Era un día del mes de agosto de hace unos cuatro años, luminoso después de una noche tormentosa, cuando en el olivo existente en el jardín de casa de mi madre apareció una Empusa pennata que había transportado seguramente el viento de la tempestad nocturna.
Allí estaba nuestra amiga mostrándose arrogante, mirando sin miedo a unos seres a los que parecía considerar pequeños y vulgares, no comestibles y por lo tanto carecíamos de interés para sus relaciones.
Aquella fue la primera vez que me encontré con una Empusa pennata y entonces la confundí con una mantis. Mi experiencia en los insectos era entonces prácticamente nula y comenzaba a estudiarlos, (claro que cuatro años después no han aumentado gran cosa los mismos), mas por las bellas formas y colores que presentaban que por otra cosa.
En su posición de espera entre los tallos de las plantas
Deje de tener contacto con ellas hasta que, en el verano pasado, andando por entre unas hierbas secas vi, en medio de ellas, moverse algo, y ese algo era una ninfa de Empusa pennata.
Las patas posteriores también las utiliza para desplazarse, como un bastón.
En posición de espera. Como cualquier cosa pase a su alcance lanzara sus patas fulminantemente
Me dio un vuelco el corazón y comencé a interesarme por estos especímenes maravillosos que nos ha regalado la naturaleza.
Las empusas pennatas pertenecen al orden de los Mantodeos y a la familia Empusidae y son por lo tanto primas hermanas de las mantis religiosas.
El abdomen retorcido de las ninfas se extira en los adultos debajo de las alas
Nacen siendo ya ninfas, saliendo de la Ooteca después de un mes aproximadamente de incubación. Y a los dos días están comiéndose todo bicho viviente que pase cerca de ellas. Son voraces y se alimentan de cualquier insecto o arácnido que ose colocarse cerca de sus patas.
¿La veis? Está justo en el centro de la imagen. Las flores de la santolina son casi mayores
Al nacer deben medir como un centímetro y en esta fase pueden alcanzar los seis centímetros, llegando hasta los catorce algunas hembras ya en fase adulta.
¿Parece una parte mas de las plantas? Si no se mueve, no la ves.
El cuerpo de la ninfa de Empusa pennata es uno de los más curiosos de la naturaleza.
Su cabeza se distingue de la de las mantis por una especie de caperuza puntiaguda característica. Sus ojos están rayados con una visión espectacular ayudada por una cabeza que puede girar prácticamente 180º.
Da igual arriba que abajo
Se las encuentra en matorrales y zonas de hierbas secas. Las ninfas que estáis viendo en este documento estaban asentadas sobre plantas de santolinas, pero las he visto en zonas herbáceas alrededor de una zarza.
La cabeza de esta ninfa no es mas grande que el grano de la gramínea.
A la espera
Es muy difícil verlas si no se sabe que están ahí. De hecho en la primera foto que os he puesto la ninfa puede pasar totalmente desapercibida, es un palo más de la planta y si no se mueve los ojos no la distinguen.
Concentración pura y dura. Parece que este meditando.
Bajo la cabeza está el tronco de la Empusa que muy largo sujeta las patas del animal. Las dos primeras patas, con las que reza o con las que parece que va a dar un puñetazo, están situadas prácticamente junto a la cabeza y son un arma letal. Las he visto cazar y es impresionante. Cuando te quieres dar cuenta ha lanzado de forma impresionante sus patas y la presa queda clavada bajo sus espinas.
En estas dos fotos se las ve comiéndose sendas arañas clavadas a sus púas y entre su tibia y fémur.
También quiero que veáis sus poderosos “brazos” y las partes de que se componen. Os he montado esta fotografía para que distingáis todas las partes de la ninfa de empusa.
Fijaros en la tibia y el fémur. Entre las dos amarra a su víctima y la clava en las espinas.
Las otras cuatro patas que son las que le sirven para desplazarse están caso al final del tronco.
El abdomen en las empusas pennata ninfas presenta una forma curva que casi se pone paralela al tronco con unas ondulaciones y arrugas curiosísimas en su cutícula.
La empusas pennata muda seis veces su exoesqueleto antes de convertirse en adulta.
Se diferencia el genero en los adultos por las las antenas y el tamaño. Los machos, aquí no tenemos ninguno, presentan sus antenas con filamentos y las hembras tienen las antenas como punteadas.
Los colores de las Empusa pennata varían en función de tipo de vegetación que tengan a su alrededor. Las ninfas por lo general suelen ser de colores pardos y marrones, ya que su vida discurre a partir del mes de agosto cuando los campos están ya amarillos, mientras que los adultos pueden ser verdes si la ninfa en su última muda esta en un arbusto de ese color.
Empusa hembra adulta. Fijaros en los pinchos.
Se cruzan a principios de verano y la ooteca empieza a soltar nuevas empusas pennata al mes.
Vale la pena verlas quietas, entre los tallos de una santolina esperando tranquilamente a su presa. Comen cualquier insecto o arácnido que se les ponga por delante. Tienen unas poderosas mandíbulas que destrozan al oponente, al que se come vivo.
Camuflada totalmente entre las hojas del olivo.
El ciclo de vida de las empusas viene durando un año, aunque hay autores que dicen que pueden llegar a los tres años.
Sobre las flores de una adelfa. Fijaros en el abdomen ya recto bajo las alas.
A mí me sigue encantando encontrarlas al final del verano, cuando se ven mejor.
Se sabe que es una hembra porque sus antenas no tienes plumeros.
Así como la mantis se suele comer al macho después de la copula, las empusas raramente hacen esto. Incluso he llegado a ver a dos ninfas pasarse por encima y no cazarse la una a la otra.
A nuestro alrededor tenemos un sinfín de animales, insectos entre ellos, a los que la Naturaleza les ha dotado de poderosos instrumentos de caza, y los mantodeos realmente las tienen. Sus patas salen disparadas y la tibia aprisiona a la víctima contra el fémur lleno es espinas y dientes de sierra de los que no puede escapar. Las he visto cazar y cuando te quieres dar cuenta ya tienen a la presa agarrada. Las he visto cazar una araña y comérsela en unos cuatro o cinco minutos.
La ultima foto que le hice a la hembra antes de que se marchara.
Os dejo. Espero que os hayan gustado estas maravillas. Si os la encontráis en el campo no os asustéis, no os picaran y sobre todo dejarlas que sigan su vida en la mata en la que cazan tranquilamente.
Sed felices.
Antonio
Extraordinario reportaje pero también extraordinaria la vista para verlas. Se mimetizan con el entorno de una manera imposible. Felicidades.
ResponderEliminarGracias por este documento tan interesante. Son animales hermosos y extraordinarios.
ResponderEliminarImpresionantes fotos para un reportaje magnífico. Un abrazo, Antonio.
ResponderEliminarMuy bueno Antonio ,algun fallito .Pero se perdona
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