Erase una vez, una pequeña flor de campo, amarilla, que quería volar y hablo con su hada madrina para que le permitiese volar por el mundo, como esos insectos que venían a quitarle el polen, o como los pajarillos que veía revolotear. Su ilusión era volar aunque para ello tuviera que perder sus maravillosos pétalos amarillos. Quería llegar lejos, muy lejos de tal forma que el paisaje cambiase y que aquella montaña que estaba a lo lejos se acercase hasta ella.
El hada madrina compadeciendose de ella le dijo: "Te voy a conceder el don de volar; te convertiré en un molinillo de viento que te enseñara el mundo; solo te pido a cambio que cuando encuentres un maravilloso lugar asientes allí las semillas que llevas dentro y les des la vida"
La flor acepto y una metamorfosis comenzó a operarse en ella. Tuve la suerte de oír la conversación y ver como los molinillos comenzaban a volar.
La flor comienza a nacer. Se la ve surgir detrás de los molinillos. Dentro de unas horas sera una pequeña y maravillosa flor que iluminara de alguna forma los laterales de los caminos.
Se ha hecho grande. Sus pétalos se han estirado y sus pestilos están raudos a polinizarse. Sus hermanas mayores cumpliendo su deseo están prestas a volar.
Para nacer ha encontrado en una vereda del camino un lugar luminoso pero sombrío que le da frescor y algo de humedad y la luz suficiente para crecer.
Sus pétalos parecen tener dedos con los que despedir a sus compañeras. En una ultima caricia las despide deseándolas la mejor de las suertes y que encuentren un lugar donde arraigar.
Están esperando la primera ráfaga de aire húmedo que llegue para desprenderse antes de las lluvias y cuando estas lleguen las encuentre en un terreno con la suficiente tierra roja que las acoja.
Simetría perfecta tanto en la flor como en los molinillos. Vaya cambio de una a los otros. Lo que queda de ella es la fertilidad en esas semillas voladoras que como pequeños helicópteros recorrerán nuestras praderas.
Los envoltorios que formaban el cáliz de la flor se han secado. Ya no son necesarios. Su fin mas importante se ha cumplido. Las semillas están fecundadas....
Y la flor se ha convertido en el mas bello de los molinillos. El hada a cumplido su palabra. Ella ahora cumplirá la promesa efectuada.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado
Sed felices
Antonio
¡Es precioso!!!! Me gustan tanto los cuentos... Te llevan lejos, como los molinillos, y aprendes nuevas vidas, nuevos seres, nuevas historias. Siempre me han encantado. Y éste es muy bonito, además acompañado de esas preciosas fotografías. Podías escribir cuentos para niños, y para no tan niños, je. Un beso y mil gracias!!!
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