Nuestro poeta nace en un pueblo de la actual Rioja, Matute, cerca de Nájera en el año de mil quinientos ochenta y nueve en acomodada familia que le dio educación.
Si bien él, a causa de esa fortuna familiar de la que dispuso, dejo pronto los estudios y se dedico a escribir y sobre todo a vivir.
Ya a la edad de catorce años, Esteban Manuel de Villegas, compuso sus famosas Eróticas, si bien se cree que las reordeno y recompuso unos años después.
Busco fortuna una vez arruinado y casó con una mujer mucho más joven que él, Dª Ana de Leyva, con la que tuvo varios hijos.
Perseguido por la inquisición por alguno de sus escritos estuvo desterrado en distintas poblaciones españolas.
Fue un poeta exquisito, delicado, fecundo e ingenioso.
Buen conocedor del latín tradujo espléndidamente a Horacio y estudio la métrica latina para incorporarla al romancero castellano.
Represento el antagonismo con Góngora y lucho literariamente contra él.
Murió en Nájera en mil seiscientos sesenta y nueve.
Os he puesto un veros titulado A las estrellas, que tiene su gracia. Ya me diréis
A LAS ESTRELLAS
Vosotras, luces bellas,
fijas al orbe de oro,
escuchad las querellas,
que enternecido lloro.
Y a Lidia, bien que adoro;
a Lidia, aquella ingrata,
que avergüenza la plata
con su bruñida frente,
y al cristal transparente,
con sus dientes de perlas,
que el alba por beberlas
le da franco tributo,
en flor, en hoja y fruto,
para después verterlas;
cuyos ojos afrentan
del sol la luz hermosa,
cuyos labios de rosa
a Tiro y Cos sustentan;
y cuyo cuello inhiesto
de amor sostiene el resto,
más seguro y constante
que vuestro peso Atlante;
decid que se contente
de verme así obediente;
mas no le digáis nada
que una mujer rogada
es el doble inclemente.
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Al pan pan y al vino agua. Nada más por hoy.
Sed felices
Antonio
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