Recuerdo el primer día que comencé el replanteo de una urbanización en Brunete. Estábamos situados por encima de la M-600 al otro lado del casco histórico del pueblo y metidos en un campo donde se daba una especie de planta que se levantaba como dos metro por encima del suelo y no nos dejaba ver nada.
Cuando comenzamos a escarbar para clavar estacas de replanteo encontramos las primeras balas de Mauser de 1934 y anteriores. Entonces nos dimos cuenta que estábamos caminando sobre un lugar donde se había desarrollado una de las mayores batallas de nuestra Guerra Civil.
Desde aquel instante y durante todos los años que me toco trabajar por la zona quise borrar la idea de la guerra y encontrar en sus tierras algo que me llenase de otra forma. Entonces, en mis ratos libres, comencé a caminar y a recorrer en coche sus caminos que, partiendo del centro del pueblo, se dirigen en todas las direcciones posibles de una brújula.
En Brunete después de la guerra se construyo un nuevo pueblo, uno de esos pueblos que se llevaban adelante con Regiones Desvastadas y que eran todo igual. La diferencia en Brunete está en su plaza Mayor de dimensiones impresionantes y muy del estilo del franquismo de después de la Guerra Civil.
Pero dejemos eso ya, que son recuerdos de un pasado pasado, y volvamos a lo que nos ocupa: el territorio de Brunete.
Brunete está situado en una meseta, meseta de los bilbaínos, que por el este manda sus aguas al rio Guadarrama y por el oeste al rio Perales afluente del Alberche. Por lo tanto puede decirse que el término municipal solo es llano en su parte superior.
Limita con los términos municipales de Quijorna, Villanueva de la Cañada, Villaviciosa de Odón, Boadilla del Monte y Sevilla la Nueva. Con una extensión que está casi en los cincuenta kilómetros cuadrados.
Y prácticamente a cada pueblo del límite lleva un camino de tierra que muchas veces es una vía pecuaria.
Durante mucho tiempo estuve recorriendo esos caminos y del año 2002 y 2003 son las fotos que vais a ver de algunos de los recorridos por esos caminos en las cuatro estaciones del año. Espero que os guste.
Primavera.-
Mes de abril.
Las retamas están floridas de una manera espectacular. Estamos en el mes de abril y parece que se va a liar una tormenta de un momento a otro. Los campos sin sembrar tienen el verde de las lluvias recién caídas.
Mes de mayo.-
Estoy en un camino que me lleva hacia Sevilla la Nueva. Me paro a ver si veo a los conejos que suelen corretear por esta loma y los campos que hay más abajo. Aquí comienza uno de los arroyos. El campo está precioso. Al fondo, medio tapadas por las nubes las sierras de Ávila.
El mes de mayo depara sorpresas. Podemos pasar del calor alto a una nevada en la sierra y bajas temperaturas aquí. Se puede apreciar toda la Cuerda Larga en el Sistema Central. Me encuentro este panorama por el camino alto de Quijorna.
Loa campos de cereales están creciendo; dentro de poco llegaran los calores y las mieses tomaran tonos dorados abandonando los verdes. Los paisajes comenzaran a dar sensación de calor.
Verano.-
Las mieses están a punto. Justo en la foto comienza el verano. Estamos en Junio.
Hay que calmar la sed. Esta fuente del siglo XIV o XV esta en el antiguo camino a Boadilla del Monte, a un lado de la actual carretera M-503.
Las pacas de paja de los cereales quedan tirados por los campos según la maquina empaquetadora los ha ido soltando. Luego llegaran otras maquinas que las cargaran sobre remolques o camiones y a guardar.
Otoño.-
Los campos vuelven a reverdecer con las aguas caídas con alguna lluvia o tormenta. Los restos de la siembra del año anterior están ahí. En estas tierras pobres no se plantara hasta el siguiente año, uno sí y otro no, para dejar que la tierra se surta de nutrientes. Camino de Sevilla la Nueva.
El otoño está entrando con fuerza. Las lluvias otoñales comienzan a dejar los caminos en mal estado. Camino de Sevilla la Nueva.
En el mismo camino en otra ocasión. Poco transito tiene en esta época el camino. Las faenas agrícolas están hechas y la siembra no vendrá hasta dentro de unos días.
En el camino de Quijorna en un pequeño bosquecillo que hay al final del término municipal
Los árboles enmarcan el camino del rio Guadarrama buscando el mar. Altos chopos de ribera en hilera fija y fuerte justo debajo del antiguo puente de la carretera de Boadilla del Monte
El invierno.-
Las dos fotos corresponden al mismo lugar, una en diciembre y la otra en el siguiente enero.
En la primera aun los arboles de ribera mantienen algunas de sus hojas.
En la segunda, en la profundidad de un invierno que en estas tierras suele ser duro solo las encinas y los arbustos se mantienen verdes. Camino bajo de Quijorna.
Recuerdo aquella puesta de sol como si fuese hoy. Era un frio día de febrero y al bajar hacia la oficina vi lo que se avecinaba y me fui al oeste del pueblo a ver la puesta de sol. Este se esconde en La sierra de Ávila, por el puerto del Pico. Una borrasca está entrando en el momento oportuno para dar estos colores.
Maravilloso.
ResponderEliminar