Subía con mis cámaras por la cuesta que lleva a la Jarosa cuando me encontré de golpe y porrazo, en mitad de un verde paisaje, con los pilares de hormigón de la A-6. El ruido que producían los vehículos en las juntas de dilatación y el miedo a que algún conductor se durmiese y saliese volando por encima de mí, me hace incomodo pasar por debajo del camino moderno de Santiago.
Imponen esas moles que descargan sus iras con ruidos sobrecogedores y saltos vertiginosos sobre las juntas. Un "clac clac" estrepitoso suena cada vez que un camión pasa sobre una de ellas, allá en lo alto. Bajo el puente, el paisaje es un reo encarcelado entre barrotes de cuarenta metros de altura. No puedes ver un horizonte continuo, no; tiene que estar partido por la pilastra de hormigón.
Pero alguien, quizás espantado por el encarcelamiento del paisaje, quizás por su propio encarcelamiento, ha encarcelado también a un personaje en uno de los pilares del puente. Personaje de ficción, que quizás refleja el alboroto que el pintor ha sentido al contemplar el paisaje bajo el puente o lo mas seguro refleje su propio encarcelamiento...
Observo el puzle. Me fijo en cada uno de los detalles y figuras que hay dibujados en él. Parece que unas manos poderosas quieren abrir, en el hormigón del muro, un hueco para que la cara pueda salir. ¿Alguien preso? ¿De dónde, por qué?
Quizás sea el reflejo de un inmigrante que busca el sueño gestado allá en África de un Edén maravilloso donde los ríos corren de plata y del suelo mana oro.
Y sus ojos, que miran algo asustados, descubren que todo aquello era una quimera. Sus dientes sedientos de alimento relucen por la falta del mismo.
Que por muy potentes que sean sus manos para abrir los pilares del puente, muy difícil le va a resultar seguir adelante. Odios, trampas, mafias y todo tipo de gentes intentaran arrinconarle en un cuartucho para que, arruinado más de lo que llego, siga produciendo para alguno que lo domina y que le tiene de alguna forma maniatado.
Pienso muchas veces, cuando les veo correr con sus bolsas de venta delante de la policía, que si existe un cielo nos pedirán razón de ser de haber permitido tales atrocidades.
Aquí os dejo el puzle resuelto.
Solo una pregunta mas ¿Nuestras manos serian lo suficientemente fuertes como para dejar salir el espíritu de los pilares del puente?
Nada más por hoy.
Sed felices
Antonio
No hay comentarios:
Publicar un comentario