Pasear a comienzos del otoño, llevamos escasamente diez o doce días, a la hora del atardecer, cuando las luces se encuentran y contrastan entre ellas es una experiencia fantástica.
El sol de última hora de la tarde, justo antes de llegar a la línea alta del horizonte cercano que son las montañas del Guadarrama, es de una suavidad y calidez maravillosas y produce una sensación de bienestar maravillosa.
Os dejo unas cuantas fotos del paseo de hoy entre dos luces. Las luces de colores y aquella otra luz que solo tiene colores negros y grises.
El día y la noche se van uniendo en estas horas. Muere como le corresponde el día para dejar paso a una noche que viene pujante arrolladora a la que la luna le va a traicionar un poco.
Son sensaciones como siempre. Hoy cuando he salido no iba en busca de nada en concreto y he encontrado luz y sombra. Espero que ambas reflejadas en las fotos os gusten.
Sed felices.
Antonio
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