era la tu gracia?”
“A
mí me dicen don Rodrigo,
y
aun don Rodrigo de Lara,
cuñado
de Gonzalo Gustos
y
hermano de doña Sancha;
por
sobrinos me los hube
los
siete infantes de Salas.
Espero
aquí a Mudarrillo,
hijo
de la renegada;
si
delante lo tuviese,
yo
le sacaría el alma.”
“Si
a ti dicen don Rodrigo,
y
aun don Rodrigo de Lara,
a
mi Mudarra González,
hijo
de la renegada,
de
Gonzalo Gustos hijo,
y
alnado de doña Sancha;
por
hermanos me los hube
los
siente infantes de Salas;
tu
los vendistes, traidor,
en
el vall de Arabiana;
mas
si Dios a mi me ayuda,
aquí
dejaras el alma.”
“Espéresme,
don Gonzalo,
iré
a tomar las mis armas”
“El
espero que tú diste
a
los infantes de Lara;
aquí
morirás, traidor,
nemigo
de doña Sancha”
--o0o--
Sed felices, lo demás es
secundario.
Antonio
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