Subir a Roda de Isábena
es una de las cosas más gratificantes que he realizado en mi vida.
Roda de Isábena está
situada entre Graus y Banabarre en pleno corazón del río Isábena en lo que es
la comarca del Ribagorza en la provincia de Huesca, España.
Mapa de la zona y del casco de Roda de Isábena obtenido de Google
Subir hasta allí arriba
en coche es una verdadera maravilla y las vistas desde este otero en medio del
valle del Isábena una preciosidad.
Acceso desde el aparcamiento al casco urbano. La visita promete.
La primera sensación
agradable, es llegar a la villa a través de un porche con arcos que miran hacia
el valle del rio y que predispone al visitante de cara a lo que llega a continuación.
Siguiendo una rúa larga
y estrecha se desemboca en la Plaza Mayor de la localidad y ante nosotros
aparece un porche y una torre que nada tienen de romanico, más bien de neoclásico
del S.XVIII, aunque unos ábsides lombardos indican algo anterior: estamos ante la catedral de Roda de Isábena.
Catedral de Roda de Isábena. Torre y porche del S.XVIII. Ábsides del S.XII
Una portada románica
del S.XIII con seis dovelas que decrecen hacia el interior y una puerta de
madera con filigrana mudéjar, nos alegra la vista y es al mismo tiempo el lugar
de espera para poder penetrar en el templo para la pertinente visita guiada.
Portada románica del S.XIII, con 6 arquivoltas. Capiteles con temáticas marianas como en el sarcófago.
Las columnas están
rematadas por figuras muy parecidas y con la misma temática que el sarcófago de
San Ramón.
Y aunque uno llega
preparado porque ha estudiado esta catedral en innumerables trabajos existentes
en la Red, la impresión al entrar es de asombro, de sorpresa total y de una
gran emoción.
Interior de la catedral. Fuertes columnas, doble altura y terminación que apunta al próximo gótico.
Nos encontramos de
repente en una iglesia muy alta con tres naves con fuertes columnas que
presenta en la zona hacia el altar dos alturas y de este hacia la fachada de
poniente una sola.
Intentas situarte,
asimilar lo que estás viendo.
Allí enfrente, mirando
hacia la cabecera, el altar esta en lo alto y bajo él, una cripta con una
multitud de columnas y un sarcófago llaman poderosamente la atención.
El cirio pascual y la pila bautismal del S.XVI ante el acceso a la cripta
Unos autores piensan
que la cripta se realizó posteriormente a estar construida la catedral y otros
que fue construida al mismo tiempo.
Ante la cripta y antes
de entrar en ella aparece una pila bautismal del S.XVI.
Antes de entrar en la
cripta hablemos del obispo que está enterrado en ese maravilloso sarcófago: San
Ramón.
San Ramón, de origen
francés, de la población de Durban, al sur de esta nación, se llamaba Raimundo
Guillermo y fue obispo de la diócesis entre los años 1104 y 1126.
También es preciso
conocer que el obispado de Roda de Isábena es muy anterior, ya que en el año
939 se nombra obispo de esta iglesia a Atón, hijo de Ramón I y años más tarde,
siendo obispo Odesindo, hijo de Ramón II se consagra la iglesia.
Con ello quiero dejar
constancia que el obispado y los orígenes de esta catedral son los más antiguos
de lo que luego sería el Reino de Aragón, ya que a Jaca no se le concedieron
fueros hasta bien entrado el S.XI cuando esta catedral se estaba reconstruyendo.
Y como no, unos setenta
años después, en una rafia del hijo de Almanzor, Abd Al Malik, la destruyo
totalmente y todo lo que encontró en el valle del Isábena.
Y una vez que este se
retiró se comenzó a construir la nueva catedral que es la que hoy conocemos y
podemos disfrutar.
Vista de la cripta desde la entrada por el lado de la epístola
La cripta está formada
por una serie de bóvedas que apean sobre pilares o pilastras de distintas
formas y tamaños. Unas son redondas, otras prismáticas y otras con varias caras
formando polígonos. Todas ellas rematadas por sendos capiteles que te ves
obligado a mirar porque el poderoso ataúd que esta al fondo te está reclamando.
La cripta por le lado del evangelio. Fijaros en las distintas formas de los pilares
Entre cada cuatro
pilastras, descansando sobre arcos fajones y formeros se elevan las distintas
bóvedas de arista realizadas a base de sillarejo.
Es un espacio
esencialmente para meditar dejando que las emociones y la vista lleguen a un
acuerdo y ambas a la vez luchen por mantener la vista separada del sarcófago,
cosa bastante difícil.
En esta foto se aprecia la formación de las bóvedas distintos pilastras y capiteles.
Me acerco hacia el
sarcófago que ahora hace de altar, apoyado sobre unos ladrillos que a mi gusto
no pintan ni con cola, pero que por lo menos permiten verlo bien.
El sarcófago mide 46
cm de alto por 166 de largo y 60 de ancho y su tapa completamente lisa
14x177x67 cm.
Vista frontal del sarcófago del obispo San Ramón con temas relacionados con la virgen María.
Unos se queda mirando
el sarcófago y lo primero que le llama su atención es la esbeltez de las
figuras, el dinamismo que hay en ellas y la posición de la palmas de las manos
hacia fuera tanto en el ángel, la Virgen, San José y dos de los tres Magos.
La segunda cosa
interesante en una escultura del S.XII, el sarcófago es de 1170, es la actitud
sonriente de José, como contento de ver a María y al Niño y también tiene la
mano derecha levantada con la palma hacia fuera.
Este sarcófago se
realizó para contener los restos de San Ramón y la fecha elegida para ello fue
el 27 de diciembre de 1170, es decir 44 años después de la muerte del obispo,
que por cierto murió en Huesca, aunque fue llevado rápidamente a Roda.
Por ser esa fecha, el
sarcófago tiene escenas relativas a la Virgen y solamente en el costado izquierdo,
mirando desde la iglesia, hay una representación presumiblemente de san Ramón.
Veamos por partes el
sarcófago:
a.- Lateral izquierdo:
Representación de un
obispo con las vestimentas para oficiar y báculo, rodeado de dos presbíteros.
Un obispo con báculo y mitra parece leer las escrituras sostenidas por un diacono.
Fijaros que en este
lateral queda bastante de la policromía original del sepulcro.
b.- Frontal:
La primera zona
empezando por la izquierda es la Anunciación, representada por el ángel y
María.
María extiende las
manos hacia el exterior en señal de aceptación de lo que manda el Señor. La
cara de la Virgen, expresa asentimiento, pero no mira al ángel a la cara, su
mirada se pierde sobrecogida por lo que le acaban de anunciar. ¿Sabe quizá lo
que le va a deparar el futuro?
La Virgen y el ángel. La Anunciación expresada sencillamente.
El ángel por su parte
eleva el dedo índice de la mano derecha indicando que es el Padre quien le manda
y en la mano izquierda, reforzando esto, porta una flor de lis, es decir el
árbol de la vida, la gracia de Dios.
La Virgen lleva corona adornada
con rematada con aderezos de la época.
Aunque la luz era
difícil se distinguen los rastros de colores en ambas figuras.
La siguiente escena es
la de la Visitación.
Isabel y María se
abrazan. Ambas van tocadas con un manto que les cubre la cabeza. La imagen de
la derecha muestra que esa mujer, no se cual es cual, está embarazada pues deja
ver la forma de un vientre en gestación.
María e Isabel se abrazan. Es la Visitación.
Ambas están con nimbo
en sus cabezas y sus vestiduras son prácticamente iguales.
Quedan restos pequeños
de policromía.
La tercera escena es la
Natividad.
Para mí dentro del sarcófago,
creo que es la más importante y la más significativa de todo el relieve.
Analicémoslo: María esta recostada claramente sobre su lado derecho apoyando la
cabeza en su mano derecha y llevando la izquierda a sujetar el otro brazo a la
altura del codo. Esta tapada con ropajes y lleva puesto una camisola adornada
con botones. Está tranquila. Sobre ella primeramente la estrella de Belén que
indica la posición del acontecimiento y el niño Jesús que duerme tranquilo en
su cuna calentado por unas ¿ovejas?
La Natividad: una familia contenta tras el nacimiento de Jesús. La postura de María es increíblemente curiosa.
A la derecha un San
Jose exultante, se le ve contento, es el rostro más expresivo del sarcófago,
con cara de alegría, está claramente sonriendo, levanta la mano derecha con la
palma hacia el exterior y con la izquierda sostiene su bastón.
Los tres personajes
tienen nimbo alrededor de sus cabezas.
La cuarta escena es la Epifanía.
En un trono que tiene
arcos románicos para apoyar sus brazos, está sentada María que parece tener la
mirada puesta en la distancia. No mira a los Magos, creo que esa mirada es una
mirada al futuro.
Sobre su regazo un
Jesús crecido inmensamente, cosas del románico, sonriente, extiende sus manos
para coger el obsequio que le ofrece Melchor. Y digo Melchor por seguir la
cronología.
Si os fijáis en todas las partes del sarcófago solo en la Anunciación María lleva corona.
Jesús es el único que
doto el conjunto que lleva los pies descalzos.
Melchor, Gaspar y
Baltasar llevan ropajes y coronas muy semejantes, prácticamente iguales y
quizá la mayor diferencia sea la distinta edad que reflejan sus caras siendo
Baltasar el más joven y sin barba. La corona de los tres esta rematada con
círculos.
La estrella de Belén
está presente en la escena para cumplir lo dicho en el Evangelio. (Por cierto es una estrella de ocho puntas, una estrella de Salomón, en época medieval es la representación de la protección divina)
Se distinguen distintos
tonos de color en las figuras.
Por ultimo llegamos al
lado derecho del sarcófago donde está representada la Huida a Egipto. San José
va delante tirando del pollino, pero también aquí mira a su familia. La Madre
lleva en sus brazos a un Jesús envuelto en telas y vendas y en lo alto una
figura que parece salir del cielo, un ángel, no sé si les indica que deben huir
o les enseña e camino y les protege.
La huida a Egipto: San Jose esta pendiente de su mujer y del niño. Les observa.
La cara posterior del
este ataúd es lisa, sin labrar pues estaba destinada a pegarse a una pared como
así fue durante un tiempo.
Estos son los ángeles que soportaban originalmente el sarcófago del obispo Ramón.
Para rematar con el
sarcófago, deciros que originalmente estaba apoyado sobre las figuras que
sostienen el actual altar de la planta alta y que representan a cuatro ángeles
con los tetramorfos de los evangelistas.
Para terminar, no puedo
sino decir que al salir te llevas la sorpresa de encontrarte con un claustro
maravilloso y unas vistas de los alrededores de Roda de Isábena maravillosas.
Y como premio a la visita un maravilloso claustro.
Sed felices
Antonio