Ya es tarde. Son las doce de la noche y estamos a dos aguas entre un día y otro. Llevo varios días sin salir a andar, por H o por B, pero fundamentalmente porque estamos preparando una exposición de trenes miniatura en su modalidad de módulos. Mañana os pondré un reportaje sobre ello.
Rosa,rosae. Otra vez retorno al colegio; retorno al mundo mágico de la cultura, al aprendizaje.
En Madrid, iba a un colegio al que no quedaba mas remedio que llegar o bien en coche o bién recurrir al autobús escolar.
Y en aquel autobús, en el que todas las mañanas sonaba entre otras la canción de "Madrecita María del Carmen" de Manolo Escobar, iba conmigo un profesor que de alguna forma me abrió la mente a un mundo nuevo, a un mundo que nadie me había enseñado, y del que muchos habréis oído hablar: D. Santiago Amón.
Eran unos ratos maravillosos, hablando de un montón de cosas, escuchándole, que nada tenían que ver con la filosofía, el latín o el griego, pero si con la cultura en general.
Me dio filosofía de sexto, yo iba un año retrasado, y aquellas clases fueron fantásticas. Creo que aprobé, seguro que aprobé, pero eso era lo menos importante.
Aquellos ratos en el autobús, aquellos ratos en clase, me han traido hasta aquí, observando un mundo de belleza que me rodea. ¡Ojalá no lo destrocemos!
Años después, cuando Santiago murió en un trágico accidente de helicóptero, lloré...
Os dejo con un montón de rosas como me gusta fotografiarlas a mi: a contraluz o semi contraluz en las horas tardías de la tarde con la luz cálida de un sol que empieza a despedirse. Hay una en especial que me recuerda un bodegón.
Espero que hayáis pasado un rato entretenido viendo estas preciosidades.
Buenas noches-días, que tengáis un maravilloso lunes
Antonio
No hay comentarios:
Publicar un comentario